El organismo recibe y procesa la
energía proveniente de nuestras emociones. Por lo tanto, las reacciones que
tenemos frente a los sucesos de la vida influyen sobre nuestro cuerpo, y según
la Medicina Tradicional China, cada sentimiento tiene una relación directa con
un órgano en particular.
El ritmo cardiaco y la
respiración son los primeros en
alterarse a partir de un gran sentimiento. Este vínculo íntimo entre emoción y
organismo es uno de los lemas principales de la Medicina Tradicional China, que
tiene una antigüedad de más de cinco mil años. Esta disciplina considera al ser
humano como un todo que incluye tanto el cuerpo físico como las emociones.
Las emociones son la reacción del
organismo frente a las experiencias por las que pasamos. Ellas son un reflejo
del modo en que cada persona entiende el mundo, y es inevitable sentirlas en
prácticamente todos los momentos de la vida. Cada vez que aflora un
sentimiento, se sucede una reacción de cambios fisiológicos. Pero esto no
significa que sentir sea algo negativo. Por el contrario, sentir es natural y
necesario. Sin embargo, cuando las emociones son excesivas, duraderas o
demasiado intensas, cuando no podemos controlarlas, sino que nos controlan a
nosotros, entonces sí pueden convertirse en causas de enfermedades. Según la
Medicina Tradicional China, esto sucede porque las emociones, ya sea expresadas
o contenidas, afectan el equilibrio de los órganos y la armonía del Qi, la
energía vital que fluye en todas las formas de vida. Cada sentimiento posee un
órgano correspondiente sobre el que actúa y en el que se manifiesta de un modo
más relevante.
Concretamente, la Medicina
Tradicional China señala cinco emociones que influyen sobre los cinco
principales órganos de nuestro cuerpo, y asocia emoción- órgano de la siguiente
manera:
IRA – HÍGADO
ALEGRIA – CORAZON
TRISTEZA – BAZO
PREOCUPACION – PULMONES
MIEDO – RIÑONES
IRA-HIGADO
El sentimiento de ira también
abarca otras emociones como la frustración, la furia, el resentimiento, la
cólera, la indignación y la irritabilidad.
Estos sentimientos se almacenan
en el hígado y en la vesícula biliar, produciendo y acumulando bilis. Como
consecuencia, este depósito de ira puede manifestarse en dolores de cabeza y
cuello, cefalea, mareos y aumento de la presión sanguínea.
Es importante tener en cuenta que
la presencia de ira no siempre se manifiesta. Esto puede derivar en depresión y
resentimiento, los cuales, si se sostienen en el tiempo, terminarán por afectar
al hígado.
Cuando la energía del hígado se
encuentra en buen estado, las personas suelen caracterizarse por ser amables,
tener ansias sanas de superación, capacidad para la toma de decisiones, una
fructífera imaginación , espíritu de iniciativa…
ALEGRIA – CORAZON
La alegría es un hermoso
sentimiento que siempre es bienvenido, e incluso es curativo y beneficia a los
órganos en general, gracias a la sensación de satisfacción, bienestar, paz y
relajación que la felicidad nos ofrece. Sin embargo, cuando los motivos de la
alegría son negativos, por ejemplo alegrarse por la desgracia ajena, o bien se
mantiene un estado eufórico o de sobreexcitación que roza la histeria, se
transformara en una causa de enfermedad que afecta principalmente al corazón.
Como resultado, se podrán experimentar agitación, insomnio, palpitaciones,
inquietud… el desarrollo de manías y distracción mental. Al igual que sucede
con el hígado, los estados de euforia que
desequilibran la energía del corazón.
Cuando la energía del corazón
está equilibrio, el individuo es amable, servicial y solidario.
TRISTEZA-BAZO
La tristeza, la melancolía, la
nostalgia, la desesperanza y el negativismo estancan la energía. Todas estas
emociones afectan al bazo, causando síntomas tales como la mala digestión de
los alimentos, la distención o contracción abdominal, la falta de apetito y
cansancio físico.
El bazo está directamente
relacionado con el pensamiento y los recuerdos, y cuando goza de una energía
equilibrada, genera sentimientos de compasión y empatía, por lo cual la persona
tiene un gran sentido de la realidad y goza de la capacidad de adaptación al
entorno y de analizar y contemplar de forma sabia y tranquila las situaciones
que se presentan en la vida. Pero cuando la energía del bazo se ve estancada,
surgen los sentimientos de intolerancia y apatía que pueden llevar al
aislamiento.
PREOCUPACIÓN-PULMONES
Algunas personas tienen más
predisposición a preocuparse que otras, cuando este sentimiento se vuelve
excesivo y persistente, y comienza a penetrar en todos los aspectos de la vida,
serán los pulmones los que se sentirán mayormente afectados. Esto se podrá
manifestar en tensión en los hombros, tos seca, ronquidos y sensación de
malestar en el tórax.
El cuerpo se sentirá débil, dando
lugar a otras emociones tales como el sufrimiento. Sin embargo, cuando la
energía de los pulmones se encuentra en equilibrio, la persona gozará de
serenidad y vitalidad.
MIEDO-RIÑONES
Cuando las supuestas situaciones
de peligro son imaginarias, ese miedo puede derivar en el apego a los bienes
materiales y en fobias. Los riñones manifiestan estas emociones a través de la
pérdida del control de la vejiga, lo que puede provocar micciones
involuntarias. La correcta energía de los riñones ayuda a los individuos a
actuar con sabiduría frente a la adversidad.
Otras partes del cuerpo y su relación con la emoción
Vesícula biliar: es afectada por el temor a la pérdida y la
desesperanza o ansiedad por el futuro. Se considera que es un órgano crucial
con respecto a la toma de decisiones.
Páncreas: tiene relación con la parte dulce de la vida. Cuando una
persona está siempre amargada, dicho órgano puede afectarse.
Cuello: refleja lo rígidas o flexibles que son las personas frente
a la vida. Un cuello contracturado, tensionado o duro es la consecuencia de ser
demasiado inflexible.
Otras emociones
Amor: Es un sentimiento hermoso altamente gratificante. Pero sus
beneficios sólo se experimentan cuando se vive sanamente. Cuando el amor se
vuelve obsesivo, celoso o cuando continuamente se hiere a quien supuestamente
se ama, esta emoción mal expresada afectará al corazón, lo que se traducirá a
través de insomnio, palpitaciones, enrojecimiento facial y exceso de trabajo
mental con pensamientos monotemáticos e insistentes.
Duelo: Es la tristeza derivada de una pérdida. Cuando no se logra
expresar, este sentimiento perjudica a los riñones. Pero al hablar de duelo, no
sólo se hace referencia a una pérdida sentimental. También puede estar
relacionado con el arrepentimiento y el lamento, lo cual afecta a los pulmones
y al corazón. Los síntomas del duelo son el cansancio, el llanto, la sensación
de opresión en el pecho, voz débil y palidez.
Ansiedad: O el deseo constante a insaciable, generalmente
relacionado con la obtención de bienes materiales o con el reconocimiento de
los demás que nunca se logra satisfacer dado que cuando se alcanza, surgen
nuevas aspiraciones, afecta a varios órganos a la vez, tales como el hígado,
los pulmones y el intestino grueso, pero principalmente perjudica al corazón.
El ansia puede manifestarse a través de
palpitaciones, insomnio, falta de apetito, sed y agitación.
Montserrat A
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