Cuando hablamos de la comunicación no verbal, nos
referimos a todos aquellos mensajes que enviamos sin hacer uso de la palabra. Hablamos de
gestos, expresiones, movimientos corporales, contacto visual… toda una serie de
señales que tienen mucha importancia en la relación entre las personas.
Normalmente solo hacemos caso o atendemos a las
palabras pero cuantas veces la mente piensa otra cosa y no es controlada por el
humano?
Es importante, en una reunión de cualquier índole,
tenerlo en cuenta y estudiar los ojos, los labios, los gestos para saber
realmente si despertamos interés o por el contrario estamos malhumorando al
oyente.
Hay tres puntos importantes a destacar sobre la
comunicación no verbal
1.- Es un tipo de comunicación totalmente
inconsciente sobre el que no podemos actuar.
2.- Cada gesto tiene significado dentro de un mismo
contexto, por tanto no se deben analizar gestos
aislados.
3.-La comunicación humana es muy compleja y no hay
un manual fijo.
La Kínesica o cinesis
La kinésica estudia el
significado de los movimientos corporales y los gestos en una situación
comunicativa… Es fundamental destacar que los movimientos corporales pueden
tener intención o no tenerla. Dentro de esta “ciencia” se incluyen los
movimientos oculares.
Tipos de Cinesis:
- La postura: Expresa la actitud
de las personas en relación a su entorno. Se distingue entre una postura
abierta ( no cruza ni brazos o piernas) y una posición cerrada ( cuando cruza
brazos o piernas separándose de nuestro interlocutor).
- Los gestos: Los gestos son
movimientos que pueden venir de cualquier parte del cuerpo expresando multitud
de sensaciones y emociones.
- Expresiones del rostro: A
través del rostro expresamos infinidad de estados de ánimo, somos capaces de
expresar hasta 1000 emociones posibles. Paul Ekman en su libro Emotion in the
human faces, estableció 7 expresiones faciales: felicidad, tristeza, ira, asco,
sorpresa, miedo desprecio.
- La mirada: El contacto ocupar
tiene mucha importancia ya que en el acto comunicativo desempeña unas serie de
roles: regula la comunicación, expresa emociones, y comunica la naturaleza de
la relación interpersonal.
- La sonrisa: la sonrisa expresa
alegría, simpatía o felicidad. En su obra Inteligencia social, Daniel Goleman
escribe “Ekman ha identificado 18 tipos diferentes de sonrisa basados en
distintas combinaciones de los 15 músculos faciales implicados. Por ejemplo, la
sonrisa postiza que parece pegada a un rostro infeliz y transmite una actitud
de tipo “sonríe y apechuga” reflejo de resignación.
- El tacto y el olfato: Los seres
humanos se comunican también a través del olfato y el tacto. Tanto la piel como
la nariz son receptores de mensajes.
La cabeza y la cara
Cuando se trata de expresar las emociones en la
cara actúan diversos elementos: La boca, las cejas, los ojos y la mirada.
Los ojos y la mirada: Si observamos la mirada de
nuestro interlocutor, podemos responder a algunas preguntas, como por ejemplo si
nos presta atención o sencillamente si le atraemos. En este sentido los
parpados juegan un papel fundamental, ya que cuando las personas estamos
escuchando parpadeamos para asumir la información que nos viene del exterior.
Una persona que deja de parpadear no presta atención.
Otro detalle a destacar es el
brillo de los ojos o el tamaño de las pupilas. Cuando estamos frente a alguien
a quien deseamos, nuestro ojo se humedece, además las pupilas tienden a
aumentar su tamaño. Al mismo tiempo si nuestro interlocutor nos mira, y el
deseo es mutuo, sus pupilas también se agrandarán.
Las cejas: Cuando nos preocupamos
porque nuestro interlocutor no se abre a la comunicación, nuestras cejas
inmediatamente adoptan forma de “V”. Este gesto denotará en su cara que algo no
va bien por muchas palabras que digan lo contrario.
La boca: Las acciones que realizamos con la boca
son totalmente distintas a lo que podemos realizar con los ojos. Si nos damos
cuenta, cuando nos interesa una persona, nuestra mirada acude directamente a su
boca. Es una forma de aproximación.
Además utilizamos también la boca para humedecernos
el labio inferior, expresando así nuestro deseo.
La sonrisa: Para saber si una sonrisa ha sido
sincera basta con analizar si las dejas han descendido, se han creado arrugas
en las patas de gallo y si se ven los dientes. Si esto
no ocurre la sonrisa es fingida.
