Hoy que hablar
de los derechos de la mujer se ha puesto de moda podríamos hablar de otras
mujeres que ni conocen derechos ni se les deja. Esas son las porteadoras que
cruzan la frontera entre España y Marruecos cada día. Su precio, o mejor dicho,
lo que les pagan son 20 euros por ir cargadas como mulas y por jugarse el
físico diariamente entre golpes, empujones y avalanchas.
Sus caras y
sus cuerpos lo dicen todo: miradas tristes, cuerpos doblados, ojeras y bolsas
en los ojos, cansancio de alma y de cuerpo, todo esto y más se puede ver si las
miramos , aunque sea de soslayo porque , lamentablemente, no es necesario
fijarse mucho para ver el sufrimiento y el esfuerzo sobrehumano al que son
sometidas diariamente para ganarse el pan.
La mayoría de
las mujeres porteadoras se encuentran en la horquilla de edad de 35 y 60 años,
son madres solteras, divorciadas o viudas. No tienen formación, en su gran
mayoría y el 80% analfabetas. Pero son el sostén de sus hogares y no encuentran
otra forma de ganarse la vida.
A las cinco de la mañana empieza la jornada.
Las mujeres se dirigen a la frontera para entrar en Ceuta, donde cargaran los
enormes bultos a sus espaldas aunque las puertas de la verja no se abrirán
hasta las siete de la mañana. Mientras ellas toman posición los policías
marroquíes hacen lo mismo con movimientos suaves. Eso significa que abrirán
pronto. Los policías a golpe de porra y cinturón intentan poner orden pero las
mujeres no pueden detenerse debido a la presión y fuerza que ejerce la masa
humana que las rodea. Sus golpes son justificados sin pensar que no se está
frente a un rebaño de animales, si no de mujeres que se están ganando la vida
honradamente. Todos se convierten en
marionetas de la tracción, aceleración y fuerza que ejercen las personas. Es como
una guerra, ni los hiyab ni las chilabas soportan los envites de la muchedumbre
terminando rotos, rasgados o inservibles pero nadie frena, nadie se queja, se
mira hacia delante evitando una caída o un atropello que podría ser mortal.
Todas las
mujeres quieren ser las primeras en pasar las vallas porque hay más
posibilidades de cargar bultos con la mercancía del polígono ceutí. Cada vez
que se cruza cargada son 20 euros, así que interesa cruzar el máximo de veces
posibles porque cada 20 euros es un seguro diario de alimentación familiar y de
bienestar para los hijos que deben cuidar y alimentar. Pero no nos animemos, no
se hacen más de dos viajes, que ya es una suerte.
Sin embargo,
no es solo el bulto que cargan que podríamos estar hablando de 50 a 80kg,
intentan cargar el máximo escondido bajo la chilaba porque a más mercancía más
beneficio y las fuerzas cada día son menores, por tanto, las posibilidades se
van evadiendo a medida que el tiempo pasa.
Una vez
cargada la mercancía, hay que volver a Marruecos. Esquivando los empujones de
las colas, evitando que el resto de mujeres se cuelen… todo son inconvenientes
y riesgos de avalanchas que se llevan a mujeres, sin contemplaciones, por
delante.
El problema es
que las muertes derivadas por las avalanchas, los golpes, las caídas han
propiciado demasiadas muertes en los últimos meses pero lamentablemente nadie
quiere hablar debido a las posibles represalias gubernamentales.
Las
porteadoras son cruciales para el comercio entre España y Marruecos o como lo
llaman “comercio atípico” porque no es ilegal pero tampoco legal. Esta
situación hace que las relaciones entre porteadoras y comerciantes no exista y
además ayuda a continuar con ese vacío legal de falta de derechos y condiciones
laborales humanas.
La pregunta a
esta situación es sencilla: ¿Por qué no se legaliza? Según explica la
Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía en su informe de 2016, no se hace
porque estamos frente a un paso fronterizo que oficialmente no tiene aduana
comercial. Solo está orientado al trasiego de personas y vehículos, no de
mercancías. Si Marruecos estableciera una aduana comercial con Ceuta, estaría
reconociendo la soberanía española de la ciudad autónoma. No olvidemos que este
comercio beneficia a ambas partes (según se mire) ya que para Ceuta representa
el 70% de su actividad económica y permite a sus comerciantes evitar tasas
aduaneras. Si la mercancía entra por Tanger se deberían pagar un 40% de impuestos , si entra por Ceuta solo un 10%
más gastos “extras” que supondrían otro 10% más. Por otro lado, hay unas 45.000
personas que se benefician directamente del comercio “atípico” e indirectamente
400.000.
