Hace tiempo que leí un artículo
escrito por Paka Díazfuente: este post está basado
en la información publicada en el artículo de mujerhoy noviembre 2018.)
en la revista mujerhoy que me impacto porque no pensé que
después de la esclavitud del siglo XIX pudiéramos volver a cometer tales
atrocidades, aunque la historia nos cuenta de lo que somos capaces los humanos.
(
Hoy en día hay más personas
esclavas que en la época del colonialismo en América siendo, todavía, mucho más
baratos. El documental húngaro A woman Captured narra la historia de una mujer
esclavizada como sierva doméstica en la Europa de hoy. Su nombre es Marish y
trabaja 18 horas al día, tanta en casa de su dueña como limpiando en una
fábrica pero no percibe ningún sueldo ya que todo el dinero que gana es
percibido íntegramente por su captora que le proporciona algunos cigarrillos
diarios, las sobras de la comida y un sofá ubicado en el salón.
Ella solo puede salir de casa
para tender en el jardín o para coger el cercanías que la lleva a la fábrica.
Este corto fue grabado por una estudiante de cine que como trabajo de final de
curso se propuso contar la vida de esta mujer.
Se introdujo en la vivienda donde
Marish “vivía” acordándolo antes con su captora y con la condición de no grabar
a ningún componente de la familia, solo a Marish aunque sus voces y siluetas sí
se veían en la pantalla. Otro de los requisitos era que no tuvieran
conversaciones privadas pero poco a poco, la directora de este corto
Tuza-Ritter fue ganándose la confianza
de Marish y juntas idearon la huida.
La llamaban estúpida, se burlaban
de ella.. tuvo problemas económicos y su captora se ofreció a ayudarla en casa, pero de facto la convirtió en su
esclava. En ese momento Marish se sentía desesperaba y no veía donde se metía. Hoy,
esta mujer ha conseguido un trabajo y vive con su hija pequeña y su nieto. Se
suponía que la policía debía hacer algo pero las autoridades no se han
pronunciado al respecto.
Pero no es el único caso en el
mundo. Debido a las condiciones precarias de vida de algunas personas no tienen
opción de poder elegir y surgen las explicaciones altamente abusivas, las cuales no pueden
rechazar debido a su situación personal.
Otras personas ya nacen en ambientes paupérrimos y no conocen nada más
por lo que continuar en la misma situación, trabajar 18 horas por una moneda es
parte de la vida en la que les ha tocado vivir.
Lamentablemente, la trata de
personas es un negocio muy lucrativo que además parece no tener que enfrentarse
a ningún organismo internacional ni a la crítica o rechazo de las personas, por
desconocimiento o por mirar a otro lado.
Este mercado de seres humanos
genera más de 150.000 millones cada año en sectores como la prostitución, la
minería, la pesca o diferentes cultivos y todos ellos tienen un denominador
común que es la falta de recursos y el desamparo de la ley. De los 40 millones
de esclavos que contabiliza The Global Slavery Index (incluyendo los países
occidentales), el 71% son mujeres y el 21% niñas y niños. Resulta paradójico
que mientras que en 1850 un esclavo en el sur de los Estados Unidos costaba una
cantidad equivalente a 35.000 euros hoy la media en el mundo es de 80 euros por
persona, según el libro Gente disponible : nueva esclavitud en la economía
global, de Kevin Bales.
Lisa Kristine, prestigiosa
fotógrafa estadounidense, tiene que
seguir un estricto protocolo para conseguir llegar a personas esclavizadas evitando a los
dueños. Ella lleva mucho tiempo denunciando estos hechos y continua con su
labor. Una de sus vivencias fue en unos
hornos de ladrillo en la India, donde quiso fotografiar a la gente pero las
altas temperaturas bloquearon su cámara y tuvo que ir corriendo al coche para
poder enfriarla y continuar con su trabajo. Ese fue un momento doloroso para
ella ya que su cámara tenía mejor trato que las personas que trabajaban bajos
condiciones infrahumanas. Ella no pudo reprimir sus sentimientos y se puso a
llorar pero el guía se acercó a ella rápidamente diciéndole que dejara de
llorar porque les estaba poniendo en peligro
a todo el grupo.
En la India visitó una aldea
donde las familias enteras estaban esclavizadas en el comercio de la seda. El
retrato fue: las manos negras teñidas
eran del padre, las manos azules y rojas eran de los hijos. Mezclan el tinte en grandes barriles y
sumergen la seda en ellos ayudados por los brazos que sumergen, también, hasta
los codos pero el tinte es tóxico.
Los grandes focos de esclavitud
persisten y son conocidos por todos los
gobiernos del mundo. El 58% de los esclavos de todo el mundo se acumulan en
cinco países: India, China, Pakistán, Bangladesh y Uzbequistán. En Qatar y Emiratos Árabes Unidos, mujeres
emigrantes de Asia y del África subsahariana son empeladas como trabajadoras
del hogar en condiciones de explotación con pasaportes e ínfimos salarios
retenidos.
