miércoles, 29 de mayo de 2019

LAS CONSERVAS DE MARISCO.


Hace años, tomar una lata de marisco era signo de no
poder comprar marisco fresco debido a los precios o bien porque no siempre es posible comer según qué tipo de marisco cuando uno quiere. En cualquier caso, puedo decir que hoy en día tomar una conserva de marisco  ya no se califica de poco paladar o falta de medios económicos.  Por otro lado, también se consideraban productos de “subsistencia”, se echaba mano de una lata para cenar, o para un aperitivo que no habíamos organizado… Ahora es un producto gourmet que solo algunos pueden degustarlo si optamos por calidad y buen producto.

Hay muchos bares, tabernas o tiendas gourmet que utilizan las conservas de marisco como algo exclusivo, y en algunos casos, lo son.  Es el momento de las conservas de calidad con productos exquisitos, eso sí, a precios respetables.
Nadie hubiera dicho que Napoleón Bonaparte fue el primero que se empeñó en encontrar una manera  que le permitiera conservar los alimentos para garantizar una alimentación correcta a sus soldados durante la guerra.  Con esta idea decidió premiar con 12.000 francos a quien diera con un método que impidiera  que la carne, fruta o verduras se pudriera. Quien dio con la formula fue Nicolas Appert, un cocinero parisino que empezó a cocer los alimentos y envasarlos al vacío. Los productos se colocaban dentro de las botellas de vidrio, que se cerraban con tapones de corcho y alambre sellándose con cera. Una vez cerrados se hervían aunque tuvieron dificultades con el envase.  En 1810 Peter Durand fue el que patentó la primera lata.

Este tipo de alimentos siempre se relacionaron o bien con la falta de tiempo para cocinar o la falta de conocimientos culinarios. Hoy en día, podemos gozar de unas conservas deliciosas consideradas joyas porque se trata de productos muy especiales o bien muy bien cocinados pero siempre productos de primera calidad.
Grandes chefs las han incluido en alguno de sus cocinas. Por ejemplo podemos estar hablando de zamburiñas guisadas, hígado de rape, anchoas, pulpo… productos delicatesen que son escogidos en su momento óptimo de calidad y son envasados para su consumo, bien al natural , bien cocinados. Para ello, los productores deben conocer el producto y dirigirse a los mejores puertos para seleccionar la calidad deseada para dichas conservas.
Pero no siempre hay que gastarse fortunas para comer una buena conserva. Hay productos medios a buen precio. En Chamberí, Madrid hay un establecimiento donde su objetivo era comprar conservas de una calidad media a buen precio y poder venderlas para poder degustarlas cada día sin necesidad de dejarse una fortuna. Sin embargo, este lugar  va más allá. Sus conservas son servidas en el mismo lugar sardinas, anchoas o berberechos con vinagre o limón eso puede suponer unos 15 euros y cenar de maravilla y de capricho si se quiere.

Pero no solo el producto es importante a la hora de vender, también su envoltorio y presentación es indispensable para atraer el interés del comprador o consumidor. Es importante dar con un diseño que a la vez signifique imagen de una marca y eso hace también la diferencia.
Las historias son miles, en el Norte, en Cataluña, Madrid… encontramos lugares y tabernas con solera que siempre han vivido la experiencia del vermut con los berberechos o almejas, que tanta costumbre había hace tiempo. Todos los negocios con solera coinciden en lo mismo, no engañar nunca al cliente porque no volverá y todos estos negocios se han mantenido en los años y superado la crisis gracias a la honestidad  y respeto hacia el cliente y los productos que se ofrecían. Pero no es una costumbre nacional, hay empresas que exportan a más de 30 países como USA, Japón, china, Alemania... cada uno con sus gustos.