El gran
problema de toda esta situación es que el peso recae en las mujeres que no
tienen derechos, ni condiciones laborales medio decentes y que además no pueden
encontrar otro trabajo para sobrevivir. Todo recae sobre las espaldas de estas
mujeres y nunca mejor dicho. (fuente: post basado en el artículo publicado en XLsemanal 18
de Febrero de 2018)
Montserrat A.
Today to speak
of women's rights has become fashionable we could talk about other women who
neither know rights nor are left. Those are the porters who cross the border
between Spain and Morocco every day. Their price, or rather, what they are paid
are 20 euros for being loaded like mules and for playing the physical daily
between blows, shoves and avalanches.
Their faces
and bodies say it all: sad looks, bent bodies, dark circles and bags in the
eyes, fatigue of soul and body, all this and more can be seen if we look at
them, even if it is sideways because, unfortunately, it is not It is necessary
to pay attention to see the suffering and superhuman effort to which they are
subjected daily to earn their bread.
The majority
of porter women are in the age range of 35 and 60 years, are single mothers,
divorced or widowed. They have no training, the vast majority and 80%
illiterate. But they are the support of their homes and can not find another
way to make a living.
At five
in the morning the day begins. The women go to the border to enter Ceuta, where
they will load the huge bundles on their backs although the doors of the gate
will not open until seven in the morning. While they take position the Moroccan
police do the same with smooth movements. That means they will open soon. The
cops with the blow of a truncheon and belt try to put order but women can not
stop because of the pressure and force exerted by the human mass that surrounds
them. Their blows are justified without thinking that you are not facing a herd
of animals, but women who are making a decent living. Everyone becomes a puppet
of the traction, acceleration and strength that people exercise. It's like a
war, neither the hijabs nor the djellabaes support the crowd, ending up broken,
torn or useless, but no one stops, no one complains, looks ahead avoiding a
fall or an outrage that could be deadly.
All women want
to be the first to pass the fences because there are more possibilities to load
bundles with the merchandise of the Ceuta polygon. Each time you cross charged
are 20 euros, so you want to cross the maximum number of times possible because
every 20 euros is a daily insurance of family food and welfare for children who
must care and feed. But we do not encourage each other, we do not make more
than two trips, which is fortunate.
However, it is
not only the bulge they carry that we could be talking about 50 to 80kg, they
try to load the maximum hidden under the djellaba because to more merchandise
more benefit and the forces every day are smaller, therefore, the possibilities
are evaded to as time passes.
Once the goods
are loaded, you have to return to Morocco. Dodging the thrusts of the queues,
preventing the rest of women from sneaking ... all are inconveniences and risks
of avalanches that take women, without contemplations, ahead.
The problem is
that the deaths caused by the avalanches, the blows, the falls have caused too
many deaths in recent months but unfortunately nobody wants to speak due to
possible government reprisals.
Porters are
crucial for trade between Spain and Morocco or as they call it "atypical
trade" because it is not illegal but not legal. This situation makes the
relationship between porters and merchants does not exist and also helps to
continue with this legal vacuum of lack of rights and human working conditions.
The question
to this situation is simple: Why is not it legalized? According to the
Association for Human Rights of Andalusia in its 2016 report, it is not done
because we are facing a border crossing that officially has no commercial
customs. It is only oriented to the movement of people and vehicles, not
merchandise. If Morocco establishes a commercial customs with Ceuta, it would
be recognizing the Spanish sovereignty of the autonomous city. Do not forget
that this trade benefits both parties (depending on how you look at it) since
for Ceuta it represents 70% of its economic activity and allows its merchants
to avoid customs duties. If the merchandise enters through Tangier, 40% of
taxes should be paid, if only 10% plus "extra" expenses come in
through Ceuta, which would mean another 10% more. On the other hand, there are
some 45,000 people who benefit directly from "atypical" trade and
indirectly 400,000.
The big
problem of this whole situation is that the burden falls on women who do not
have rights, or decent working conditions and who also can not find another job
to survive. Everything falls on the backs of these women and never better said.
Montserrat A
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