muy a menudo. Mucha gente la repite como si fuera un
mantra: “si funciona, no lo cambies”, afirman de forma convencida. Es una frase
que pertenece al ámbito del llamado sentido común, ¿Cómo vamos a cambiar algo
que va bien y que funciona? Parece lógico no hacerlo.
Pero la vida, muchas veces, no
tiene nada de lógica. De hecho, las grandes innovaciones surgen del absurdo, de
replantear creativamente una convención. Por ejemplo, hasta hace poco la
mayoría de los teléfonos móviles tenían teclas mecánicas. Alguien en Apple
pensó que si la mitad del teléfono estaba ocupado por el teclado, se impedía
que la pantalla fuera mayor.
Por tanto , la solución creativa
se basó en algo a priori absurdo: eliminar lo que funcionaba; es decir,
eliminar el teclado mecánico y sustituirlo por teclado digital.
Innovar es cambiar. Pero no es
cambiar por cambiar. Lo que funciona ahora mismo seguramente seguirá
funcionando un tiempo. Pero ¿Cuánto? No lo sabemos. Vivimos en una sociedad tan
líquida y sinuosa, que cada vez es más difícil saber lo que pasará mañana.
Por esa razón es importante
empezar a pensar en cambiar lo que funciona. Si no lo hacemos, alguien lo
acabará haciendo por nosotros. Pasó con la fotografía, con las máquinas de
escribir y con muchas cosas más: lo que parecía que funcionaría para siempre de
repente dejó de hacerlo. Para evitarlo, hay que cambiar nuestra forma habitual
de ver las cosas. Si algo funciona, tarde o temprano tendremos que cambiarlo.
Las elecciones en muchos países,
especialmente europeos, nos dan algunas pistas de cómo es posible que
evolucione la política en el futuro. Es posible que, en menos tiempo del que
parece, la política cambie de forma bastante radical. ¿Están los grandes
partidos de todo el mundo preparados para reinventarse? No solo hay que innovar
en Google, en Cirque du Soleil o Facebok. También hay que hacerlo en la
administración pública, en la justicia, en los partidos políticos. Todos tenemos
el deber de reinventarnos en momentos en los que lo peor que puede pasar es
quedarnos quietos y no hacer nada. Innovar no tiene que ver solamente con la
tecnología . Implica audacia, riesgo, aventura, superación de barreras,
inconformismo y muchas cosas más.
Pero si en las empresas todavía
impera el “no toques lo que todavía funciona”, nos va a ir, francamente, mal. A
tiempos líquidos, liderazgos líquidos. Atreverse a cambiar lo que funciona no
es un lujo ni un salto mortal innecesario: es absolutamente imprescindible si
queremos que la innovación deje de ser una utopía y se convierta en una
realidad.
Montserrat A
DO I NEED TO CHANGE
WHAT WORKS?
We can hear the expression "if it works,
do not touch it" very often. Many people repeat like a mantra: "If it
works, do not change," they say so convinced. It's a phrase that belongs
in the so-called common sense, how can we change something that is good and it
works? It seems logical not.
But life often has nothing of logic. In fact,
major innovations are the absurd, to creatively rethink a convention. For
example, until recently most mobile phones have mechanical keys. Someone at
Apple thought that if half the phone was occupied by the keyboard, the screen
is prevented is greater.
Therefore, the creative solution based on
something absurd priori: eliminate what worked; ie, remove and replace
mechanical keyboard digital keyboard.
Innovation is changing. But it is not change
for change. What works now probably it will run for a while. But how much? We
do not know. We live in a society as liquid and sinuous, which is increasingly
difficult to know what will happen tomorrow.
For that reason it is important to start
thinking about changing what works. If we do not, someone will end up doing for
us. It happened to photography, typewriters and a lot more: what seemed to run
forever suddenly stopped. To avoid this, we must change our usual way of seeing
things. If something works, sooner or later we will have to change.
The elections in many countries, especially
European, give us some clues as to how it may evolve in the future policy. It
is possible that in less time than it seems, political change quite radically.
Are the major parties around the world prepared to reinvent itself? Not only
must innovate Google in Cirque du Soleil or Facebok. Also must be done in
public administration, justice, in political parties. We all have a duty to
reinvent ourselves at a time when the worst thing that can happen is to stand
by and do nothing. Innovation is not about technology alone. It means boldness,
risk, adventure, overcoming barriers, nonconformity and much more.
But if companies still prevails "do not
touch what still works," we will go, frankly, wrong. A liquid times,
liquid leadership. Dare to change what works is not a luxury or a somersault
unnecessary: it is absolutely essential if we want innovation longer a utopia
become a reality.
Montserrat A
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