Después de mi viaje por el
Amazonas y de haber visto y haberme
adentrado en la selva para conocer otra forma de vida, quiero seguir
hablando del lugar pero esta vez, hablare de uno de los pueblos indígenas que
me sorprendieron, los Ticuna.
Antiguamente los Ticuna vivían en
malocas aisladas, cuya base tenía forma oval, una sección pequeña rectangular
en la parte central, y un par de series de soportes verticales, que dividían el
interior en dos áreas concéntricas; el techo era cubierto con palma de caraná
(Mauritia carana). Las paredes, más o menos de la misma altura de un hombre,
eran fabricadas de pequeñas varas de pona (Socratea exorrhiza) o del mismo
material del techo, con dos puertas hechas de un tejido muy especial y durable,
que estaban aparte de la casa y eran puestas a un lado cuando no se
necesitaban. Nimuéndaju afirma que la introducción del toldillo modificó la
vivienda, abandonando entonces las paredes y prolongando la sección central, de
manera que lo que finalmente resultó fue un albergue rectangular abierto. Al
ubicarse los Ticuna en las márgenes e islas del Amazonas tuvieron la necesidad
de colocar a sus casas plataformas sobre pilares para que éstas no se inundaran
a causa de la creciente del río.
Actualmente la mayoría de los
Ticuna están nucleados en aldeas a lo largo del río Amazonas o cerca de éste.
Este fenómeno lo señala Cardoso de Oliveira cuando en 1975 nota dos hechos
nuevos a partir de su última visita a la zona brasileña ocurrida en 1962: la
aglomeración de viviendas en aldeas y el aumento significativo de la población.
Los Ticuna practican la
horticultura, la caza, la pesca, la recolección y el comercio.
La horticultura que practican los
indígenas habitantes de las márgenes del río Amazonas, se efectúa principalmente
en dos ecosistemas: la tierra firme y la várzea.
La horticultura es itinerante,
realizada mediante tala, quema y siembra. Poseen chagras relativamente cercanas
a sus viviendas, donde siembran principalmente yuca, plátano, caña de azúcar,
granadilla y maíz; éste es plantado con ritual y antiguamente hacía parte de
una dieta especial (Curt Nimuendaju 1977:21).
Chaman Ticuna |
El desmonte de la selva lo
realizan entre agosto y septiembre con la participación de un buen número de
hombres y mujeres. La poseedora de la futura chagra es la encargada de hacer el
masato (bebida fermentada de yuca) y repartirlo. Las otras mujeres, machete en
mano, se dedican a cortar ramas y árboles pequeños, mientras que los hombres
(con machete y hacha) derriban los árboles gruesos. Una vez tumbada, se deja
secar la vegetación, para luego efectuar la quema principal; las cenizas
mitigan los efectos dañinos del desmonte y ayudan a fertilizar el suelo para
producir una buena cosecha. A las pocas semanas, la dueña abre huecos de
variada profundidad e inclinación con un palo puntiagudo hecho en la misma
chagra, para depositar allí la semilla o esqueje correspondiente, mientras su
compañero efectúa la quema de la vegetación restante. La chagra se desyerba
periódicamente; es a veces trabajo colectivo. La recolección de la cosecha se
realiza según las necesidades del momento, es decir, no se efectúa toda de una
vez. Una familia en promedio posee tres chagras en diferente estado de
desarrollo.
Alrededor de la vivienda siembran
árboles frutales como marañón, pomarrosa, uva caimarona, guayaba y otros;
hierbas aromáticas, condimentos y colorantes como el achiote, variedades del
ají, bure y el chocanarí, etc. El arte de la caza ha sido siempre labor
masculina, sobresaliendo en ello los Ticuna que habitan hacia el centro de la
selva. Antiguamente la caza era colectiva, y usaban como instrumentos el arco y
la flecha, lanzas, trampas y cerbatana. Hoy la caza ha tenido grandes
transformaciones debido a la utilización de las armas de fuego, como la
escopeta que lleva a la individualización de la caza y a la paulatina
desaparición de los instrumentos tradicionales. Se caza principalmente la danta
(Tanirus terrestris), cerdo de monte (Tayassu pecari), morrocoy (Gochelone
denticulara), charapa (Podocnenuis expansa), diferentes clases de micos,
algunas aves y varios roedores. El cazador Ticuna es conocedor del medio, de
los hábitos de los animales y del ciclo temporal, para poder efectuar su arte a
cabalidad mediante un variado repertorio de métodos. El producto de la caza es
llevado a su vivienda y de allí se distribuye.
La pesca puede ser labor comunal
o individual. Cuando se usan narcóticos o "venenos", participan tanto
hombres como mujeres y niños. La pesca por excelencia se realiza para ocasiones
especiales, exigiendo un buen conocimiento de los movimientos celestes y los
hábitos de las diferentes clases de peces. Se realiza por lo general a una
distancia considerable del lugar habitado, en ríos o en algunos lugares
lóticos. Se usan arpones de diferentes tipos, anzuelos, nylon, trampas, arco y
flecha, aunque los últimos están entrando en desuso. También se pesca cerca de
la morada, siendo esta labor ejecutada independientemente por hombres, mujeres
y niños.
El producto de la pesca es muy
variado: paco o gambitana (Colossoma brachypomus), pirarucú (Arapaima gigas),
palometa (Carnevlla marthae), pintadillo (Brachyplatystoma vaillantii), piraña.
