martes, 26 de julio de 2016

MAGALI, LA ENTRENADORA FRANCESA AFINCADA EN BARCELONA

La gurú francesa ha convertido la sala que dirige en
Barcelona en un lugar de culto para los amantes del “fitness” que acuden a ella en busca de una experiencia irrepetible… a medialuz.
Enganchado al ultrafondo, tras haber superado una época de excesos en la que su trabajo como trader bursátil le ocupaba las 24hors del día, Josef Ajram decidió apuntarse al Maratón des Sables; 245km de carretera a pie… por el Sáhara.

El hombre sin límites buscó por Barcelona un gimnasio en el que pudieran preparar sus cuádriceps para el extenuante reto de correr por el desierto con la mochila a cuestas hasta que, un día, entró a pedir información en un pequeño club que había justo al lado de su casa. Con más curiosidad que fe, se adentró  en aquella sala oscura en la que un grupo de gente sudaba a lo bestia al ritmo de una música machacona.
Justo cuando se iba a marchar, se presentó ante él la propietaria del local. “¿Por qué no lo pruebas?,” le sugirió con un suave acento francés.

Al ultra hombre casi le dio un ataque de risa. “yo era un ironman y me había retado aquella mujer menuda de bíceps enormes!·” Pero aceptó. Y la teniente O’neil dorada y tatuada le destrozó con KO, una de sus sesiones más cañeras. ”Tuve agujetas hasta en el alma”. Desde entonces, hace ocho años ya, Josef Ajram sigue a las órdenes de aquella mujer menuda de bíceps enormes, llamada Magali Dalix.
No es la única persona que ha sucumbido antes los encantos deportivos de la ambición rubia del fitness. Cada día, sus fieles feligreses acuden hasta su gimnasio, situado en el barcelones barrio de Sant Gervasi, para entregarse en cuerpo y alma a su suma sacerdotisa. “Conduzco a la gente hasta ese límite en el que piensan que ya no pueden más, que se quieren salir de la clase… Yo les doy estímulos positivos para que no arrojen la toalla y, cuando logran terminar, la satisfacción es enorme. Finalizar las cosas que se han empezado es clave para llegar donde quieres en la vida. Eso te da una fortaleza invisible bestial, asegura la entrenadora.

Inspirada en la cultura Shaolin y los monasterios de la provincia china de Henan, la Sala Magalí es austera y familiar. En ella el aire acondicionado no existe.
“Muchos clubes son fríos, grandes, asépticos…sin alma ¡No exhalan deporte! En mi Cubo espacio en el que realiza sus sesiones entrenamos prácticamente a oscuras y con una temperatura de 26 grados, como mínimo, porque el calor es bueno para los  músculos. Odio las corrientes frías. Para nosotros, es verano todo el año”.

Nadie, ni siquiera la propia Dalix, sabe qué va a suceder dentro del Cubo antes de que comience la clase. “No hay una rutina fija y nunca hacemos el mismo entrenamiento. El único común denominador es la técnica”, explica. El calor, las luces discotequeras y la música house hacen de cada sesión “un estallido de endorfinas múltiples”. El sufrimiento es máximo, pero también el placer: “Me gusta que mis alumnos se esfuercen pero también que disfruten. Mucha gente no hace deporte porque no encuentra ese punto de goce. Yo hago todo lo posible por lograr esa atmósfera tan especial”.
Combinación de aerobic,  artes marciales y baile urbano, el método Magali propone tres tipos de entrenamiento: TrainHard, para adiestrar la mente; Be Strong; para el cuerpo y Live Better, para la emoción, que es lo que nos falta en el deporte actual”. Y es que, en su opinión, hemos pasado del ”rollo super happy del fitness a la actividad física concebida como un sufrimiento extremo. Si no nos emocionamos, terminamos petando y abandonando”

Las emociones siempreguiaron su vida pero también le hicieron caer cuando apenas tenia 20 años. “Me dolía el corazón. Probé una pastilla de éxtasis y el desconsuelo dejó de existir. No dejé de entrenar pero necesitaba las drogas para aplastar el sufrimiento. Dejé el fitness y empecé a trabajar como gogó en una discoteca. También serví copas… y no voy  a mentir, me gusta, recuerda. Hasta que un día dejó de hacerlo. “Primero fue mi mente la que dijo no; luego, mi cuerpo. Una mañana me levanté y decidí parar. En seco. Volví a empezar.

Su renacer le hizo abandonar su Francia natal en busca del sueño americano. Siguiendo los pasos de Billy Blancks, maestro de las artes marciales e inventor del Tae Bo, se estableció en los Ángeles con dos amigos para seguir un adiestramiento a lo Kill Bill: “Apenas sabíamos hablar inglés y no teníamos ni un dólar en el bolsillo. Pagábamos la formación a Blancks con los entrenamientos que hacíamos en su gimnasio. Era lo único que nos pedía. Cada día, quedábamos con él a las 4 am y aparecía cuando quería para darnos sus órdenes.
Nuestra vida era comer,dormir y trabajar hasta el agotamiento”. A pesar del sacrificio, se sentía la protagonista de un cuento de hadas. “¡Todavía recuerdo la noche que estuve en los Grammy, junto a Brooke Shields!”.

