de libertad que debían aceptar las mujeres saudíes pero cuál ha sido nuestra sorpresa que por fin, estas “cadenas” se están abriendo y están empezando a dejar respirar con un poco de libertad a estas mujeres. “La modificación legal aprobada por el Ejecutivo abre la puerta a que las mujeres mayores de 21 años puedan solicitar el pasaporte y viajar sin el permiso de su progenitor, marido o hermano”
Arabia Saudí
permitirá que las mujeres adultas poder obtener pasaporte, viajar y trabajar
sin necesidad de contar con el permiso de su tutor varón en una histórica flexibilidad
del sistema de tutela masculina sobre la población femenina del reino y que ha
provocado la censura de las organizaciones de derechos humanos.
Además, los
decretos aprobados por el Gabinete facultan a las mujeres para registrar
nacimientos, defunciones, matrimonios o divorcios, un derecho reservado hasta
ahora a la población masculina. Por primera vez, las mujeres podrán ser nombradas tutoras de menores de
edad.
El reglamento
declara también que "el trabajo es un derecho de los ciudadanos" y hace
incapié en que los empleadores no pueden discriminar a su plantilla en razón de
su sexo, edad o discapacidades. Todo esto viene dado no solo por las presiones
de los derechos humanos, también por un objetivo del ambicioso plan del
príncipe heredero Mohamed bin Salman para "acabar con la adicción al
petróleo" del país es incrementar la tasa de empleo femenino del 22 por
ciento actual al 33 por ciento en 2030.
Este avance
también ayudara a que el incesante goteo de jóvenes que en los últimos tiempos
han escapado de sus familias aprovechando vacaciones y solicitando asilo, acto
que ha ensombrecido la imagen internacional del reino.
El primer caso
que abrió el camino que habían seguido con sigilo otras mujeres previamente fue
Rahaf al Qunun, la joven que en enero huyó de su infierno familiar y tras
atrincherarse en un hotel acabó logrando asilo en Canadá. El pasado marzo las
hermanas Reem y Rawan consiguieron asentarse a un tercer país tras permanecer
medio año atrapadas en Hong Kong.
La última
pesadilla la padecen Dua y Dalal, dos hermanas de 21 y 22 años que aprovecharon
unas vacaciones familiares en Turquía para emprender la fuga.
Todas ellas
comparten su declarada rebeldía contra el sistema de tutela que niega el mínimo
control sobre sus vidas. Hasta ahora las mujeres no podían someterse a una
intervención quirúrgica, casarse, alquilar un apartamento, matricular a sus
hijos en un colegio o abrir una cuenta bancaria sin el permiso de un
"mahram".
Interrogado el
año pasado por el controvertido sistema de tutela, Bin Salman reconoció que
buscaba rebajar las restricciones pero tratando de no despertar la ira de los
sectores más recalcitrantes, incómodos por los cambios de los últimos años.
"Los saudíes no quieren perder su identidad pero queremos ser parte de la
cultural global", dijo. "Queremos fusionar nuestra cultura con la
identidad global", agregó.
El año pasado
Riad levantó el veto a que las mujeres pudieran colocarse al volante, una
reivindicación histórica que había alimentado protestas y arrestos. El intento
de Bin Salman de modernizar el país, deslucido por su afán de controlar todos
los resortes del poder y por las consecuencias de sus agresivas decisiones, ha
estado acompañado, sin embargo, por la represión de cualquier disidencia,
incluida la de una decena de mujeres activistas.
Aunque algunas
de ellas han sido puestas en libertad bajo fianza recientemente, el pasado
abril una nueva oleada de detenciones alcanzó a una decena de defensoras de los
derechos de la mujer. Las arrestadas en mayo de 2018 son víctimas de un juicio
que ha suscitado una amplia condena internacional.
Estos son
pequeños grandes avances para mujeres que son tratadas como niñas desde que
nacen hasta que mueren pero por fin hay una pequeña apertura de ley, la cual se
agradece pero que tiene que ir a más y ver si realmente esta ley es tan moderna
como parece o es solo un pequeño velo para no recibir tantas críticas
internacionales.(fuente: El país, el mundo, el periódico)
Montserrat A.
The liberalization of Saudi women.
Not long ago
we talked about the oppression and lack of freedom that Saudi women should
accept but what has been our surprise that finally, these “chains” are opening
and they are starting to let these women breathe with a little freedom. “The
legal modification approved by the Executive opens the door for women over 21
years of age to apply for a passport and travel without the permission of their
parent, husband or brother”
Saudi Arabia
will allow adult women to obtain a passport, travel and work without having the
permission of their male guardian in a historical flexibility of the male
guardianship system over the female population of the kingdom and that has
caused censorship of organizations of human rights.
In addition,
the decrees approved by the Cabinet empower women to register births, deaths,
marriages or divorces, a right reserved so far to the male population. For the
first time, women may be appointed guardians of minors.
The regulation
also states that "work is a citizen's right" and emphasizes that
employers cannot discriminate against their staff because of their sex, age or
disabilities. All this is given not only by the pressures of human rights, but
also by an objective of the ambitious plan of Crown Prince Mohamed bin Salman
to "end the addiction to oil" of the country is to increase the
female employment rate of 22 percent today to 33 percent in 2030.
This advance
will also help the incessant dripping of young people who have recently escaped
from their families taking advantage of vacations and requesting asylum, an act
that has overshadowed the international image of the kingdom.
The first case
that opened the way that other women had previously stealthily followed was
Rahaf al Qunun, the young woman who fled her family hell in January and after
entrenching herself in a hotel ended up obtaining asylum in Canada. Last March
the sisters Reem and Rawan managed to settle in a third country after being
half a year trapped in Hong Kong.
The last
nightmare is suffered by Dua and Dalal, two sisters of 21 and 22 who took
advantage of a family holiday in Turkey to undertake the escape.
All of them
share their declared rebellion against the guardianship system that denies
minimal control over their lives. Until now, women could not undergo surgery,
get married, rent an apartment, enroll their children in a school or open a
bank account without the permission of a "mahram".
Questioned
last year by the controversial guardianship system, Bin Salman acknowledged
that he sought to reduce the restrictions but trying not to arouse the anger of
the most recalcitrant sectors, uncomfortable with the changes of recent years.
"The Saudis do not want to lose their identity but we want to be part of
the global culture," he said. "We want to merge our culture with
global identity," he added.
Last year
Riyadh lifted the veto that women could get behind the wheel, a historical
claim that had fueled protests and arrests. Bin Salman's attempt to modernize
the country, dazzled by his eagerness to control all the springs of power and
the consequences of his aggressive decisions, has been accompanied, however, by
the repression of any dissent, including that of a dozen Women activists
Although some
of them have been released on bail recently, last April a new wave of arrests
reached a dozen women rights defenders. Those arrested in May 2018 are victims
of a trial that has sparked a wide international conviction.
These are
small great advances for women who are treated as girls from birth until they
die but finally there is a small opening of the law, which is appreciated but
you have to go further and see if this law is really as modern as it seems or
it is just a small veil to not receive so many international criticisms.
(Source: The country, the world, the newspaper)
Montserrat A.
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