Los sectores de esclavitud son
múltiples y variados, desde la esclavitud sexual, recogida de cacao en Ghana y
Costa de Marfíl, los cosechadores de pescado del que se componen los palitos de
cangrejo son recolectados por personas del sudeste asiático, los bordados de
algunos vestidos de lujo cosido por mujeres asiáticas o chinas, la fabricación
de ladrillos, la agricultura, la minería… son tantos sectores compuestos por
tantísima gente que parece increíble que nadie quiera verlo y poner alguna solución.
No hablar de algo es siempre
sinónimo de que no existe por ello, debemos seguir insistiendo. No queremos ver
a esas personas o evitamos ir dónde podemos encontrarlas, pero si les miramos a
los ojos, pronto podríamos reconocer sus vidas porque simplemente no irradian
vida alguna.
Montserrat A
Slavery in the 21st century
Some time ago I read an article written by Paka
Díaz in the magazine mujerhoy that struck me because I did not think that after
the slavery of the 19th century we could commit such atrocities again, although
history tells us what humans are capable of. (source: this post is based on the
information published in the article of mujerhoy November 2018.)
Today there are more slaves than at the time of
colonialism in America being, still, much cheaper. The Hungarian documentary A
woman Captured tells the story of a woman enslaved as a domestic servant in
Europe today. Her name is Marish and she works 18 hours a day, as much in her
owner's house as cleaning in a factory but she does not receive any salary
since all the money she earns is received in full by her captor who provides
her with some cigarettes a day, the leftovers of the food and a sofa located in
the living room.
She can only leave the house to tend in the
garden or to take the neighborhood that takes her to the factory. This short
film was recorded by a film student who, as an end-of-course project, intended
to tell the story of this woman's life.
He entered the house where Marish
"lived" by agreeing with his captor beforehand and with the condition
of not recording any component of the family, only Marish, although their
voices and silhouettes could be seen on the screen. Another requirement was
that they did not have private conversations but little by little, the director
of this short Tuza-Ritter was gaining Marish's trust and together they thought
of the escape.
They called her stupid, they made fun of her
... she had economic problems and her captor offered to help her at home, but
de facto turned her into her slave. At that moment Marish felt desperate and
could not see where she was going. Today, this woman has got a job and lives
with her young daughter and grandson. The police were supposed to do something
but the authorities have not ruled on it.
But it is not the only case in the world. Due
to the precarious living conditions of some people they have no choice to be
able to choose and highly abusive explanations arise, which they can not refuse
due to their personal situation. Other people are already born in very poor
environments and do not know anything else so continue in the same situation,
work 18 hours for a coin is part of the life in which they have to live.
Unfortunately, human trafficking is a very
lucrative business that also seems not to have to face any international
organization or criticism or rejection of people, due to ignorance or to look
elsewhere.
This market of human beings generates more than
150,000 million each year in sectors such as prostitution, mining, fishing or
different crops and all of them have a common denominator that is the lack of
resources and the abandonment of the law. Of the 40 million slaves counted by
The Global Slavery Index (including Western countries), 71% are women and 21%
are girls and boys. It is paradoxical that while in 1850 a slave in the south
of the United States cost an amount equivalent to 35,000 euros today the
average in the world is 80 euros per person, according to the book People
available: new slavery in the global economy, Kevin Bales.
Lisa Kristine, prestigious American
photographer, has to follow a strict protocol to get to enslaved people
avoiding the owners. She has been denouncing these facts for a long time and
continues with her work. One of his experiences was in brick kilns in India,
where he wanted to photograph people but the high temperatures blocked his
camera and he had to run to the car to cool it down and continue with his work.
That was a painful moment for her because her camera had better treatment than
people who worked under subhuman conditions. She could not suppress her
feelings and she began to cry but the guide approached her quickly telling her
to stop crying because she was putting the entire group in danger.
In India he visited a village where entire
families were enslaved in the silk trade. The portrait was: the black hands
dyed were of the father, the blue and red hands were of the children. They mix
the dye in large barrels and submerge the silk in them aided by the arms that
dip, too, up to the elbows but the dye is toxic.
The great foci of slavery persist and are known
by all the governments of the world. 58% of slaves around the world accumulate
in five countries: India, China, Pakistan, Bangladesh and Uzbekistan. In Qatar
and the United Arab Emirates, women migrants from Asia and sub-Saharan Africa
are employed as domestic workers in exploitative conditions with passports and
very low wages.
The sectors of slavery are multiple and varied,
from sexual slavery, cocoa collection in Ghana and the Ivory Coast, the fish
harvesters of which the crab sticks are composed are collected by people of Southeast
Asia, the embroidery of some dresses of luxury sewn by Asian or Chinese women,
brick making, agriculture, mining ... are so many sectors composed of so many
people that it seems incredible that nobody wants to see it and put some
solution.
Not talking about something is always
synonymous with the fact that it does not exist because of it, we must continue
to insist. We do not want to see those people or we avoid going where we can
find them, but if we look them in the eyes, we could soon recognize their lives
because they simply do not radiate any life.
Montserrat A
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