Era la época dorada del fitness en los Angeles. “La actividad era bestial. Las mejores clases empezaban a las 5 de la mañana”. Y la ciudad fue su escuela de vida: “Allí, de la mano de mi mentor; encontré lo que no tenía, la filosofía del deporte. Aprendí el valor de la disciplina, del respeto al maestro y de la perseverancia”.
Su pasión por el deporte la llevó, años más tarde, a Barcelona donde se afincó para poner en práctica lo aprendido junto a Blancks. Así nació la Sala Magalí. No fue fácil, pero lo consiguió. “Intento mostrar a mis alumnos que el primer obstáculo que hay que vencer está en la mente que nos repite machaconamente “no puedo”. El límite no existe, lo fijamos nosotros mismos”. Su método tiene tanto de físico como de mental: ”observo a mis “víctimas”. Las estudio. Vienen a mí para quitarse los michelines pero encuentran una terapia para despojarse de sus complejos que es 1000 veces mejor que cualquier dieta.
Fuck the diets es, precisamente, uno de sus eslogans favoritos: “Mi objetivo no es que mis alumnos adelgacen sino que alcancen una armonía entre lo que quieren ser y lo que son. Si te estiras mucho la camiseta durante la clase es señal de que hay algo que no va bien. El deporte es una herramienta perfecta para trabajar nuestra autoestima”.Fuente: artículo escrito por Gema García Marcos.

Montserrat A


MAGALI, THE FRENCH COACH WHO LIVES IN BARCELONA
French guru has become the hall he runs in a place of worship for lovers of "fitness" who come to her for a unique experience ... to dimday.
Hooked to ultradistance, after passing a time of excesses in his work as a stock trader will 24hors occupied the day, Josef Ajram decided to join the Marathon des Sables; 245km road walk ... through the Sahara.

The man without limits sought by Barcelona a gym where they could prepare their quadriceps for the grueling challenge of running through the desert with a backpack until, one day, came to ask for information in a small club that was right next to his house. With more curiosity than faith, he delved into that dark room where a group of people was sweating like beasts to the beat of pounding music.
Just as he was leaving, he appeared before the owner of the premises. "Why do not you try ?," he suggested with a soft French accent.

The ultra man nearly had a fit of laughter. "I was an ironman and I had challenged that small woman with huge biceps! •" But accepted. And GI Jane golden tattooed shattered with KO, one of its most cañeras sessions. "I had shoelaces to the soul." Since then, eight years ago, Josef Ajram follows the orders of that small woman with huge biceps, called Magali Dalix.
It is not the only person who has succumbed before sports charms of the blonde ambition of fitness. Every day, the faithful parishioners come to his gym, located in the district of Sant Gervasi barcelones, to surrender body and soul to his Priestess. "I drive people to that limit where they think they can no longer, who want to leave class ... I give them positive encouragement to not throw in the towel and, when they do finish, satisfaction is huge. Finish things that have started is key to getting where you want in life. That gives you an unseen bestial strength, says the coach.

Inspired by the Shaolin culture and monasteries in the Chinese province of Henan, the Magalí room is austere and familiar. In it, the air conditioning does not exist.
"Many clubs are cold, big, Aseptic ... soulless Do not breathe sport! In my cube space in which conducts its sessions train virtually in the dark with a temperature of 26 degrees, at least, because the heat is good for the muscles. I hate the cold currents. For us, it's summer all year. "
Nobody, not even the Dalix own, knows what will happen in the Cube before class begins. "There is no fixed routine and never do the same workout. The only common denominator is the technique, "he explains. The heat, the main club house lights and music make each session a "multiple burst of endorphins". Suffering is best, but also the pleasure: "I like my students strive but also enjoy. Many people do sport because you do not find that point of enjoyment. I do everything possible to achieve that special atmosphere. "

Combination of aerobic, martial arts and urban dance, Magali method proposes three types of training: TrainHard, to train the mind; Be Strong; for body and Live Better, for emotion, which is what we need in sports today. " And, in your opinion, we have gone from "super-happy roll of fitness to physical activity conceived as an extreme suffering. If not excited, we end petando and abandoning "
Emotions siempreguiaron his life but also made him fall when he was just 20 years. "My heart ached. I tried a pill of ecstasy and heartbreak ceased to exist. I not stopped training but needed drugs to crush suffering. I left my fitness and I started working as a go-go dancer in a nightclub. I also served drinks ... and I'm not going to lie, I like to remember. Until one day he stopped. "First it was my mind that said no; then my body. One morning I got up and decided to stop. Dry. I started over.
His revival made him leave his native France in search of the American dream. Following in the footsteps of Billy Blancks, master of martial arts and inventor of Tae Bo, he settled in Los Angeles with two friends to follow a training to Kill Bill: "I just knew speak English and we did not have a dollar in your pocket. Blancks were paying the training with the training we did in the gym. It was all he asked us. Every day, we were staying with him at 4 am and appeared when he wanted to give his orders.

Our life was eat, sleep and work to exhaustion ". Despite the sacrifice, the protagonist of a fairy tale feel. "I still remember the night I was at the Grammys, alongside Brooke Shields!".
It was the golden age of fitness in Los Angeles. "The activity was bestial. The best classes started at 5 in the morning. " And the city was his school life: "There, my mentor's hand; I found what I had not, the philosophy of sport. I learned the value of discipline, respect for the teacher and perseverance ".
His passion for sport led her, years later, to Barcelona where he settled to put into practice what I learned with Blancks. Thus he was born the Magalí room. It was not easy, but he did. "I try to show my students that the first obstacle to be overcome is in the mind that we repeated insistently" I can not ". The limit does not exist, we set ourselves. " His method has both physical and mental, "I observe my" victims ". The study. They come to me to remove the flab but find a therapy to remove their complex which is 1000 times better than any diet.

Fuck the diets it is precisely one of his favorite slogans: "My goal is not that my students become thinner but to achieve a harmony between what they want to be and what they are. If you stretch much during class shirt it is a sign that something is wrong. Sport is a perfect tool to work our self-esteem ".Source: article by Gema Garcia Marcos.


Montserrat A

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