Bonsai de azaleas |
Las rutas verdes, denominadas en
Japón, bien podrían ser
blancas, violetas o en tonos ocres. La rica y variada
naturaleza de Japón es un mosaico de colores, formas… y también de los olores
que de ella emanan y que pasan a formar parte de sus rituales y tradiciones.
Los cuidados jardines de los templos japoneses son un destino turístico en sí
mismos, pero también lo son los bosques en los que ese esplendor verde crece a
sus anchas, sin límites ni patrones.
La naturaleza nipona es
considerada parte importante de la cultura del País del Sol Naciente. Así lo
viven sus paisanos y así lo muestran a sus visitantes, ofreciendo un plus a
fenómenos naturales ya que por sí espectaculares. Buen ejemplo de ello es el
aprovechamiento de sus recursos (la madera de hinoki), la contemplación del
florecimiento de los cerezos, los ciruelos y las glicinas o el arte del bonsái,
que se remonta al siglo XII y que se ha convertido en todo un símbolo de Japón.
Hinoki: Originario de Japón, el hinoki ( o falso ciprés) es un
árbol de hoja perenne que llega a medir 40 metros de altura. Importantes
palacios, santuarios y templos nipones como el de Horyuji o el Castillo de
Osaka se construyeron con la madera de este tipo de ciprés que crece en las
regiones centrales de Japón. Es habitual encontrarlo en parques y jardines. El
bosque Akzawa en Agematsu (prefectura de Nagano) está repleto de hinokis, y es
reconocido como bosque terapéutico desde el años 2006.
Bosque Akzawa |
Y es que la madera de este tipo
de ciprés es tan especial que era habitual en los baños tradicionales antiguos.
Al aceite de hinoki se le atribuyen propiedades terapéuticas (acaba con
bacterias, infecciones y hongos) y relajantes con cierto olor a limón. Pero no
sólo se utilizaba en la antigüedad.
Otro atractivo es contemplar los
cerezos en flor. El florecimiento de los cerezos es otro gran espectáculo que
regala la naturaleza japonesa. En el Hanami o fiesta de las flores, los
japoneses preparan comidas al aire libre y brindan con sake para celebrar la
primavera. Casi todas las regiones del país tienen su propio paseo de los
cerezos: los parques de Ueno y de Shinjuku en Tokio y el jardín del Museo de la
Moneda o el Parque del castillos de Osaka. En Kioto: el Parque de Maruyama, el
camino de los Filósofos o el templo Daigoji, donde Toyotomi Hideyoshi organizó
un hanani que quedó para la historia.
Parecida a la flor del cerezo, la
del ciruelo viste los campos japoneses al terminar el invierno. De hecho,
alcanza su máximo esplendor en febrero. El parque de los Ciruelos es el lugar
más conocido del archipiélago para contemplarlos. Situado en la ciudad de Ome
(Tokio) cuenta con 1500 ejemplares, blancos y rojos. El parque Hanegi de
Setagaya, en el centro de Tokio, tiene más de 600 ciruelos. Algunos dan flores
de los dos tonos, logrando un colorido impresionante.
Glicinas |
Las glicinias, conocidas como
fuji en Japón, son una de las plantas florales más antiguas e imponentes que se
encuentran en el Parque de las flores de Ashikaga, en la prefectura de Tochigi
( a 100km de Tokio y bien comunicado por carretera o tren) y tiene casi 150
años.
Las glicinias florecen entre
abril y mayo, durante poco más de una semana, pero es un verdadero espectáculo
ver esta inmensa planta iluminada por la noche, reflejada en el estanque del
parque. El jardín botánico de Kawachi Fuji, en Fukuoka, también está repleto de
estas plantas centenarias.
Cerca de Tokio, el templo
Hokokuji está rodeado de un magnífico jardín de bambú que merece la pena
visitar. Igual sucede en otros muchos templos del país, arropados por este tipo
de gramínea en forma de caña tan habitual en Japón y en otros países de su entorno. De hecho, el
bambú crece en todos los continentes, excepto en Europa. El bosque de Sagano
Arashiyama (en Kamakura, al noroeste de Kioto) es uno de los más imponentes del
país. Opción perfecta para completar una visita a Kioto, cuenta con más de 50
variedades de bambú y dispone de varias rutas de senderismo que brindan al
visitante una estampa inolvidable. Está designado sitio histórico nacional y
lugar de gran belleza escénica. El bambú ha sido un material muy utilizado por
los artesanos japoneses y sigue siéndolo. Por ello, alrededor del bosque hay
varios talleres donde se venden objetos elaborados con esta planta.
