viernes, 1 de noviembre de 2019

La liberalización de las mujeres saudíes.


No hace mucho hablábamos de la opresión y la falta
de libertad que debían aceptar las mujeres saudíes pero cuál ha sido nuestra sorpresa que por fin, estas “cadenas” se están abriendo y están empezando a dejar respirar con un poco de libertad a estas mujeres. “La modificación legal aprobada por el Ejecutivo abre la puerta a que las mujeres mayores de 21 años puedan solicitar el pasaporte y viajar sin el permiso de su progenitor, marido o hermano”
Arabia Saudí permitirá que las mujeres adultas poder obtener pasaporte, viajar y trabajar sin necesidad de contar con el permiso de su tutor varón en una histórica flexibilidad del sistema de tutela masculina sobre la población femenina del reino y que ha provocado la censura de las organizaciones de derechos humanos.

Además, los decretos aprobados por el Gabinete facultan a las mujeres para registrar nacimientos, defunciones, matrimonios o divorcios, un derecho reservado hasta ahora a la población masculina. Por primera vez, las mujeres  podrán ser nombradas tutoras de menores de edad.
El reglamento declara también que "el trabajo es un derecho de los ciudadanos" y hace incapié en que los empleadores no pueden discriminar a su plantilla en razón de su sexo, edad o discapacidades. Todo esto viene dado no solo por las presiones de los derechos humanos, también por un objetivo del ambicioso plan del príncipe heredero Mohamed bin Salman para "acabar con la adicción al petróleo" del país es incrementar la tasa de empleo femenino del 22 por ciento actual al 33 por ciento en 2030.
Este avance también ayudara a que el incesante goteo de jóvenes que en los últimos tiempos han escapado de sus familias aprovechando vacaciones y solicitando asilo, acto que ha ensombrecido la imagen internacional del reino.

El primer caso que abrió el camino que habían seguido con sigilo otras mujeres previamente fue Rahaf al Qunun, la joven que en enero huyó de su infierno familiar y tras atrincherarse en un hotel acabó logrando asilo en Canadá. El pasado marzo las hermanas Reem y Rawan consiguieron asentarse a un tercer país tras permanecer medio año atrapadas en Hong Kong.
La última pesadilla la padecen Dua y Dalal, dos hermanas de 21 y 22 años que aprovecharon unas vacaciones familiares en Turquía para emprender la fuga.
Todas ellas comparten su declarada rebeldía contra el sistema de tutela que niega el mínimo control sobre sus vidas. Hasta ahora las mujeres no podían someterse a una intervención quirúrgica, casarse, alquilar un apartamento, matricular a sus hijos en un colegio o abrir una cuenta bancaria sin el permiso de un "mahram".

Interrogado el año pasado por el controvertido sistema de tutela, Bin Salman reconoció que buscaba rebajar las restricciones pero tratando de no despertar la ira de los sectores más recalcitrantes, incómodos por los cambios de los últimos años. "Los saudíes no quieren perder su identidad pero queremos ser parte de la cultural global", dijo. "Queremos fusionar nuestra cultura con la identidad global", agregó.
El año pasado Riad levantó el veto a que las mujeres pudieran colocarse al volante, una reivindicación histórica que había alimentado protestas y arrestos. El intento de Bin Salman de modernizar el país, deslucido por su afán de controlar todos los resortes del poder y por las consecuencias de sus agresivas decisiones, ha estado acompañado, sin embargo, por la represión de cualquier disidencia, incluida la de una decena de mujeres activistas.
Aunque algunas de ellas han sido puestas en libertad bajo fianza recientemente, el pasado abril una nueva oleada de detenciones alcanzó a una decena de defensoras de los derechos de la mujer. Las arrestadas en mayo de 2018 son víctimas de un juicio que ha suscitado una amplia condena internacional.

Estos son pequeños grandes avances para mujeres que son tratadas como niñas desde que nacen hasta que mueren pero por fin hay una pequeña apertura de ley, la cual se agradece pero que tiene que ir a más y ver si realmente esta ley es tan moderna como parece o es solo un pequeño velo para no recibir tantas críticas internacionales.(fuente: El país, el mundo, el periódico)

Montserrat A.



The liberalization of Saudi women.
Not long ago we talked about the oppression and lack of freedom that Saudi women should accept but what has been our surprise that finally, these “chains” are opening and they are starting to let these women breathe with a little freedom. “The legal modification approved by the Executive opens the door for women over 21 years of age to apply for a passport and travel without the permission of their parent, husband or brother”

Saudi Arabia will allow adult women to obtain a passport, travel and work without having the permission of their male guardian in a historical flexibility of the male guardianship system over the female population of the kingdom and that has caused censorship of organizations of human rights.
In addition, the decrees approved by the Cabinet empower women to register births, deaths, marriages or divorces, a right reserved so far to the male population. For the first time, women may be appointed guardians of minors.
The regulation also states that "work is a citizen's right" and emphasizes that employers cannot discriminate against their staff because of their sex, age or disabilities. All this is given not only by the pressures of human rights, but also by an objective of the ambitious plan of Crown Prince Mohamed bin Salman to "end the addiction to oil" of the country is to increase the female employment rate of 22 percent today to 33 percent in 2030.
This advance will also help the incessant dripping of young people who have recently escaped from their families taking advantage of vacations and requesting asylum, an act that has overshadowed the international image of the kingdom.

The first case that opened the way that other women had previously stealthily followed was Rahaf al Qunun, the young woman who fled her family hell in January and after entrenching herself in a hotel ended up obtaining asylum in Canada. Last March the sisters Reem and Rawan managed to settle in a third country after being half a year trapped in Hong Kong.
The last nightmare is suffered by Dua and Dalal, two sisters of 21 and 22 who took advantage of a family holiday in Turkey to undertake the escape.
All of them share their declared rebellion against the guardianship system that denies minimal control over their lives. Until now, women could not undergo surgery, get married, rent an apartment, enroll their children in a school or open a bank account without the permission of a "mahram".
Questioned last year by the controversial guardianship system, Bin Salman acknowledged that he sought to reduce the restrictions but trying not to arouse the anger of the most recalcitrant sectors, uncomfortable with the changes of recent years. "The Saudis do not want to lose their identity but we want to be part of the global culture," he said. "We want to merge our culture with global identity," he added.

Last year Riyadh lifted the veto that women could get behind the wheel, a historical claim that had fueled protests and arrests. Bin Salman's attempt to modernize the country, dazzled by his eagerness to control all the springs of power and the consequences of his aggressive decisions, has been accompanied, however, by the repression of any dissent, including that of a dozen Women activists
Although some of them have been released on bail recently, last April a new wave of arrests reached a dozen women rights defenders. Those arrested in May 2018 are victims of a trial that has sparked a wide international conviction.
These are small great advances for women who are treated as girls from birth until they die but finally there is a small opening of the law, which is appreciated but you have to go further and see if this law is really as modern as it seems or it is just a small veil to not receive so many international criticisms. (Source: The country, the world, the newspaper)

Montserrat A.

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