Barcelona en un lugar de culto para los amantes del
“fitness” que acuden a ella en busca de una experiencia irrepetible… a
medialuz.
Enganchado al ultrafondo, tras
haber superado una época de excesos en la que su trabajo como trader bursátil
le ocupaba las 24hors del día, Josef Ajram decidió apuntarse al Maratón des
Sables; 245km de carretera a pie… por el Sáhara.
El hombre sin límites buscó por
Barcelona un gimnasio en el que pudieran preparar sus cuádriceps para el
extenuante reto de correr por el desierto con la mochila a cuestas hasta que,
un día, entró a pedir información en un pequeño club que había justo al lado de
su casa. Con más curiosidad que fe, se adentró
en aquella sala oscura en la que un grupo de gente sudaba a lo bestia al
ritmo de una música machacona.
Justo cuando se iba a marchar, se
presentó ante él la propietaria del local. “¿Por qué no lo pruebas?,” le
sugirió con un suave acento francés.
Al ultra hombre casi le dio un
ataque de risa. “yo era un ironman y me había retado aquella mujer menuda de
bíceps enormes!·” Pero aceptó. Y la teniente O’neil dorada y tatuada le
destrozó con KO, una de sus sesiones más cañeras. ”Tuve agujetas hasta en el
alma”. Desde entonces, hace ocho años ya, Josef Ajram sigue a las órdenes de
aquella mujer menuda de bíceps enormes, llamada Magali Dalix.
No es la única persona que ha
sucumbido antes los encantos deportivos de la ambición rubia del fitness. Cada
día, sus fieles feligreses acuden hasta su gimnasio, situado en el barcelones
barrio de Sant Gervasi, para entregarse en cuerpo y alma a su suma sacerdotisa.
“Conduzco a la gente hasta ese límite en el que piensan que ya no pueden más,
que se quieren salir de la clase… Yo les doy estímulos positivos para que no
arrojen la toalla y, cuando logran terminar, la satisfacción es enorme.
Finalizar las cosas que se han empezado es clave para llegar donde quieres en
la vida. Eso te da una fortaleza invisible bestial, asegura la entrenadora.
Inspirada en la cultura Shaolin y
los monasterios de la provincia china de Henan, la Sala Magalí es austera y
familiar. En ella el aire acondicionado no existe.
“Muchos clubes son fríos,
grandes, asépticos…sin alma ¡No exhalan deporte! En mi Cubo espacio en el que
realiza sus sesiones entrenamos prácticamente a oscuras y con una temperatura
de 26 grados, como mínimo, porque el calor es bueno para los músculos. Odio las corrientes frías. Para
nosotros, es verano todo el año”.
Nadie, ni siquiera la propia
Dalix, sabe qué va a suceder dentro del Cubo antes de que comience la clase.
“No hay una rutina fija y nunca hacemos el mismo entrenamiento. El único común
denominador es la técnica”, explica. El calor, las luces discotequeras y la
música house hacen de cada sesión “un estallido de endorfinas múltiples”. El
sufrimiento es máximo, pero también el placer: “Me gusta que mis alumnos se
esfuercen pero también que disfruten. Mucha gente no hace deporte porque no
encuentra ese punto de goce. Yo hago todo lo posible por lograr esa atmósfera
tan especial”.
Combinación de aerobic, artes marciales y baile urbano, el método
Magali propone tres tipos de entrenamiento: TrainHard, para adiestrar la mente;
Be Strong; para el cuerpo y Live Better, para la emoción, que es lo que nos
falta en el deporte actual”. Y es que, en su opinión, hemos pasado del ”rollo
super happy del fitness a la actividad física concebida como un sufrimiento
extremo. Si no nos emocionamos, terminamos petando y abandonando”
Las emociones siempreguiaron su
vida pero también le hicieron caer cuando apenas tenia 20 años. “Me dolía el
corazón. Probé una pastilla de éxtasis y el desconsuelo dejó de existir. No
dejé de entrenar pero necesitaba las drogas para aplastar el sufrimiento. Dejé
el fitness y empecé a trabajar como gogó en una discoteca. También serví copas…
y no voy a mentir, me gusta, recuerda.
Hasta que un día dejó de hacerlo. “Primero fue mi mente la que dijo no; luego,
mi cuerpo. Una mañana me levanté y decidí parar. En seco. Volví a empezar.
Su renacer le hizo abandonar su
Francia natal en busca del sueño americano. Siguiendo los pasos de Billy
Blancks, maestro de las artes marciales e inventor del Tae Bo, se estableció en
los Ángeles con dos amigos para seguir un adiestramiento a lo Kill Bill:
“Apenas sabíamos hablar inglés y no teníamos ni un dólar en el bolsillo.
Pagábamos la formación a Blancks con los entrenamientos que hacíamos en su
gimnasio. Era lo único que nos pedía. Cada día, quedábamos con él a las 4 am y
aparecía cuando quería para darnos sus órdenes.
Nuestra vida era comer,dormir y
trabajar hasta el agotamiento”. A pesar del sacrificio, se sentía la
protagonista de un cuento de hadas. “¡Todavía recuerdo la noche que estuve en
los Grammy, junto a Brooke Shields!”.
Era la época dorada del fitness
en los Angeles. “La actividad era bestial. Las mejores clases empezaban a las 5
de la mañana”. Y la ciudad fue su escuela de vida: “Allí, de la mano de mi
mentor; encontré lo que no tenía, la filosofía del deporte. Aprendí el valor de
la disciplina, del respeto al maestro y de la perseverancia”.
