Hace años
cuando ibas a un restaurante y pedias un postre era algo dulce hasta llegar a
lo empalagoso pero estábamos acostumbrados a esas tartas que no se hacían en
casa y que pedir un postre era sinónimo de felicidad aunque estuvieran cargados
de azúcar o mejor dicho era el exceso de azúcar que nos aportaba y
proporcionaba esa felicidad aunque luego eso se volviera en nuestra contra
porque el cerebro pedía más.
En aquel
entonces a nadie le importaban los picos glucémicos, la obesidad o el exceso de
un postre a la semana. Porque esos postres solo se tomaban cuando había un
comida importante o especial fuera de casa. Porque los avances y estudios
nutricionales eran pocos y básicos pero ahora y después de la revolución
nutricional que estamos viviendo y
asimilando todos , los postres llevan bastante menos azúcar y mucha creatividad
obligándonos, inconscientemente, a desarrollar otros sentidos minimizando el
del sabor dulce. Una vez más los ojos le pueden al cerebro.
En estos
momentos y no solo en la alta cocina, se utilizan azucares más puros, menos
refinados y se incorporan productos dulces por naturaleza como boniatos,
calabaza, castañas, mango, manzana, pera … que hacen que los postre tomen un
dulce suave, natural pero sin renunciar al sabor ya que de alguna manera esto
hace que el sabor propio del producto se realce pudiéndolo disfrutar más.
El dulce no es
necesario pero cuando los niveles glucémicos en sangre se alteran , el deseo
del postre se acrecenta así que esa
necesidad del postre puede estar más vinculado a la gula que a una necesidad.
Las
posibilidades en cuanto a creatividad en los postre es infinita y si además
añadimos la globalización y fusión de culturas nos podemos encontrar maravillas
al paladar y a la vista.
La salud es
importante y todos somos conscientes de ello por eso se utiliza más chocolate
negro, toques cítricos o la utilización de frutas frescas acompañadas de un
chantillí suave o una base de bizcocho.
Lucina Carnero
ganó el Premio Madrid fusión con sus creaciones donde se mezclan toques
japoneses, franceses, catalanes y argentinos de donde son sus raíces. De esta mezcolanza de culturas, ideas y
productos salen postre extraordinarios con un toque exótico y un buen hacer
excepcional.
Montserrat A
THE DESSERTS EACH TIME LEAD LESS SUGAR
Years ago when
you went to a restaurant and asked for a dessert it was something sweet until
it got to be cloying but we were used to those cakes that were not made at home
and that asking for a dessert was synonymous with happiness even if they were
loaded with sugar or rather it was the excess sugar that gave us and provided
that happiness even if that turned against us because the brain asked for more.
At that time,
nobody cared about glycemic peaks, obesity or the excess of a dessert a week.
Because those desserts were only taken when there was an important or special
meal away from home. Because the advances and nutritional studies were few and
basic but now and after the nutritional revolution that we are living and
assimilating all, desserts carry much less sugar and a lot of creativity
forcing us, unconsciously, to develop other senses minimizing the sweet taste.
Once again the eyes can to the brain.
At this time
and not only in haute cuisine, purer, less
refined sugars are used and sweet products are incorporated by nature such as sweet potatoes, squash, chestnuts, mango, apple, pear ... that make the dessert take a soft, natural sweet but without renouncing the flavor since in some way this makes the product's own flavor is enhanced by being able to enjoy it more.
refined sugars are used and sweet products are incorporated by nature such as sweet potatoes, squash, chestnuts, mango, apple, pear ... that make the dessert take a soft, natural sweet but without renouncing the flavor since in some way this makes the product's own flavor is enhanced by being able to enjoy it more.
The candy is
not necessary but when blood glucose levels are altered, the desire for dessert
increases so that need for dessert may be more linked to gluttony than to a
need.
The
possibilities in terms of creativity in the dessert is endless and if we also
add the globalization and fusion of cultures we can find wonders to the palate
and sight.
Health is
important and we are all aware of it, that's why we use more dark chocolate,
citrus touches or the use of fresh fruits accompanied by a soft chantillí or a
sponge cake base.
Lucina Carnero
won the Madrid Fusion Prize with her creations where Japanese, French, Catalan
and Argentinean touches of where her roots are mixed. Out of this hodgepodge of
cultures, ideas and products, extraordinary dessert comes out with an exotic
touch and exceptional good work.
Montserrat A.
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