En un par de ocasiones he hablado
de Paul Staments y de su punto de vista sobre la naturaleza y el mundo. Hoy os
escribo un artículo que he visto en XLsemanal del 22 de Agosto donde Paul nos
cuenta lo que ve cuando contempla una hongo. Su pasión en el bosque. Este
artículo que presentare en fragmentos ha sido escrito originariamente por María
García.
Donde usted ve una seta, Paul
Stamets ve un universo. Este prestigioso micólogo asegura que los hongos pueden
limpiar desde los vertidos de petróleo hasta las fugas nucleares. Afirma
también que son eficaces pesticidas no tóxicos y que tienen propiedades
medicinales aún no exploradas. A muchos les parece un excéntrico, pero Bill
Gates y Jeff Bezos ya apuestan por él.
.. En uno de esos paseos que Paul
hacía por el bosque probó un día los hongos psicodélicos de la psilocibina.
Además de tener una experiencia alucinógena inevitable, ocurrió otra cosa: dejó
de tartamudear. Para siempre. Stamets, impresionado por semejante efecto
colateral, se dedicó al estudio del hongo al que atribuía el cambio y decidió
que quería convertirse en micólogo.
Hoy en día es uno de los mayores
expertos del mundo en esta materia. No está , sin embargo, vinculado a ninguna
universidad o institución al uso y financia casi todas sus investigaciones con
el dinero generado por su propia compañía, Fungi Perfecti cuyo negocio consiste
en comercializar setas para gourmets o para uso terapéutico. Dirige así su
propio centro de investigación y ha publicado varios libros sobre los hongos,
entre ellos Mycelium running: how mushrooms can help sabe the world.
En su opinión, los hongos
productores de setas pueden alterar radicalmente el paisaje de la medicina, la
industria forestal, los pesticidas y el control de la contaminación.
Sus ideas despiertan cada vez
mayor interés entre los científicos convencionales, los especialistas en el
medioambiente, los funcionarios del Gobierno e incluso los inversores de Silicon
Valley.
“Nuestros cuerpos y nuestros
entornos son unos hábitats con sistemas inmunológicos”, escribe en Mycelium
running, y los hongos “son el puente que comunica los unos con los otros”.
Stamets describe el micelio –el
entramado de tejidos fibrosos del que surgen los hongos- como “la red
neurológica de la naturaleza”, cuyo objetivo es “garantizar a largo plazo la
buena salud del entorno en el que se desarrolla”-
Se calcula que hay un millón y
medio de especies de hongos, incluidos levaduras y mohos junto con los
macrohongos productores de setas.
Todos estos organismo comparten
con los animales determinados rasgos fundamentales: inhalan oxígeno y exhalan
dióxido de carbono, lo mismo que nosotros ,y son susceptibles a muchos de los
mismos gérmenes.
Al igual que nosotros, consiguen
la energía mediante el consumo de otras formas de vida y no a través de la
fotosíntesis.
Cuando colonizaron el planeta
hace mil millones de años, y con el objetivo de defenderse de los patógenos,
los hongos desarrollaron un arsenal de compuestos antibacterianos y
antivíricos… un recurso que el ser humano tradicionalmente ha explotado en
forma de infusiones de setas y otros preparados alimenticios.
Alexander Fleming lo explotó de
forma más moderna en 1929, al aislar la penicilina del moho Penicillium Rubens.
El ser humano lleva milenios utilizando los microhongos ( mohos y levaduras)
para la producción de alimentos y bebidas como el queso, el pan, la cerveza y
el vino.
Pero Stamets considera que la
cultura occidental ha ignorado los poderes de los macrohongos en lo
fundamental, una actitud que describe como “micofobia” o “racismo biológico”. Y
eso que sus usos son sugerencias espaciales…
El micólogo cree que, por su
utilidad para crear suelos fértiles y por la tolerancia que muchas especies
tienen a la radiación, los hongos podrían ser cultivados por viajeros
interestelares y empelados para terriformizar otros mundos.
Es decir, podríamos sembrar una
mezcla de esporas de hongos y otras semillas para crear una huella ecológica en
un nuevo planeta y, de esa manera, hacer “habitable” la galaxia.
Montserrat A
Paul Stamets |
PAUL STAMETS:
MUSHROOMS SAVED PLANET
On a couple of occasions I have spoken of Paul
Staments and his view of nature and the world. Today an article I've seen in
XLSemanal August 22 where Paul tells us what he sees when he contemplates a
fungus I write. His passion in the forest. This article has been filed in
fragments originally written by Maria Garcia.
Where you see a mushroom, Paul Stamets sees a
universe. This prestigious says mycologist fungi can be cleaned from oil spills
to nuclear leaks. Also states that no toxic pesticides are effective and have
medicinal properties unexplored. A lot of them seem eccentric, but Bill Gates
and Jeff Bezos and bet on it.
.. In one of those trips that Paul was in the
forest he tested a day psychedelic psilocybin mushrooms. Besides having an
inevitable hallucinogenic experience, something else happened: he stopped
stuttering. Forever. Stamets, impressed by such a side effect, he devoted
himself to the study of fungus which attributed the change and decided he
wanted to become a mycologist.
Today it is one of the world's leading experts
in this field. It is not, however, bound by any university or institution to
use and almost all research funded with money generated by his own company,
Fungi Perfecti whose business is to market or gourmet mushrooms for therapeutic
use. And runs his own research center and has published several books on fungi,
including Mycelium Running: how mushrooms can help the world know.
In his opinion, the mushroom-producing fungi
can radically alter the landscape of medicine, forestry, pesticides and
pollution control.
His ideas aroused increasing interest among
mainstream scientists, environmental specialists, government officials and even
investors in Silicon Valley.
"Our bodies and our environments are few
habitats with immune systems," writes Mycelium running, and fungi
"are the bridge to one another".
Stamets describes the mycelium-the web of
fibrous tissue that mold-emerge as "the neurological network of
nature", which aims to "ensure the long-term health of the
environment in which it operates" -
There are an estimated half a million species
of fungi, including yeasts and molds with macrofungi mushroom producers.
All these organisms share certain fundamental
features animals: inhale oxygen and exhale carbon dioxide, the same as us, and
are susceptible to many of the same germs.
Like us, they get energy by consuming other
forms of life and not through photosynthesis.
When they colonized the planet billions of
years ago, and in order to fend off pathogens, fungi developed an arsenal of
antibacterial and antiviral compounds ... a resource that humans have
traditionally operated in the form of infusions of mushrooms and other food
preparations .
Alexander Fleming exploded as more modern form
in 1929, to isolate the penicillin mold Penicillium Rubens. The human being has
millennia using microfungi (yeasts and molds) for the production of foods and
beverages such as cheese, bread, beer and wine.
But Stamets believes that Western culture has
ignored the powers of macrofungi in essence, an attitude he describes as
"mycophobia" or "biological racism". And that their uses
are spatial suggestions ...
Mycologist believes that, by their utility to
create fertile soil and tolerance that many species have radiation, fungus may
be grown by interstellar travelers and terriformizar empelados to other worlds.
That is, we could plant a mixture of fungal
spores and other seeds to create a footprint on a new planet and, thus, make
"living" the galaxy.
Montserrat A
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