miércoles, 28 de agosto de 2019

Esclavitud en el siglo XXI


Hace tiempo que leí un artículo escrito por Paka Díazfuente: este post está basado en la información publicada en el artículo de mujerhoy noviembre 2018.)
en la revista mujerhoy que me impacto porque no pensé que después de la esclavitud del siglo XIX pudiéramos volver a cometer tales atrocidades, aunque la historia nos cuenta de lo que somos capaces los humanos. (

Hoy en día hay más personas esclavas que en la época del colonialismo en América siendo, todavía, mucho más baratos. El documental húngaro A woman Captured narra la historia de una mujer esclavizada como sierva doméstica en la Europa de hoy. Su nombre es Marish y trabaja 18 horas al día, tanta en casa de su dueña como limpiando en una fábrica pero no percibe ningún sueldo ya que todo el dinero que gana es percibido íntegramente por su captora que le proporciona algunos cigarrillos diarios, las sobras de la comida y un sofá ubicado en el salón.
Ella solo puede salir de casa para tender en el jardín o para coger el cercanías que la lleva a la fábrica. Este corto fue grabado por una estudiante de cine que como trabajo de final de curso se propuso contar la vida de esta mujer.

Se introdujo en la vivienda donde Marish “vivía” acordándolo antes con su captora y con la condición de no grabar a ningún componente de la familia, solo a Marish aunque sus voces y siluetas sí se veían en la pantalla. Otro de los requisitos era que no tuvieran conversaciones privadas pero poco a poco, la directora de este corto Tuza-Ritter  fue ganándose la confianza de Marish y juntas idearon la huida.
La llamaban estúpida, se burlaban de ella.. tuvo problemas económicos y su captora se ofreció a ayudarla  en casa, pero de facto la convirtió en su esclava. En ese momento Marish se sentía desesperaba y no veía donde se metía. Hoy, esta mujer ha conseguido un trabajo y vive con su hija pequeña y su nieto. Se suponía que la policía debía hacer algo pero las autoridades no se han pronunciado al respecto.

Pero no es el único caso en el mundo. Debido a las condiciones precarias de vida de algunas personas no tienen opción de poder elegir y surgen las explicaciones  altamente abusivas, las cuales no pueden rechazar debido a su situación personal.  Otras personas ya nacen en ambientes paupérrimos y no conocen nada más por lo que continuar en la misma situación, trabajar 18 horas por una moneda es parte de la vida en la que les ha tocado vivir.
Lamentablemente, la trata de personas es un negocio muy lucrativo que además parece no tener que enfrentarse a ningún organismo internacional ni a la crítica o rechazo de las personas, por desconocimiento o por mirar a otro lado.

Este mercado de seres humanos genera más de 150.000 millones cada año en sectores como la prostitución, la minería, la pesca o diferentes cultivos y todos ellos tienen un denominador común que es la falta de recursos y el desamparo de la ley. De los 40 millones de esclavos que contabiliza The Global Slavery Index (incluyendo los países occidentales), el 71% son mujeres y el 21% niñas y niños. Resulta paradójico que mientras que en 1850 un esclavo en el sur de los Estados Unidos costaba una cantidad equivalente a 35.000 euros hoy la media en el mundo es de 80 euros por persona, según el libro Gente disponible : nueva esclavitud en la economía global, de Kevin Bales.
Lisa Kristine, prestigiosa fotógrafa estadounidense,  tiene que seguir un estricto protocolo para conseguir llegar  a personas esclavizadas evitando a los dueños. Ella lleva mucho tiempo denunciando estos hechos y continua con su labor.  Una de sus vivencias fue en unos hornos de ladrillo en la India, donde quiso fotografiar a la gente pero las altas temperaturas bloquearon su cámara y tuvo que ir corriendo al coche para poder enfriarla y continuar con su trabajo. Ese fue un momento doloroso para ella ya que su cámara tenía mejor trato que las personas que trabajaban bajos condiciones infrahumanas. Ella no pudo reprimir sus sentimientos y se puso a llorar pero el guía se acercó a ella rápidamente diciéndole que dejara de llorar porque les estaba poniendo en peligro  a todo el grupo.

En la India visitó una aldea donde las familias enteras estaban esclavizadas en el comercio de la seda. El retrato fue:  las manos negras teñidas eran del padre, las manos azules y rojas eran de los hijos.  Mezclan el tinte en grandes barriles y sumergen la seda en ellos ayudados por los brazos que sumergen, también, hasta los codos pero el tinte es tóxico.
Los grandes focos de esclavitud persisten  y son conocidos por todos los gobiernos del mundo. El 58% de los esclavos de todo el mundo se acumulan en cinco países: India, China, Pakistán, Bangladesh y Uzbequistán.  En Qatar y Emiratos Árabes Unidos, mujeres emigrantes de Asia y del África subsahariana son empeladas como trabajadoras del hogar en condiciones de explotación con pasaportes e ínfimos salarios retenidos.

