El renacimiento de este licor es
un fenómeno mundial que continúa ganando popularidad desde Estados Unidos hasta
Filipinas, y desde el Reino Unido hasta Colombia. Texto de : Liliana López
Sorzano.
Es posible que no haya habido un
licor tan democrático como la ginebra. A comienzos del siglo XVIII fue una
bebida tan popular entre la clase trabajadora de Londres, que a esta época
(1720-1750) se le llamó Gin craze (
locura de la ginebra). El excesivo consumo
hizo que las alarmas se encendieran tanto como con las drogas ilícitas
en tiempos modernos. Pero no solo se veía en clases bajas. Al interior de la
Marina Real Británica había separación de clases y estas, a su vez, se
distinguían por lo que había en sus vasos: ginebra para los altos mandos y ron
para el resto de la tripulación.
Al mismo tiempo, este hechizo
líquido ha tenido presencia en el epítome de la sofisticación encarnado en el
Dry Martini de James Bond, así como en la elite monárquica. La Reina Isabel II,
se sabe bien, tiene un gusto pronunciado por esta bebida.
La ginebra es un destilado de
grano ( maíz, cebada o trigo) pero su característica principal, su columna
vertebral, es el uso de las bayas de enebro en
su segunda destilación, además de otras especias y hierbas, factor que
le da esa riqueza aromática, amada por unos y odiada por otros. Este botánico
pertenece a la familia de los cipreses y fue considerado un remedio para todo
tipo de males, razón por la cual se relacionan los orígenes de la ginebra con
propiedades curativas. Los egipcios hervían el enebro junto con comino y grasa
de pato para los dolores de cabeza; los árabes extraían la resina del árbol
para la dolencia en los dientes; los griegos le adjudicaban beneficios para
limpiar el hígado y los riñones, y en la Edad Media lo utilizaron como antídoto
contra la peste negra en Europa.
Aunque todo el mundo piense en
Gran Bretaña cuando le hablan de ginebra, su origen se remonta al siglo XIII en
Holanda, donde se conoció como jenever, la palabra holandesa que significa
enebro. Sin embargo, fueron los ingleses los que cultivaron el gusto por este
destilado y, desde entonces no hubo quien los detuviera.
En el siglo XIX, el producto
evoluciono. Mejoraron los ingredientes y las técnicas de destilación y se
crearon las primeras London Dry Gin, que no necesitaban adición de azúcar para
maquillar las impurezas del alcohol.
Poco a poco, el licor empezó a ganar reputación y el término de “ginebra inglesa”
ya era sinónimo de calidad. Por la misma época, pero del otro lado del mundo,
la Compañía Británica de las Indias Orientales combatía la malaria a punta de
quinina, un extracto de un árbol llamado Cinchona.
Para hacer menos amarga la toma
de esta dosis, los ingleses empezaron a mezclarla con agua, algo de azúcar e
incluso gotas de limón. Después se darían cuenta de que añadiéndole un poco de
ginebra la medicina mejoraba considerablemente. En esos momentos nació el
precursor del célebre coctel Gin & Tonic.
Las colonias británicas llevaron
de regreso a casa sus gustos y en 1858 apareció en el mercado la primera agua
tónica. En esa misma fecha, la filoxera , la plaga que atacó los viñedos en
Francia, dejó a las clases altas inglesas sin producción de vino ni coñac, lo
que generó un auge en el consumo de Gin y whisky.
En los años cincuenta del siglo
XX, la popularidad del vodka en Estados Unidos empezó a minar la fuerza de la
ginebra, hasta que, en los setenta, el trago de origen ruso era el más popular
del país. Sin embargo, la maravilla perfumada acechaba desde la sombra y, desde
2000, tuvo su renacimiento con un desembarco de nuevas marcas que ningún otro
destilado ha tenido en ese periodo de tiempo.