Bonsai |
Pero si hay alguna planta que se
asocie a la cultura y naturaleza japonesa es el bonsái. La cultura de estos
árboles en miniatura en el país nipón se remonta al periodo Kamakura (siglo
XII), cuando se preparaban en pequeños tiestos para expresar la grandeza de los
paisajes naturales. En el barrio Omiya de Tokio se encuentra la llamada Ciudad
del Bonsai, donde se exponen cientos de miles de árboles en macetas. También en
la capital se pueden visitar el Jardín de bonsáis del parque Showa kinen y el
Museo del bonsái del Jardín Shunka. Per la ciudad del bonsái más grande y famosa
de todo Japón está en la prefectura de Kagawa: la Ciudad del bonsái de Kinashi.
Con más de 200 años de historia, celebra un gran festival a finales de octubre
donde se exponen más de 50000 plantas. Durante el resto del año, hay jornadas
de exposición y venta los dias 5,15 y 25 de cada mes.
Montserrat A
VARIETY AND BEAUTY OF
JAPAN
Parkways, known in Japan, could well be white,
violet or ocher. The rich and varied nature of Japan is a mosaic of colors,
shapes ... and also of the odors emanating from it and become part of their
rituals and traditions. The landscaped gardens of Japanese temples are a
destination in themselves, but so are the forests in green splendor that grows
at ease, without limits or patterns.
The Japanese nature is considered an important
part of the culture of the Country of the Rising Sun. They live their
countrymen and they show visitors, offering a bonus to themselves as
spectacular natural phenomena. A good example is the use of resources (hinoki
wood), contemplation of cherry blossoms, plums and wisteria or the art of
bonsai, which dates back to the twelfth century and has become a whole symbol
of Japan.
Flor de ciruelo |
Hinoki: Originally from Japan, the hinoki (or
false cypress) is an evergreen that grows to 40 meters high. Important palaces,
shrines and temples like Japanese Horyuji or Osaka Castle were built with wood
from this type of cypress that grows in the central regions of Japan. It is
common to find in parks and gardens. The Akzawa Agematsu forest (Nagano
Prefecture) is packed with hinokis, and is recognized as a therapeutic forest
since 2006.
And the wood of this type of cypress is so
special that was common in traditional ancient baths. Hinoki oil are attributed
relaxing therapeutic properties (just bacteria, infections and fungi) and with
some lemon scent. But not only it was used in antiquity.
Another attraction is to look at the cherry
blossoms. The cherry blossom is another great spectacle that gives the Japanese
nature. In the Hanami or flower festival, the Japanese prepare food outdoors
and toast with sake to celebrate spring. Almost all regions of the country have
their own walk of cherry: Parks Ueno and Shinjuku in Tokyo and the garden of
the Museum of the Currency or Osaka Castle Park. In Kyoto Maruyama Park,
Philosophers path or Daigoji temple, where Toyotomi Hideyoshi organized a
hanani that was for history.
Flower like cherry, plum Japanese camps saw the
end of the winter. In fact, it reaches its peak in February. Plums The park is
best known place to contemplate the archipelago. Located in the city of Ome
(Tokyo) has 1500 copies, white and red. The Hanegi Setagaya Park in central
Tokyo, has more than 600 plums. Some give flowers of the two tones, making a
colorful impressive.
Wisteria, known as fuji in Japan, is one of the
oldest and impressive flowering plants found in the park flowers Ashikaga,
Tochigi prefecture (100km from Tokyo and well connected by road and rail) and
It has almost 150 years.
Wisteria bloom in April and May, for just over
a week, but is truly a sight to see this huge plant illuminated at night,
reflected in the pond in the park. The botanical garden of Kawachi Fuji in
Fukuoka, is also full of these secular plants.
Near Tokyo, Hokokuji temple is surrounded by a
magnificent garden of bamboo worth visiting. Like in many other temples in the
country, tucked such as grass as common reed in Japan and other neighboring
countries. In fact, bamboo grows on every continent except Europe. Forest
Sagano Arashiyama (in Kamakura, northwest of Kyoto) is one of the most impressive
in the country. Perfect choice to complete a visit to Kyoto, has more than 50
varieties of bamboo and has several hiking trails that give visitors an
unforgettable picture. It is designated a national historic site and a place of
great scenic beauty. Bamboo has been a material widely used by Japanese
craftsmen and still is. Therefore, around the forest there are several
workshops where objects made from this plant are sold.
But if there is any plant that is associated
with Japanese culture and nature it is the bonsai. The culture of these
miniature trees in the Japanese country dates back to the Kamakura period (XII
century), when prepared in small pots to express the greatness of natural
landscapes. Omiya neighborhood in Tokyo is called Bonsai Town, where hundreds
of thousands of trees are exposed in pots. Also in the capital you can visit
the bonsai garden Showa Kinen Park and the Museum of Bonsai Garden Shunka. Per
the city's largest and most famous bonsai from all over Japan is in Kagawa
Prefecture: City Kinashi bonsai. With over 200 years of history, it celebrates
a great festival in late October where more than 50,000 plants are exposed.
During the rest of the year, there are days of exhibition and sale 5,15 and 25
day of each month.
Montserrat A
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