lunes, 12 de agosto de 2013

ENFERMEDADES EMERGENTES

Cambiar de actitud vital : enfermedades emergentes
La creencia de no tener derecho a defender lo que se desea o
necesita está en la base de cómo la mujer percibe su proyecto de vida. Así, la enfermedad se entiende como algo que hay que soportar. Cambiar esta convicción es el primer paso para superarla.

AL abordar las patologías llamadas emergentes en la mujer, nos damos cuenta de que las implicaciones psicológicas están directamente relacionadas con una queja que no solo tiene que ver con un dolor crónico y diversos síntomas , sino con un mensaje que le dice a la mujer que hay algo en su vida que no va bien. En la mayoría de los casos, llega a la consulta  con un diagnóstico pero, a la vez, trae consigo un fuerte desgaste emocional que lleva arrastrando desde hace tiempo y que condiciona su calidad de vida y, sobre todo, sus relacione afectivas y proyectos personales . Gran parte de este desgaste se debe a que , desde la aparición de los primeros síntomas hasta que recibe un diagnóstico claro y preciso, ha visitado a múltiples especialistas  y seguido varios tratamientos.

Desde el punto de vista  emocional, los síntomas más reiterados son: depresión, desgana, desinterés generalizado, apatía, aislamiento , pérdida de placer en actividades que ante disfrutaba, baja autoestima… quiero señalar la irritabilidad especialmente, una consecuencia de hacerlo todo cada día con mucho esfuerzo.

La consecuencia más negativa es la identificación con la enfermedad, que va acompañada de una serie de pérdidas  que se suelen asumir con resignación. Mujeres cuya calidad de vida se ha ido degradando y que se han visto obligadas a abandonar actividades  y espacios que en algún momento les daban placer y les hacían sentirse bien consigo mismas.

En cuanto a la terapia , en una primera etapa hablamos,  de la legitimización del sufrimiento que supone convivir con estas enfermedades. ¿Qué significa “legitimar” en este contexto, escuchar, reconocer, hacer visible ese malestar emocional del cual la mujer no es consciente en muchos casos y que solo registra a través de los síntomas corporales.

Se trata de que cada mujer vaya identificando qué necesita y qué le hace bien en los diferentes momentos y circunstancias. Muchas veces se tendrán alternativas y no soluciones, pero, se irán haciendo pequeños cambios que irán contribuyendo a una mejoría en la calidad de vida.
La segunda  etapa de la terapia implica tomar conciencia de la relación que existe entre  el cuerpo y los síntomas, las vivencias emocionales y los pensamientos.


Una tercera etapa implica rediseñar un proyecto de vida basado en sus propios deseos  y necesidades y no centrado ni subordinado a los de los demás. Para ello, es necesario : aprender a vivir con su patología. Muchas mujeres han logrado utilizar los síntomas y convertir el aumento del dolor o el cansancio en una “señal” que le indica  que hay un descanso que no pudo validar, o un deseo postergado, o que se está sobrecargando o exigiendo…  Eso es positivizar un síntoma: darle una función de aviso, una señal que hay que atender.

VALORARSE PARA AVANZAR
Desarrollar capacidades que le permitan elegir qué quiere para sí misma.
Tratarse con la misma  atención y cuidado que dedica a los demás.
Entender su cuerpo desde el autocuidado y la posibilidad de gozar con él.
Lograr no sentir culpa frente a las posibilidades de elección de su propia vida.
Alcanzar una autonomía económica en la medida de sus posibilidades.
Desarrollar espacios  de autonomía, de placer y de poder personal.
Ser creadora de alternativas para su propia vida
No delegar en los otros la realización de deseos y proyectos propios.
Sentirse legitimada en la expresión del enojo y el cansancio, legitimada para decir “no”.

Los profesionales de la salud deberían incorporar la perspectiva de género femenina  como una herramienta a la hora de abordar este tipo de enfermedades.
Es fundamental informar a las pacientes de las consecuencias para su salud física y emocional  y en su calidad de vida.

Corina Hourcade Bellocq  ( Psicóloga especializada en temas de salud y mujer)



Change attitude to life: emerging diseases

The belief of having no right to defend what you want or need is at the core of how women perceive their life project. Thus, the disease is understood as something to be endured. Change this conviction is the first step to overcoming it.

AL calls addressing emerging diseases in women, we realize that the psychological implications are directly related to a complaint that not only has to do with chronic pain and various symptoms, but with a message that tells women there something in your life is not going well. In most cases, comes into the office with a diagnosis but, in turn, brings a strong emotional wear long drags and that affects their quality of life and, especially, their emotional and personal projects related . Much of this attrition is that, from the appearance of the first symptoms until it receives a clear and precise diagnosis, has visited multiple specialists and followed several treatments.

From an emotional standpoint, the repeated symptoms include depression, apathy, widespread disinterest, apathy, isolation, loss of pleasure in activities you enjoyed before, low self-esteem ... I note especially irritability, a consequence of doing everything every day with much effort.

The negative consequence is the identification with the disease, which is accompanied by a series of losses that are typically assume resignation. Women whose quality of life has deteriorated and they were forced to abandon activities and spaces that at one time gave them pleasure and made them feel good about themselves.

As for therapy, in a first step we speak, the legitimization of suffering it means to live with these diseases. What is "legitimate" in this context, listen, recognize, make visible the emotional distress which the woman is unaware in many cases and only recorded through bodily symptoms.

It is every woman will identify what you need and what you do well at different times and circumstances. Alternatives will often not solutions, but, will be rendered small changes that will contribute to an improved quality of life.
The second stage of therapy involves awareness of the relationship between the body and symptoms, emotional experiences and thoughts.

A third stage involves redesigning a life based on their own wants and needs and not centering or subordinated to those of others. To do this, you need to: learn to live with their disease. Many women have symptoms and make use increased pain or fatigue in a "signal" indicating that there is a break that could not validate, or a desire to put off, or you are overloading or demanding ... That's positivize one Symptom: give a warning function, a signal that needs attention.

EVALUATED TO ADVANCE
Develop skills that allow choose what you want for yourself.
Treated with the same attention and care it devotes to others.
Understand your body from the self and the ability to enjoy with him.
Achieving feel no guilt towards the choice of his life.
Achieving financial independence to the extent of its possibilities.
Develop areas of autonomy, pleasure and personal power.
Being creative alternatives for your own life
No other delegate to the wish-fulfillment and own projects.
Feeling legitimized in the expression of anger and exhaustion, entitled to say "no".

Health professionals should incorporate the female gender as a tool for tackling these diseases.
It is essential to inform patients of the consequences for their physical and emotional health and quality of life.

Corina Hourcade Bellocq (Psychologist specializing in health and woman)





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