La primera en marcar la
diferencia y en reinventar la categoría
a afínales de los ochenta fue la Bombay Sapphire London Dry Gin, no solamente por su atractiva
botella azul, sino por revelar los 10 botánicos de los que hacía uso y por su
marcado sabor cítrico. Después vendría Tanqueray Ten, siguiendo los pasos de la
Bombay y adquiriendo un carácter más frutal y menos seco. Pero la revolución de
las ginebras modernas la estableció Hendricks’s hecha en Escocia con una
infusión de pepino y pétalos de rosa, mi favorita. Fue la que abonó el terreno
para que otras destilerías estén creando licores que se alejan de la fórmula
original, desarrollando nuevas técnicas de destilación e incorporando inusuales
ingredientes botánicos.
El futuro está abierto, pero algo
seguro es que la ginebra reclamó su posición en el mundo.
Montserrat A
THE THRONE OF GIN
The revival of this liquor is a worldwide
phenomenon that continues to gain popularity from the US to the Philippines and
from the UK to Colombia. Text: Liliana López Sorzano.
It may not have been such a democratic liquor
such as gin. In the early eighteenth century was such a popular drink among the
working class of London, which at that time (1720-1750) was called Gin Craze
(gin craze). Excessive consumption caused the alarms were lit as well as
illicit drugs in modern times. But he does not just looked in lower classes.
Inside the Royal Navy had separate classes and these, in turn, is distinguished
by what he had in his vessels to the high command gin and rum for the rest of
the crew.
At the same time, this liquid spell has been
present in the epitome of sophistication embodied in the Dry Martini James
Bond, as well as in the monarchical elite. Queen Elizabeth II, is well known,
has a pronounced taste for rum.
Gin is distilled from grain (corn, barley or
wheat) but its main feature, your spine, is the use of juniper berries in his
second distillation, and other spices and herbs, a factor that gives the
aromatic richness , loved by some and hated by others. This botanical belongs
to the family of cypresses and was considered a remedy for all evils, why the origins
of gin with healing properties are related. The Egyptians simmered with cumin
juniper and duck fat for headaches; Arab resin extracted from the tree to the
condition of the teeth; the Greeks adjudicated benefits to cleanse the liver
and kidneys, and in the Middle Ages used it as an antidote to the Black Death
in Europe.
Although everyone thinks in Britain when spoken
of gin, dating back to the thirteenth century in the Netherlands, where he was
known as jenever, the Dutch word for juniper. However, it was the English who
cultivated a taste for this distillate and since then there was no one to stop
them.
In the nineteenth century, the product evolved.
They improved ingredients and distillation techniques and created the first
London Dry Gin, not needed to mask added sugar alcohol impurities. Gradually,
liquor began to gain reputation and the term "English gin" was
already synonymous with quality. Around the same time, but across the world,
the East India Company fought to end malaria quinine, an extract from a tree
called Cinchona.
To do less bitter taking this dose, the English
began to mix with water, sugar and even some lemon drops. Then they would
realize that adding a little gin medicine improved considerably. At those times
he was born the precursor of the famous cocktail Gin & Tonic.
British colonies brought back home their tastes
and in 1858 appeared on the market the first tonic. On the same date, the
phylloxera pest that attacked the vineyards in France, left the English upper
classes without production of wine or brandy, sparking a boom in consumption
Gin and whiskey.
In the fifties of the twentieth century, the
popularity of vodka in the United States began to sap the strength of gin,
until, in the seventies, the drink of Russian origin was the most popular in
the country. However, the scented marvel lurking in the shadows and, since
2000, had its rebirth with arrival of new brands that no other distillate has
had in that period of time.
The first to make a difference and reinventing
the category at the end of eighties was the Bombay Sapphire London Dry Gin, not
only for its attractive blue bottle, but by revealing the 10 botanists who made
use and for its strong citrus flavor. Then would come Tanqueray Ten, following
in the footsteps of Bombay and becoming more fruit and less dry character. But
the revolution of modern gins the established Hendricks's made in Scotland with
an infusion of cucumber and rose petals, my favorite. He was the one who paved
the way for other breweries are creating spirits who are far from the original
formula, developing new distillation techniques and incorporating unusual
botanicals.
The future is open, but sure thing is that the
gin claimed his position in the world.
Montserrat A
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