Aquí tenéis una de las mujeres
luchadoras del mundo y férrea en sus objetivos. Esfuerzo, trabajo, tesón y
mucha necesidad. Cocktail perfecto para conseguir cualquier mejora personal.
Lo que más me ha fascinado de
ella son sus movimientos gráciles y elegantes. Cuando mueve sus brazos y sus
manos son como dos plumas mecidas por el viento. Su cuerpo ágil que parece no
tener peso alguno cuando de puntas da las 16 vueltas, cuando hace esos saltos impecables
y esas piruetas increíbles. Su cuerpo es puro musculo y fibra pero no en vano,
trabajo duro durante 10 horas diarias.
Un cuerpo musculoso, 13 años,
orígenes humildes y negra. Misty Copeland lo tenía todo para no ser jamás ni el
cisne ni el pájaro de fuego. Nunca hubiera interpretado los ballets rusos de
Stravinski si hubiera hecho caso a lo que le decían: demasiado mayor,
demasiadas curvas y, en resumidas cuentas, demasiado atípica para ser la
clásica bailarina espigada de ballet. Mejor el hip hop, el baile roto y
acrobático de la cultura marginal. Presumiblemente, lo suyo.
En el anuncio, la artista está en
medio de un salón de ensayos dispuesta a comenzar su rutina. Mientras ella
eleva su cuerpo en puntas, una voz en off lee una carta que remite a su pasado:
una academia de danza le informa de que no puede aceptarla, pues no tiene el
cuerpo adecuado para el ballet y porque a sus 13 años ya es muy vieja para
comenzar en este arte. Concluye con la bailarina desplazándose por un escenario
acompañada por la leyenda: “Haré lo que quiero”. ( I will what I want)
Ni sus éxitos ni esta fama son
gratuitos. El testimonio de esta artista no es como el de las de otras
bailarinas de ballet , hijas de millonarios o pertenecientes a una familia
amante de la danza clásica; ella es todo lo contrario.
Y, sin embargo, contra todo
prejuicio y pronóstico, bailando una media de 10 horas diarias desde hace 20
años, ha tocado el cielo en uno de los cuerpos de ballet más prestigiosos del
mundo. El Metropolitan Opera House es su hogar, aunque su domicilio esté en el
Upper West Side de Nueva York. Todo esto le ha pasado a ella, la niña del
cuento de Navidad, hija de una madre soltera de seis hijos que ni en sueños
tuvo para comprar zapatillas rosas y tutús; solo lo justo para comida basura y
fritanga en el motel californiano donde vivieron antes de pasar a peores.
Empezó a hacer ballet en el
colegio. Le bastaron dos meses para pararse en puntas de pie, cuando lo normal
son cuatro años. Y dos para hacer 16 giros. Enseguida fue becada. MistyCopeland ( video) es la primera bailarina principal afroamericana
del American Ballet Theatre, tiene una línea de ropa de danza (para mujeres
curvilíneas) y es asesora del presidente Obama. Su historia es de película, al
parecer a cargo de los productores de 'El señor de los anillos'. A veces, sube
sus pies de oro a unos tacones Louboutin y camina por alturas de vértigo.
Fuente: Mujerhoy
Por sus palabras la conoceréis:
''Mi plan fue superar a todo el
mundo, ser tan perfecta técnicamente que viesen solo mi talento y no mis
pechos, mis curvas o mi color de mi piel'' (Life in Motion, 2013).
Montserrat A
MISTY COPELAND:
BLACK SWAN THAT HAS BROKEN SCHEMES IN THE BALLET
Here's a women fighters in the world and fierce
in their objectives. Effort, work, determination and a lot of need. Perfect for
any personal improvement cocktail.
What most he fascinated me about her are her
graceful and elegant movements. When you move your arms and hands are like two
feathers swaying in the wind. Her lithe body that seems to have no weight when
given tips 16 laps when makes those immaculate these incredible jumps and
pirouettes. His body is pure muscle and fiber but not in vain, hard work for 10
hours a day.
A muscular body, 13 years old, humble and black
backgrounds. Misty Copeland had it all never to be neither the swan or the
Firebird. I would never have interpreted the Russian ballets of Stravinsky had
he listened to what they said: too old, too many curves and, in short, too
atypical to be gleaned from classical ballet dancer. Best hip hop, broken and
acrobatic dance of the marginal culture. Presumably his.
In the ad, the artist is in the midst of a
rehearsal room ready to begin his routine. As she raised her body ends, a voice
reads a letter that refers to its past: an academy of dance tells you that it
can not accept it, since it has the appropriate body for ballet and because of
his 13 years and is too old to start in this art. He ends with the dancer
moving through a stage accompanied by the caption: "I will do what I
want". (I will what I want)
Nor its successes or this fame are free. The
testimony of this artist is not like the other ballerinas, daughters of
millionaires or belonging to a loving family of classical dance; it is the
opposite.
And yet, against all prejudice and prognosis,
dancing an average of 10 hours a day for 20 years, he has touched the sky in
one of the bodies most prestigious world ballet. The Metropolitan Opera House
is home, though his home is on the Upper West Side of New York. All this has
happened to her, the girl's Christmas Carol, daughter of a single mother of six
children who would not dream had to buy pink tutus and slippers; just enough to
junk food and greasy in the California motel where they lived before moving to
worse.
He started doing ballet school. Two months were
enough to stand on tiptoe, when the norm is four years. And two for 16 laps.
Then she received a scholarship. Misty Copeland (video) is the first African
American principal dancer with the American Ballet Theatre, has a clothing line
dance (for curvy women) and adviser to President Obama. His story is film,
apparently by the producers of 'The Lord of the Rings'. Sometimes your feet up
gold Louboutin heels and walks dizzying heights. Source: Mujerhoy
By his words the know:
'' My plan was to beat everybody, be as
technically perfect them to see not only my talent and my breasts, my curves
and my color of my skin '' (Life in Motion, 2013).
Montserrat A
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