Su pasión por el deporte la
llevó, años más tarde, a Barcelona donde se afincó para poner en práctica lo
aprendido junto a Blancks. Así nació la Sala Magalí. No fue fácil, pero lo
consiguió. “Intento mostrar a mis alumnos que el primer obstáculo que hay que
vencer está en la mente que nos repite machaconamente “no puedo”. El límite no
existe, lo fijamos nosotros mismos”. Su método tiene tanto de físico como de
mental: ”observo a mis “víctimas”. Las estudio. Vienen a mí para quitarse los
michelines pero encuentran una terapia para despojarse de sus complejos que es
1000 veces mejor que cualquier dieta.
Fuck the diets es, precisamente,
uno de sus eslogans favoritos: “Mi objetivo no es que mis alumnos adelgacen
sino que alcancen una armonía entre lo que quieren ser y lo que son. Si te
estiras mucho la camiseta durante la clase es señal de que hay algo que no va
bien. El deporte es una herramienta perfecta para trabajar nuestra autoestima”.Fuente:
artículo escrito por Gema García Marcos.
Montserrat A
MAGALI, THE FRENCH
COACH WHO LIVES IN BARCELONA
French guru has become the hall he runs in a
place of worship for lovers of "fitness" who come to her for a unique
experience ... to dimday.
Hooked to ultradistance, after passing a time
of excesses in his work as a stock trader will 24hors occupied the day, Josef
Ajram decided to join the Marathon des Sables; 245km road walk ... through the
Sahara.
The man without limits sought by Barcelona a gym
where they could prepare their quadriceps for the grueling challenge of running
through the desert with a backpack until, one day, came to ask for information
in a small club that was right next to his house. With more curiosity than
faith, he delved into that dark room where a group of people was sweating like
beasts to the beat of pounding music.
Just as he was leaving, he appeared before the
owner of the premises. "Why do not you try ?," he suggested with a
soft French accent.
The ultra man nearly had a fit of laughter.
"I was an ironman and I had challenged that small woman with huge biceps!
•" But accepted. And GI Jane golden tattooed shattered with KO, one of its
most cañeras sessions. "I had shoelaces to the soul." Since then,
eight years ago, Josef Ajram follows the orders of that small woman with huge
biceps, called Magali Dalix.
It is not the only person who has succumbed
before sports charms of the blonde ambition of fitness. Every day, the faithful
parishioners come to his gym, located in the district of Sant Gervasi
barcelones, to surrender body and soul to his Priestess. "I drive people
to that limit where they think they can no longer, who want to leave class ...
I give them positive encouragement to not throw in the towel and, when they do finish,
satisfaction is huge. Finish things that have started is key to getting where
you want in life. That gives you an unseen bestial strength, says the coach.
Inspired by the Shaolin culture and monasteries
in the Chinese province of Henan, the Magalí room is austere and familiar. In
it, the air conditioning does not exist.
"Many clubs are cold, big, Aseptic ...
soulless Do not breathe sport! In my cube space in which conducts its sessions
train virtually in the dark with a temperature of 26 degrees, at least, because
the heat is good for the muscles. I hate the cold currents. For us, it's summer
all year. "
Nobody, not even the Dalix own, knows what will
happen in the Cube before class begins. "There is no fixed routine and
never do the same workout. The only common denominator is the technique,
"he explains. The heat, the main club house lights and music make each
session a "multiple burst of endorphins". Suffering is best, but also
the pleasure: "I like my students strive but also enjoy. Many people do
sport because you do not find that point of enjoyment. I do everything possible
to achieve that special atmosphere. "
Combination of aerobic, martial arts and urban
dance, Magali method proposes three types of training: TrainHard, to train the
mind; Be Strong; for body and Live Better, for emotion, which is what we need
in sports today. " And, in your opinion, we have gone from
"super-happy roll of fitness to physical activity conceived as an extreme
suffering. If not excited, we end petando and abandoning "
Emotions siempreguiaron his life but also made
him fall when he was just 20 years. "My heart ached. I tried a pill of
ecstasy and heartbreak ceased to exist. I not stopped training but needed drugs
to crush suffering. I left my fitness and I started working as a go-go dancer
in a nightclub. I also served drinks ... and I'm not going to lie, I like to
remember. Until one day he stopped. "First it was my mind that said no;
then my body. One morning I got up and decided to stop. Dry. I started over.
His revival made him leave his native France in
search of the American dream. Following in the footsteps of Billy Blancks,
master of martial arts and inventor of Tae Bo, he settled in Los Angeles with
two friends to follow a training to Kill Bill: "I just knew speak English
and we did not have a dollar in your pocket. Blancks were paying the training
with the training we did in the gym. It was all he asked us. Every day, we were
staying with him at 4 am and appeared when he wanted to give his orders.
Our life was eat, sleep and work to exhaustion
". Despite the sacrifice, the protagonist of a fairy tale feel. "I
still remember the night I was at the Grammys, alongside Brooke Shields!".
It was the golden age of fitness in Los
Angeles. "The activity was bestial. The best classes started at 5 in the
morning. " And the city was his school life: "There, my mentor's
hand; I found what I had not, the philosophy of sport. I learned the value of
discipline, respect for the teacher and perseverance ".
His passion for sport led her, years later, to
Barcelona where he settled to put into practice what I learned with Blancks.
Thus he was born the Magalí room. It was not easy, but he did. "I try to
show my students that the first obstacle to be overcome is in the mind that we
repeated insistently" I can not ". The limit does not exist, we set
ourselves. " His method has both physical and mental, "I observe
my" victims ". The study. They come to me to remove the flab but find
a therapy to remove their complex which is 1000 times better than any diet.
Fuck the diets it is precisely one of his
favorite slogans: "My goal is not that my students become thinner but to
achieve a harmony between what they want to be and what they are. If you
stretch much during class shirt it is a sign that something is wrong. Sport is
a perfect tool to work our self-esteem ".Source: article by Gema Garcia
Marcos.
Montserrat A
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