De todos modos, valga decir que la calidad de las “latas” viene dado por el producto de origen nacional, mejillones y berberechos gallegos o anchoas de la Scala o del Norte.  Cualquier origen diferente a estos ya se consideran conservas de un nivel algo inferior bueno pero inferior y estos orígenes son Nueva Zelanda, Inglaterra, Portugal…
Por lo general las conservas no llevan muchos conservantes o ninguno ya que la esterilización es suficiente para conservar el producto en un estado óptimo.  España es el segundo país productor del mundo en conservas de pescado, detrás de Tailandia. En España hay 145 empresas conserveras y la mayoría de ellas, 60, se encuentran en Galicia aunque se pueden encontrar muchas empresas repartidas por todo el país. Algunas de estas conserveras, incluyen agua de mar para la conservación del producto.
Como veis es todo un mundo que se dejó de consumir por prejuicios pero que ahora vuelve con más fuerza y con mejor calidad y reputación.

Montserrat A



THE SEAFOOD CONSERVES.
Years ago, taking a can of seafood was a sign of not being able to buy fresh seafood because of the prices or because it is not always possible to eat according to what kind of seafood you want. In any case, I can say that nowadays eating a seafood conserve is no longer considered to be a poor palate or lack of financial means. On the other hand, they were also considered "subsistence" products, they used a tin for dinner, or for an aperitif that we had not organized ... Now it is a gourmet product that only some can taste if we choose quality and good product.
There are many bars, taverns or gourmet shops that use canned seafood as something exclusive, and in some cases, they are. It is the moment of quality preserves with exquisite products, yes, at respectable prices.

Nobody would have said that Napoleon Bonaparte was the first one who insisted on finding a way that would allow him to conserve food to guarantee a correct diet for his soldiers during the war. With this idea he decided to reward 12,000 francs to anyone who could find a method that would prevent meat, fruit or vegetables from rotting. Who came up with the formula was Nicolas Appert, a Parisian cook who started cooking food and vacuum packing. The products were placed inside the glass bottles, which were closed with cork stoppers and wire sealed with wax. Once closed they were boiled although they had difficulties with the container. In 1810 Peter Durand was the one who patented the first can.

This type of food was always related either to the lack of time to cook or the lack of culinary knowledge. Today, we can enjoy delicious preserves considered jewels because they are very special products or very well cooked but always top quality products.
Great chefs have included them in some of their kitchens. For example, we can talk about cooked scallops, monkfish liver, anchovies, octopus ... delicatessen products that are chosen at their optimum moment of quality and are packaged for consumption, whether natural or well-cooked. For this, producers must know the product and go to the best ports to select the desired quality for these preserves.

But you do not always have to spend fortunes to eat a good preserve. There are average products at a good price. In Chamberí, Madrid there is an establishment where its objective was to buy canned goods of an average quality at a good price and sell them to be able to taste them every day without leaving a fortune. However, this place goes further. Their preserves are served in the same place sardines, anchovies or cockles with vinegar or lemon that can be about 15 euros and have a wonderful dinner and caprice if you want.

But not only the product is important at the time of selling, also its packaging and presentation is essential to attract the interest of the buyer or consumer. It is important to find a design that at the same time signifies the image of a brand and that also makes a difference.
The stories are thousands, in the North, in Catalonia, Madrid ... we find places and taverns with tradition that have always lived the experience of vermouth with cockles or clams, which had been so long ago. All the businesses with a tradition agree in the same, never deceive the client because they will not return and all these businesses have been maintained over the years and overcome the crisis thanks to the honesty and respect towards the client and the products that were offered. But it is not a national custom, there are companies that export to more than 30 countries such as USA, Japan, China, Germany ... each with their own tastes.

Anyway, it is worth saying that the quality of the "cans" is given by the product of national origin, Galician mussels and cockles or anchovies from La Scala or from the North. Any origin other than these are already considered conserved of a somewhat lower but good level and these origins are New Zealand, England, Portugal ...
Generally preserves do not carry many preservatives or none since sterilization is sufficient to preserve the product in an optimal state. Spain is the world's second largest producer of canned fish, behind Thailand. In Spain there are 145 canning companies and most of them, 60, are in Galicia although you can find many companies spread throughout the country. Some of these canneries include seawater for the conservation of the product.
As you can see, it is a whole world that has been consumed by prejudices but now returns with more strength and with better quality and reputation.

Montserrat A

No hay comentarios:

Publicar un comentario