La vida no es un lecho de rosas
para casi nadie, pero la inmensa mayoría de nosotros la hacemos más difícil
aún.
Las redes sociales y medios de
comunicación están repletos de videos o nos cuentan historias de gente que ha
superado una enfermedad terrible, gente a la que le ha sucedido un milagro,
historias de vida extraordinarias o la antítesis como gente desgraciada en medio de catástrofes,
muertes, abusos, etc…
Entonces al ver y oir estos
episodios, uno siente que es un desagradecido y que sino agradece sus
comodidades, su salud o el estado actual normal en el que se encuentra, es que
no sabe vivir ni ver su felicidad o por lo contrario, que es un fracasado.
Por el contrario también
encontramos personas que nunca están contentas con lo que tienen y son y
siempre desean todo lo del prójimo haciéndolas infelices.
En realidad si pensamos e
intentamos ser objetivos, sobrevaloramos las dificultades y minorizamos y
hasta ridiculizamos los momentos de felicidad, placer, o bien los
pasamos por alto, por el exceso de inútiles preocupaciones. La mayoría son verdaderas preocupaciones y casi todas
solucionables, pero no deben ocupar todo nuestro espacio interior. No sabemos
pensar, ni usar la capacidad natural para resolver problemas, nos entristecemos
antes de haber actuado para solucionar
asuntos. Nos amargamos antes de ir a pagar una deuda así tengamos el dinero,
nos preocupamos antes de llegar a la visita médica, cuando aún no hemos hablado
con el médico. Nos amargamos con el antes, el durante y el después de lo que
ocurrirá, porque no sabemos pensar ni elaborar lo que pensamos.
Contemplamos circunstancias a través de los medios de comunicación que
distorsionan las emociones, de tal forma que nos resulta cotidiana la tortura y
la muerte, o creemos que comprar un perfume nos dará felicidad.
No hay patrones claros, lo malo
es bueno y lo bueno es malo, entonces toda está información entra a nuestras
vidas y por inercia magnificamos las preocupaciones, porque estamos confundidos
con los valores. Somos un “noticiero” para nosotros mismos agrandando
situaciones habituales que pueden resolverse con una mirada de sentido común y
la ocupación que merece.
Nos suceden cosas malas o muy
malas y eso no lo podremos evitar, pero sí dejar de darles la calificación de
terribles, ello nos permitirá verlas como realmente son y dejar fuera toda
clase de lamentos inservibles, que nos lleva a perder el centro del aquí y
ahora y nos coloca en un plano del pasado que ya no se soluciona.
Las perturbaciones angustian y la
angustia puede crecer hasta formar una raíz de amargura que nos haga entrar en
un espiral de innecesario sufrimiento.
Es imposible agachar la cabeza,
no comparar y vivir llenos de falsa información. La autocrítica es siempre
severa y apartarnos de la ansiedad actual y sus exigencias parece una utopía.
Argumentar con razón, de forma
profunda, que no debe darse paso a la angustia o la ansiedad. Intente quitar
los pensamientos de autoexigencia que lo llenan de amargura. Deje de quejarse
por todo, de discutir por tonterías, predisponga su corazón a la sabiduría
emocional y a aprender a pensar bien. No se angustie sin razón. No se amargue
la vida poniendo como terrible las preocupaciones diarias y a éstas que es cierto
que agotan, tomarlas con la calma necesaria y el sentido común para evaluarlas,
pueden disgustarnos, pero no deben afligirnos. Use el diálogo interior para
buscar soluciones. Fuente Erika Madrid.
Humanista
Montserrat A
STOP COMPLICATE
LIFE HELPS BETTER LIFE
Life is not a bed of roses for just about
anyone, but the vast majority of us do even more difficult.
Social networks and media are full of videos
and tell us stories of people who have overcome a terrible illness, people that
a miracle has happened, extraordinary life stories as unhappy people antithesis
amid disasters, deaths , abuse, etc ...
Then to see and hear these episodes, one feels
it is a thankless and it welcomes your comfort, health or normal current state
where it is, you do not know how to live and see their happiness or otherwise,
which is a failure.
On the contrary we also find people who are
never happy with what they have and are and always want everything neighbor
making them unhappy.
Actually if we think and try to be objective,
we overestimated the difficulties and minorizamos and even ridicule the moments
of happiness, pleasure, or the overlooked, by too much useless worries. Most
are real concerns and most solvable, but should not take up all our inner
space. We do not know think or use the natural ability to solve problems, we
grieve before acting to resolve issues. We become bitter before going to pay a
debt and have the money, we worry before reaching medical visit, when we have
not even talked to the doctor. We become bitter with before, during and after
what will happen, because we do not think or develop what we think.
We contemplate circumstances through the media
distorting emotions, so that we find everyday torture and death, or believe
that we will buy a perfume happiness.
No clear patterns, bad is good and good is bad,
then all this information comes into our lives and inertia magnify concerns
because we are confused with values. We are a "news" for ourselves
enlarging common situations that can be solved with a look of common sense and
occupation deserves.
We happen bad or very bad things, and that we
can not help but stop giving the rating of terrible, this will allow us to see
them as they really are and let out all sorts of useless regrets, leading us to
lose the center of the here and now puts us in a plan of the past that no
longer is solved.
Disturbances distress and anguish can grow into
a root of bitterness that makes us get into a spiral of unnecessary suffering.
Duck is impossible not to compare and live full
of false information. Self-criticism is always severe and away from the current
anxiety and demands seems a utopia.
Argued rightly so deep, that step should not be
taken to distress or anxiety. Try to remove the self-imposed thoughts that fill
it with bitterness. Stop complaining about everything, arguing over trifles,
predisposes the heart to emotional wisdom and learn to think well. Do not fret
no reason. Life is not as awful bitter putting everyday worries and it is true
that they run out, take them with the necessary calm and common sense to
evaluate them, can disgustarnos, but should not grieve. Use the internal
dialogue to find solutions. Source Erika Madrid. Humanist
Montserrat A
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