Los sectores de esclavitud son múltiples y variados, desde la esclavitud sexual, recogida de cacao en Ghana y Costa de Marfíl, los cosechadores de pescado del que se componen los palitos de cangrejo son recolectados por personas del sudeste asiático, los bordados de algunos vestidos de lujo cosido por mujeres asiáticas o chinas, la fabricación de ladrillos, la agricultura, la minería… son tantos sectores compuestos por tantísima gente que parece increíble que nadie quiera verlo  y poner alguna solución.

No hablar de algo es siempre sinónimo de que no existe por ello, debemos seguir insistiendo. No queremos ver a esas personas o evitamos ir dónde podemos encontrarlas, pero si les miramos a los ojos, pronto podríamos reconocer sus vidas porque simplemente no irradian vida alguna.

Montserrat A



Slavery in the 21st century
Some time ago I read an article written by Paka Díaz in the magazine mujerhoy that struck me because I did not think that after the slavery of the 19th century we could commit such atrocities again, although history tells us what humans are capable of. (source: this post is based on the information published in the article of mujerhoy November 2018.)
Today there are more slaves than at the time of colonialism in America being, still, much cheaper. The Hungarian documentary A woman Captured tells the story of a woman enslaved as a domestic servant in Europe today. Her name is Marish and she works 18 hours a day, as much in her owner's house as cleaning in a factory but she does not receive any salary since all the money she earns is received in full by her captor who provides her with some cigarettes a day, the leftovers of the food and a sofa located in the living room.

She can only leave the house to tend in the garden or to take the neighborhood that takes her to the factory. This short film was recorded by a film student who, as an end-of-course project, intended to tell the story of this woman's life.
He entered the house where Marish "lived" by agreeing with his captor beforehand and with the condition of not recording any component of the family, only Marish, although their voices and silhouettes could be seen on the screen. Another requirement was that they did not have private conversations but little by little, the director of this short Tuza-Ritter was gaining Marish's trust and together they thought of the escape.
They called her stupid, they made fun of her ... she had economic problems and her captor offered to help her at home, but de facto turned her into her slave. At that moment Marish felt desperate and could not see where she was going. Today, this woman has got a job and lives with her young daughter and grandson. The police were supposed to do something but the authorities have not ruled on it.

But it is not the only case in the world. Due to the precarious living conditions of some people they have no choice to be able to choose and highly abusive explanations arise, which they can not refuse due to their personal situation. Other people are already born in very poor environments and do not know anything else so continue in the same situation, work 18 hours for a coin is part of the life in which they have to live.
Unfortunately, human trafficking is a very lucrative business that also seems not to have to face any international organization or criticism or rejection of people, due to ignorance or to look elsewhere.
This market of human beings generates more than 150,000 million each year in sectors such as prostitution, mining, fishing or different crops and all of them have a common denominator that is the lack of resources and the abandonment of the law. Of the 40 million slaves counted by The Global Slavery Index (including Western countries), 71% are women and 21% are girls and boys. It is paradoxical that while in 1850 a slave in the south of the United States cost an amount equivalent to 35,000 euros today the average in the world is 80 euros per person, according to the book People available: new slavery in the global economy, Kevin Bales.

Lisa Kristine, prestigious American photographer, has to follow a strict protocol to get to enslaved people avoiding the owners. She has been denouncing these facts for a long time and continues with her work. One of his experiences was in brick kilns in India, where he wanted to photograph people but the high temperatures blocked his camera and he had to run to the car to cool it down and continue with his work. That was a painful moment for her because her camera had better treatment than people who worked under subhuman conditions. She could not suppress her feelings and she began to cry but the guide approached her quickly telling her to stop crying because she was putting the entire group in danger.

In India he visited a village where entire families were enslaved in the silk trade. The portrait was: the black hands dyed were of the father, the blue and red hands were of the children. They mix the dye in large barrels and submerge the silk in them aided by the arms that dip, too, up to the elbows but the dye is toxic.
The great foci of slavery persist and are known by all the governments of the world. 58% of slaves around the world accumulate in five countries: India, China, Pakistan, Bangladesh and Uzbekistan. In Qatar and the United Arab Emirates, women migrants from Asia and sub-Saharan Africa are employed as domestic workers in exploitative conditions with passports and very low wages.
The sectors of slavery are multiple and varied, from sexual slavery, cocoa collection in Ghana and the Ivory Coast, the fish harvesters of which the crab sticks are composed are collected by people of Southeast Asia, the embroidery of some dresses of luxury sewn by Asian or Chinese women, brick making, agriculture, mining ... are so many sectors composed of so many people that it seems incredible that nobody wants to see it and put some solution.

Not talking about something is always synonymous with the fact that it does not exist because of it, we must continue to insist. We do not want to see those people or we avoid going where we can find them, but if we look them in the eyes, we could soon recognize their lives because they simply do not radiate any life.

Montserrat A



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