La recolección de frutas de monte
la hacen grupos compuestos de mujeres y niños, y algunas veces son acompañados
por un hombre. Cuando es la cosecha, comen la mayor cantidad posible de ellas,
las restantes son acomodadas en canastos y llevadas a sus respectivas
viviendas. Las principales frutas recolectadas son de la palma canangucha
(Mauritia flexuosa), umarí (Poraqueiba sericea), coppuasú (Theobroma
grandiflorum), palma de asaí (Euterpe precatoria). También se recogen larvas de
coleóptero, que consumen asadas.
Los Ticuna logran así una dieta
balanceada consumiendo los productos de caza, horticultura, pesca y
recolección. Todo esto se logra en condiciones ideales, pero en estos momentos
se presentan grandes dificultades como son:
1. El nuevo patrón de
asentamiento, la transformación paulatina de malocas aisladas a poblados, hace
que el espacio productivo se concentre alrededor de las aldeas y esto determina
una sobreexplotación del medio circundante.
2. Los animales de caza cada vez
se alejan más hacia el centro de la selva debido al ruido de las armas de fuego
y a las plantas eléctricas.
Debido a estos factores, los
Ticuna que viven sobre el Amazonas y cerca de Leticia, se ven abocados a
practicar el comercio para suplir sus necesidades.
Los principales productos
comercializados de carácter interétnico son el pirarucú, la piña y la fariña,
así como artesanías de las cuales las más importantes son las yanchamas,
hamacas y mochilas de fibra de chambira, pequeñas canoas, canastos y máscaras.
El comercio interno se realiza mediante la venta de productos de caza y pesca
en los puertos de las aldeas, y en las pequeñas tiendas que expenden arroz,
café, sal, azúcar, baterías, aguardiente y otros productos de uso diario.
La yanchama es una tela extraída
de la corteza del árbol que lleva el mismo nombre (Ficus radula), del cual
conocen diez variedades, distinguidas por la textura de la tela extraída. (Las
telas más tupidas son utilizadas por los Ticuna como sábanas y cobijas). La
extracción de la corteza requiere cuidado, pues desprende un líquido que quema
la piel. Una vez extraída la corteza, es alargada y estirada por medio de golpes
suaves, para luego ser secada y blanqueada al sol; después pintan paisajes
naturales: la selva, los ríos, las aldeas, el Sol, la gente, los animales, o
referencias míticas; las realizan las hombres con tinturas vegetales. Del
corazón del árbol palo-sangre (Brosimun sp.), pequeñas canoas y remos (réplicas
de las usadas por ellos) son elaboradas a machete por los hombres.
Las mochilas y hamacas son
tejidas por las mujeres a partir de la fibra de chambira o cumare. Esta fibra
se tuerce hasta lograr cuerdas finas, algunas de las cuales se colorean con
tinturas vegetales, para realizar el tejido por medio de una aguja tanto en las
mochilas como en las hamacas. Las mochilas son elaboradas exclusivamente para
la venta.
Los canastos tejidos por las
mujeres y usados por los Ticuna para labores agrícolas son los de "ojo
grande" o tejido espaciado, muy apetecidos por los turistas. Los canastos
de tejido "tupido" usado por los Ticuna para guardar la ropa los
elaboran con el tallo de guaruma (Maranta arouma) y son los que más venden.
Organización sociopolítica
Para los Ticuna el mundo natural
está concebido como un todo, en el que se contempla e orden de lo humano y su
cultura, como una parte más del orden de las plantas, los animales de monte y
los "seres del agua". Así como el orden de lo humano se clasifica
bajo el concepto kiá, como concepto clasificatorio de la gente, en relación
directa con un totemismo alianzas e identidades con animales; el orden de las
plantas, de los animales de monte y de lo "seres del agua" está
diseminado y marcado por el mismo criterio clasificatorio que le da s identidad
e interrelación, conformando así la trama y la urdimbre del tejido con que la
cultura Ticuna envuelve al mundo.
En esta interrelación entre
naturaleza y cultura se teje el sistema social Ticuna. Su organización social
está basada en los kiá: unidades de filiación patrilineales de carácter
exogámica Los kiá designan una clasificación nominal de carácter totémico,
articuladas a las series airi tierra-agua, de acuerdo con el medio, del cual se
toma la nominación relacionada con aves, plantas o animales de tierra y/ o
agua. Al respecto, Levi-Strauss ( 1975: 150) afirma: "los Ticuna del alto
Solimoes, que tienen una exogamia hipertotémica (los miembros del clan del tucán
no pueden casarse entre sí ni desposar a un miembro de un clan que lleve el
nombre de un ave), consumen libremente el animal epónimo, pero respetan y
preservan una parte sagrada, y utilizan otras como adornos distintivos. El
animal totémico se descompone pues, en parte consumible, parte respetable y
parte emblemática".
Originalmente cuando los Ticuna
vivían en malocas, los kiá las determinaban patrilocalmente. En la actualidad
los Ticuna habitan en aldeas ribereñas, en las cuales aún se conserva
tangencialmente el predominio del kiá correspondiente a esa territorialidad;
articulado al kiá privilegiado para establecer sus relaciones de alianza
matrimonial. Fuente: banrepcultural.org.
Espero que sea interesante para
vosotros . Para mi lo fue, ver a esos hombres y mujeres que toda su existencia
es basada en la Naturaleza. Su vida y la de todos.
Montserrat Agudo
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