Este parque con una superficie
que supera el 10% dela isla de
La Gomera; fue declarado como tal en 1981. Posteriormente, en 1986, UNESCO lo
incluyó entre los bienes que forman parte del Patrimonio de la Humanidad.
El parque destaca sobre todo por
ser el principal exponente de la laurisilva canaria, un ecosistema proveniente
de la Era Terciaria, que desapareció del continente como consecuencia de los
cambios climáticos ocurridos en el Cuaternario. El bosque de laurisilva del
Garajonay concentra la mitad de la extensión arbórea madura de este tipo de
vegetación en todo el archipiélago, en unas condiciones óptimas de
conservación.
Así, desde el año 1981, en que el
Garajonay fue declarado parque nacional, han sido muchas las tareas que se han
ido realizando para recuperar los ecosistemas naturales originales a través de
los trabajos de Restauración de Áreas Degradadas. Durante más de25años se han
estado eliminando los pinares plantados en los años sesenta y han sido sustituidos
por la vegetación original, el
fayal-brezal. El área restaurada es de algo más de 500 hectáreas.
La recuperación de la flora
amenazada se ha ido consiguiendo gracias a los conocimientos adquiridos sobre
ella tras muchos años de estudios sobre su biología, genética, demografía, etc.
En muchas de ellas su reproducción en vivero ha sido todo un éxito y se traduce
en amplias reintroducciones en el medio natural. Un buen ejemplo del éxito del
Programa de Rescate Genético es el Saúco (Sambucus nigra ssp. Palmensis) una de
las especies que gracias a los planes de recuperación han logrado recuperar su
presencia en el parque. De apenas media docena de individuos se ha pasado a
contar con varios cientos.
También la lucha contra las
especies exóticas invasoras es uno de los ejes sobre los que se trabaja para
recuperar la riqueza y biodiversidad de los ecosistemas que forman parte del
parque. Los trabajos se han centrado en dos especies bastante agresivas: la
oreja de gato y en la zona de El Rejo la tunera .
Son numerosos los estudios e
investigaciones de los ecosistemas que se han realizado en Garajonay desde que
se creó el parque (estudios de flora, hongos, fauna, suelos, meteorología,
ecología, biología…) Pero es el Área de Seguimiento Ecológico del parque el que
cuenta con un equipo de investigadores que lleva recogiendo datos en más de 100 parcelas del parque desde hace más
de 20 años.
La información recogida sirve
para ver cómo evolucionan los diferentes ecosistemas del monte de forma
natural, ya que desde la creación del parque la naturaleza evoluciona, por
primera vez, sin interferencias humanas. Desde la llegada de los primeros pobladores, el monte fue
aprovechado de una manera u otra. Nuestra generación es la primer que puede
conocer el monte gomero en todo su esplendor.
Pero en este parque no solo hay
estudio y recuperación de la naturaleza, pero gracias a todo ello podemos
disfrutar de diferentes senderos que nos ofrece este maravilloso parque lleno
de embrujo y hechizo que seduce a todo el mundo.
Uno de estos senderos es EL
BAILADERO. No es un sendero difícil: es lineal , tiene un desnivel de 87mt ,
dificultad media y nos ofrece belleza y naturaleza en todo su esplendor. Este
sendero se encuentra al este del parque. Para acceder a él se toma la carretera
CV-14 que se ve a la derecha tras pasar el Monumento Natural de Los Roques.
Tras dejar atrás una curva muy cerrada se ve un pequeño apartadero donde es
necesario dejar el coche, para aquellos que acceden usando este medio de
transporte. El recorrido ofrece unas magníficas vistas de Los Roques y de la
escarpada cabecera del barranco de Hermigua. Es un excelente lugar para
apreciar la diferencia de ambientes entre la vertiente norte, frecuentemente
batida por la niebla, incluso en verano, cubierta de una laurisilva húmeda en
la que proliferan musgos y líquenes tanto en el suelo como en los árboles. En
estos últimos observaremos con frecuencia multitud de gotas de agua que son el
resultado de la condensación de la niebla en las hojas de la vegetación. En
esta zona también hay brezales de tejo, que son propios de las cresterías muy
batidas por la niebla. Sus troncos retorcidos de los que la corteza puede
colgar en tiras llamarán nuestra atención.
En este recorrido también podemos
apreciar interesantes muestras de vegetación rupícola de ambientes húmedos,
particularmente las beas, en otras partes de Canarias llamadas bejeques. Estas
plantas suculentas pertenecientes al género Aeonium, de hojas muy gruesas
dispuestas en forma de roseta, están adaptadas para vivir en lugares en los que
apenas hay suelo.
Hay otra ruta, aunque se puede
elegir entre muchas, que se llama Meseta de Hermigua – El Cedro – La Meseta de
Hermigua. Dificultad media-alta,desnivel de 280 mt y preparados para que la
naturaleza sorprenda.
Esta ruta además de mostrarnos
elementos patrimoniales como la pequeña hornacina dedicada a la Virgen de
Guadalupe, patrona de la isla, nos permite disfrutar de uno de los cursos
permanentes de agua del parque. Este tipo de ambiente húmedo, tan escaso en Canarias,
es el hábitat de la sauceda, una formación arbórea, estrechamente ligada a este
líquido elemento, en la que la presencia en exclusiva del sauce canario (Salix
canariensis) caracteriza los únicos bosques de ribera de Canarias. A lo largo
de la ruta vamos encontrando también retazos de laurisilva seca o termófila, en
la que el barbusano (Apollonias barbujana), el palo blanco (Picconia excelsa) y
el mocán (Visnea mocanera), especies propias de los ambientes más cálidos del
monteverde, hacen acto de presencia. Recorremos así mismo áreas pobladas por
laurisilva de ladera en la que hayas (Morella faya), laureles (Laurus
novocanariensis), acebiños (Ilex canariensis), palo blancos, follaos (Viburnum
rigidum) y brezos (Erica arborea) son las especies dominantes. Al pasar por
zonas rocosas podremos apreciar también como estos ambientes tienen una flora
muy particular: se denominan plantas rupícolas aquellas, que como las beas o
bejeques del género Aeonium están adaptadas a vivir en lugares donde apenas hay
tierra y captar el agua disponible es por ello muy difícil. Es por esta razón
que estas especies suelen tener hojas y tallos suculentos.
Montserrat A
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