La mano en la cara: Cuando nuestras manos se
dirigen a la cara, no es casualidad, también pretenden transmitir mensajes. Un
signo muy conocido, es taparse la boca con las manos, que no es más que la
expresión de vergüenza, derivada de la niñez cuando por ésta ocultábamos
nuestro rostro detrás de las palmas.
Otro signo conocido pero que crea bastante
controversia, es el de acariciarse el pelo con las manos. Se piensa que este
acto, es una señal de seducción, pero no es así, no todos los gestos de la mano
con el pelo tienen esa intención. Si la palma de la mano está descubierta expresa abertura,
mientras que si se oculta la persona que hace el gesto se cierra.
Micropicores: Se ha de distinguir
entre los picores que aparecen porque estamos incómodos y los picores
evidentemente sexuales. Cuando hablamos de los primeros, nos referimos a
situaciones en que estamos con alguien que nos agrada pero por algún motivo
estamos incómodos y nuestro cuerpo reacciona a través de picores en la oreja, nariz,
barbilla o mejilla. Por lo que respecta a los segundos el más importante es el que
parece en el “Arco de Cupido” la zona que se encuentra entre el labio superior
y la nariz.
Los gestos
Los gestos en las conversaciones son más que importantes. Hay estudios
que demuestran
que los italianos son las personas más seductoras de Europa,
casualmente son quienes
más gestos poseen en su cultura.
Las manos: Como decíamos anteriormente, si cuando hablamos presentamos
la palma abierta, esto se traduce en una abertura a la comunicación, ocurre
todo lo contrario cuando no se muestran las palmas. Si las escondemos, por ejemplo
detrás de la espalda, estamos escondiendo nuestras emociones.
El tronco: El tronco está fielmente ligado al
nuestro ego, a nuestra persona. Si se piensa, cuando nos referimos a nosotros
mismos nos tocamos el tronco. En esta zona pueden aparecer una serie de
micropicores, especialmente en el seno izquierdo. Esta acción representa los
deseos contradictorios. Cuando por ejemplo queremos acercarnos a alguien pero
algo nos retiene.
Brazos y antebrazos: Son una prolongación de
aquello que decimos, asimismo, simbolizan la relación entre las personas.
Cuando nos acariciamos el brazo por su parte exterior, estamos
manifestando el deseo de que nos acaricien. Otro
gesto usual es cruzar los brazos y acariciarse el hombro con una mano. Si
acariciamos el hombro derecho, nuestros sentimientos se cierran, sin embargo si
acariciamos el hombro izquierdo, nuestras emociones se exteriorizan.
Si lo que se acaricia es el antebrazo, este gesto
indica un deseo de aproximación mayor al interlocutor. Nos ofrecemos a él o
ella, estamos más distantes del tronco, de nuestra persona. Además las caricias
en la parte interior de esta zona, indican un deseo relacional.
Dedos: El corazón y el anular son
dos dedos que juegan un papel importante en el proceso seductivo. El dedo
corazón representa un deseo físico, mientras que el anular es el símbolo de la
unión. Si una persona lleva entre sus dedos un anillo y lo desliza por todo el
dedo, significa que desea acercarse. No tiene por qué ser un deseo sexual, ya que
entre amigos puede suceder.
Codos y muñecas: Los codos están
muy presentes en el deseo, los utilizamos para dar abrazos. Pueden surgir
micropicores en el codo, este gesto denota una gran abertura. Por otra parte
cuando conversamos y gesticulamos es de especial importancia el estado de
nuestras muñecas. Si las abrimos, presentándolas, nos ofrecemos a la comunicación,
sin embargo si las ocultamos estamos expresando un rechazo.
Las piernas: Así como la parte
superior del cuerpo expresa los deseos afectivos, la parte inferior simboliza
los deseos físicos, así los mensajes que envían ambas partes son distintos. En
primer lugar cabe subrayar que con las piernas tenemos mucha mayor libertad de
movimiento que con los brazos. Además hay situaciones en las que de por si las
piernas están sujetas a estar escondidas (cuando estamos sentados en una mesa),
pero no por ello no manifiestan su deseo, sino que se expresan con mayor autonomía.
Los cruces de piernas sirven para excluir e incluir personas en una situación
concreta. Basta con mirar que pierna cruzamos y hacia donde apunta la pierna
para saber por quién nos inclinamos. Fuente: riunet ( este artículo ha sido extraído de una tesis incluida en
la web riunet.upv.es)
Montserrat A
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