entonces todo se transforma y
pasa a ser ilusión y viendo los episodios diarios de la vida desde otro prisma.
El museo de
Antioquia presenta una muestra de 32 oleos y 18 dibujos en los que el famoso
artista colombiano pinta, en su estilo particular, animales, malabaristas y
contorsionistas en posturas que retan la fuerza de gravedad.
Apenas unos
meses después de haber terminado su serie Abu Ghraib sobre tortura y violencia
en la cárcel iraquí que lleva el mismo nombre, los malabaristas,
contorsionistas, payasos y animales que encontró el maestro Fernando Botero en
un circo ambulante de Zihuatanejo en Mexico. Fueron, según el mismo cuenta, el
motivo para dibujar sobre un tema más optimista. De ese encuentro nació su
serie EL CIRCO, que estuvo abierta hasta el 17 de mayo en el Museo de
Antioquia.
La serie fue
terminada después de dos años de trabajo y mostrada en su totalidad en el libro
EL CIRCO PINTURAS Y TRABAJOS EN PAPAEL, que publico en el 2013.
De acuerdo con
Juan Camilo Castaño, miembro del equipo de educación del museo , algunas
características de la serie son la interacción entre payasos, domadores,
trapecistas y animales, además del manejo de colores vivos que se despliegan en
el plano en tonos y armonías arriesgadas, atenuadas por esquemas de composición
que llevan orden a sus personajes que , en este caso, asumen posturas y
contorsiones impensables en sus figuras características.
Aunque Botero
había abordado otros temas de la cultura
popular, por ejemplo los espectáculos taurinos, el circo es un tema que, como
el mismo lo ha manifestado, se le escapó de su producción artística durante
mucho tiempo, especialmente teniendo en cuenta el interés que muchos otros
artistas han tenido en esta fiesta.
En su
característico uso del volumen, las pinturas de EL CIRCO contienen detalles que
las hacen especiales, diferenciándolas de las hechas por artistas como Picasso,
Renoir y Seurat que también han trabajado el tema. De acuerdo con Nydia
Gutierrez, curadora jefe del Museo de
Antioquia, estos detalles pueden verse en
los retratos frontales y las expresiones logradas con pequeños gestos en
los rostros , que aparecen minimizados en proporción a otros volúmenes corporales.
La especialista destaca como las pinturas tienen un aire de sensualidad
ligera y atmosfera festiva a la vez que
denotan la observación y conocimiento de emociones humanas.
Para castaño EL
CIRCO rememora las temáticas festivas que durante años fueron características
en la obra del maestro. En la serie, volvemos a ver al artista que se divierte
creando mundos en los que las certezas de lo real se ven dislocadas ante los
sutiles recordatorios de lo imposible de sus escenas, como las diferencias de escala
que hacen de sus imágenes espacios de lógica improbable, y volvemos a ver al
Botero de la ironía y la sátira, finaliza.
Montserrat A
Art is beautiful but when we talk about the art
of Botero, then everything changes and becomes illusion and seeing the daily
events of life from another perspective.
Antioquia Museum presents an exhibition of 32
oil paintings and 18 drawings in the famous Colombian artist paints in his
particular style, animals, jugglers and contortionists in positions that defy
gravity.
Just months after finishing his series on Abu
Ghraib torture and violence in the Iraqi prison of the same name, jugglers,
contortionists, clowns and animals found the master Fernando Botero in a
traveling circus of Zihuatanejo in Mexico. Were, according to this account, the
reason for drawing on a more optimistic theme. That meeting their series was
born CIRCUS, which was open until May 17 at the Museum of Antioquia.
The series was completed after two years of
work and shown in its entirety in the book THE CIRCUS PAINTINGS AND WORKS
papael that the public in 2013.
According to Juan Camilo Brown, a member of the
museum education team, some features of the series include the interaction
between clowns, lion tamers, acrobats and animals, in addition to managing
vivid colors that unfold in the plane in tones and daring harmonies,
composition schemes attenuated by leading characters order that, in this case,
assume positions and unthinkable in the figures features contortions.
Although Botero had addressed other issues of
popular culture, such as bullfighting, the circus is an issue that, as he
himself said, he escaped his artistic production for a long time, especially
given the interest that many other artists have had on this holiday.
In his characteristic use of volume CIRCUS
paints contain details that make them special, differentiating them from those made
by artists like Picasso, Renoir and Seurat who have also worked on the issue.
According to Nydia Gutierrez, chief curator of the Museum of Antioquia, these
details can be seen in the frontal portraits and achieved with small gestures
expressions on the faces that appear minimized in proportion to other physical
volumes. The specialist stands out as the paintings have an air of sensuality
and festive light while denote the observation and knowledge of human emotions
atmosphere.
To chestnut THE CIRCUS recalls the festive
themes that were characteristic in the master's work for years. In the series,
we again see the artist having fun creating worlds in which the certainties of
reality are dislocated to the subtle reminders of the impossible of his scenes,
such as differences of scale that make your pictures spaces improbable logic
and you see this Botero of irony and satire ends.
Montserrat A
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