Últimamente,
parece que todo el mundo está muy preocupado por esos alimentos
denominados “superalimentos” y los
posibles fraudes, en cuanto a sus verdaderos aportes nutricionales o creer que
un superalimento nos hará súper personas evitando toda clase de enfermedades.
Todo extremo es malo, yo no me cansaré de repetirlo.
Sin embargo,
nadie habla de las adulteraciones de los productos naturales que se nos venden
con etiquetas supuestamente controladas y que luego poco tienen que ver con el
producto que compramos . Por ejemplo, vender pan de espelta cuando solo lleva
un porcentaje muy pequeño de esta harina o vender pan integral cuando en
realidad, es un pan normal al que se le ha añadido malta para oscurecerlo.
Sin duda, es
importante no atribuir más propiedades de las que tiene un producto y también
es importante hablar con propiedad y saber que los alimentos son ayudas para
nuestra salud siempre que no lleven conservantes, colorantes o cualquier tipo
de manipulación que haga que ese producto deje de ser tan sano como
debiera. Solo sentido común en todo y
mucho control para no dejarnos llevar solo por el negocio.
El consumidor
debe saber lo que compra y la ley obligar a todo productor o fabricante a decir
la verdad al 100% para evitar contaminaciones, errores, intoxicaciones…
Por ejemplo
los huevos son un producto que en España se consume mucho, sobre 137 huevos por
año, la mayoría de gallinas criadas en jaulas. Cierto es que no todos conocemos
los códigos de trazabilidad pero en todo envase debe ir escrita toda esa
información obligatoriamente. Huevos de gallinas en jaulas, en suelo, camperas
o ecológicas.
El color de
sus yemas no tiene que ver con el ser más o menos frescos pero si con lo que
comen. Una yema muy anaranjada indica que esa gallina ha comido maíz ya que el
color lo da la pigmentación de los alimentos que ingiere el animal. No
olvidemos que los huevos conservan su frescura durante 28 días, por lo que es
conveniente verificar la fecha de caducidad. Solo los marcados como “extra
frescos” o “calidad extra” están autorizados para puestos de venta de hace
menos de nueve días.
En cuanto a la
miel, podemos escuchar muchas historias y algunas asustan. Lo que si es cierto
es que cuando compro miel de algún apicultor de pueblo su textura, dulzor y
color es muy diferente de las que puedo encontrar en cualquier mercado. La miel
natural se solidifica con el frio, queda terrosa y su dulce no es empalagoso ni
excesivo dejando un sabor especial a la leche o el líquido donde se añada.
Una buena miel
natural y pura es antibacteriana , antiséptica, rica en antioxidantes y 30
gramos de miel pura contiene 20 vitaminas diferentes, 18 tipos de aminoácidos y
16 minerales
Pero también
hay fraude con las mieles. En un informe técnico de la comisión Europea del
2016 se detectó en un 14% de las muestras tomadas de miel que estaban
adulteradas con azúcar.
Para abaratar
la miel se suele adulterar con azúcares añadidos, harinas, almidones o
simplemente con agua. el problema de esto es que la ley no obliga a poner en
cada tarro el origen de dicha miel si tuviera diferentes orígenes.
En cualquier
caso, la mejor opción son las mieles que
lleven su procedencia o vengan de
productores pequeños y locales para
asegurarnos de su pureza y de sus propiedades.
Otro ejemplo y
el último es el de jamón york que cada vez es más difícil encontrarlo en
condiciones. Hay jamón york que llevan
más fécula de patata que carne o bien mezcla de carnes que nos sabemos ni su
origen ni su composición.
Solo el
denominado jamón cocido llevaría entre el 85 y 95% de carne de cerdo o bien el
denominado jamón canario que es la pata de jamón cocida y que se ve que es el
jamón sin más. Leer las etiquetas o bien ver que el jamón presenta vetas de grasa,
fibras o diferentes todos de color harán que sepamos qué tipo de jamón estamos
comprando.
Creo que la
ley debe endurecerse en estos aspectos pudiendo saber en todo momento que
compramos, luego la elección será de cada uno pero la información debe estar
siempre clara y controlada.
Montserrat A.
Adulterations of products that are bought as
healthy and natural
Lately, it
seems that everyone is very concerned about those foods called
"superfoods" and possible frauds, in terms of their true nutritional
contributions or believe that a superfood will make us super people avoiding
all kinds of diseases. Every extreme is bad, I will not tire of repeating it.
However,
nobody talks about the sweetening of natural products that are sold to us with
supposedly controlled labels and that then have little to do with the product
we buy. For example, sell spelled bread when it only takes a very small
percentage of this flour or sell wholemeal bread when in fact, it is a normal
bread to which malt has been added to make it darker.
Undoubtedly,
it is important not to attribute more properties than a product has and it is
also important to speak properly and know that food is a health aid as long as
it does not contain preservatives, dyes or any type of manipulation that causes
that product to leave to be as healthy as I should be. Only common sense in
everything and a lot of control so as not to be carried away by the business
alone.
The consumer
must know what he buys and the law oblige every producer or manufacturer to tell
the truth to 100% to avoid contamination, errors, poisonings ...
Eg eggs are a
product that in Spain is consumed a lot, about 137 eggs per year, most chickens
raised in cages. It is true that not all of us know the traceability codes, but
in all packages all this information must be written. Eggs of hens in cages, in
soil, green or organic.
The color of
their buds does not have to do with being more or less fresh but with what they
eat. A very orange yolk indicates that the hen has eaten corn since the color
is given by the pigmentation of the food the animal eats. Do not forget that
the eggs keep their freshness for 28 days, so it is advisable to check the
expiration date. Only those marked as "extra fresh" or "extra
quality" are authorized for sales positions less than nine days ago.
As for honey,
we can hear many stories and some scare. What is true is that when I buy honey
from a village beekeeper its texture, sweetness and color is very different
from those I can find in any market. Natural honey solidifies with the cold,
remains earthy and its sweet is not cloying or excessive leaving a special
flavor to the milk or the liquid where it is added.
A good natural
and pure honey is antibacterial, antiseptic, rich in antioxidants and 30 grams
of pure honey contains 20 different vitamins, 18 types of amino acids and 16
minerals
But there is
also fraud with honey. In a technical report of the European Commission in
2016, 14% of samples taken from honey that were adulterated with sugar were
detected.
To cheapen
honey it is usually adulterated with added sugars, flours, starches or simply
with water. The problem with this is that the law does not oblige to put in
each jar the origin of said honey if it had different origins.
In any case,
the best option is the honeys that carry their origin or come from small and
local producers to ensure their purity and their properties.
Another
example and the last one is the one of ham york that every time is more
difficult to find it in conditions. There are york ham that carry more potato
starch than meat or a mixture of meat that we know neither its origin nor its
composition.
Only the
so-called cooked ham would take between 85 and 95% of pork or the so-called
Canarian ham, which is the leg of cooked ham and that is seen to be ham without
more. Read the labels or see that the ham has veins of fat, fibers or different
color all make us know what type of ham we are buying.
I believe that
the law should be hardened in these aspects, being able to know at all times
what we buy, then the choice will be for each one, but the information must
always be clear and controlled.
Montserrat A.
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