La iglesia de los
Dominicos en Las Condes , Santiago de Chile
La Iglesia San Vicente Ferrer se encuentra junto al Pueblito
Los Dominicos en Av. Apoquindo 9085, Las Condes. Fue construida por Joaquín
Toesca
Se trata de una bonita Iglesia Colonial, cuyas cúpulas de
cobre se pueden apreciar desde muchas cuadras de distancia, es un conjunto
significativo dentro de los espacios patrimoniales de la comuna de Las Condes.
A la llegada de los
españoles estas tierras pertenecían al cacique Apoquindo y en ella había gran
población indígena.
Pedro de Valdivia
otorgó esta encomienda a Inés de Suárez, quien luego contrajo matrimonio con
Rodrigo de Quiroga, quedando para sus descendientes.
A mediados del siglo
XVII esta hacienda perteneció a don Antonio Chacón Quiroga y luego la heredó su
hija Constanza Chacón.
Sin dejar
descendientes, en 1717 pasó a manos de Luis Francisco de Avaria y Zabala y 1739
a su hijo Francisco de Avaria y Morales.
En 1767 la Hacienda
de Apoquindo fue comprada por Antonia Portusagasti, esposa de Juan Cranisbro
(del irlandés Gainsboroungh) quienes decoraron ricamente la propiedad y
construyeron una iglesia en memoria de sus hijos muertos en la infancia ( por
eso dos torres).
A la muerte de
Cranisbro, sin herederos, legó su casa y la iglesia a la orden de Los Dominicos
a condición que fundaran una casa de ejercicios para los campesinos del lugar,
desmembrando la hacienda.
Posteriormente la
hacienda fue adquirida por un novicio de la orden
José María Urmeneta quien
renunció a sus bienes a favor de los Dominicos.
En 1811 el prior de
la Orden Fray Justo Santa María del Oro edificó varios claustros y alargó la
antigua capilla.
En 1824 Urmeneta se secularizó y trató de recuperar su
hacienda. La Orden y Urmeneta llegaron a un acuerdo en 1834, donde con el pago
de 12,000 pesos Los Dominicos se quedaban con las tierras.
Fue declarada Monumento Nacional, fue el año 1978 en que la
orden dominica permitió a una serie de artesanos ubicarse a las afueras del
templo. Cuatro años más tarde, con la participación de Fernando Bórquez en el
diseño paisajístico, se instalaron una serie de locales que motivó a la
municipalidad de Las Condes arrendar este espacio a la curia, generando de
manera definitiva el pueblito de los Dominicos.
Tiene la simplicidad y la pureza de líneas características
de ese maestro de la arquitectura. Posee anchos portones de madera
ennegrecidos, corredores laterales e interiores, vigas al descubierto y rejas
forjadas.
La estructura del templo une dos cubos entrelazados por sus
vértices en donde el más alto contiene el altar y el coro de las monjes,
correspondiendo el más bajo a la nave de los fieles. Su planta refleja el
programa de una iglesia monástica ; es así que las dos comunidades, monjes y
fieles se unen en torno al altar, pero quedan separados espacialmente por la
estrechez que forma el ensamble de los dos cubos. El altar es el centro del
conjunto, hacia él convergen techos y muros, luces y sombras. El acceso
corresponde a un cuerpo curvo y ascendente, construido por una rampa, que desde
el ingreso al templo conduce hacia la nave, rematando con la imagen de la
Virgen ; ella mira hacia la cruz que en el otro extremo del espacio interior
preside el altar. El interior refleja la profunda intención de los diseñadores
de crear un ambiente de recogimiento que incite a la oración, y transmite el
espíritu monástico del edificio. De ahí que el juego de la luz resbalando por
los blancos muros pintados de cal, es de primordial importancia, así como
también la simplicidad del cubo con su desnudez, grandeza y hermeticidad, que
se niega al paisaje circundante. Según palabras de sus propios autores : Se
buscó que esta iglesia fuera pobre y magnífica a la vez, como una roca a la que
nada le falta y nada le sobra y que, su silencio, estará siempre hablándonos de
Dios. ( fuente: www.monumentos.cl)(fotografias Google image)
Saludos
The church of the Dominicans in Las Condes,
Santiago, Chile
The San
Vicente Ferrer Church next to Pueblito Los Dominicans in Apoquindo 9085, Las
Condes. It was built by Joaquín Toesca
It is a
beautiful colonial church, whose copper domes can be seen from many blocks
away, is a significant body of heritage sites within the borough of Las Condes.
On arrival of the Spanish these lands belonged
to the cacique Apoquindo and she had large indigenous population.
Pedro de Valdivia gave this charge to Inés de
Suárez, who later married Rodrigo de Quiroga, leaving to his descendants.
A mid-seventeenth century this estate belonged
to Don Antonio Chacón Quiroga and then inherited by his daughter Constance
Chacón.
While descendants, in 1717 passed to Luis
Francisco Zabala and 1739 Avaria and his son Francisco de Avaria and Morales.
In 1767 the Treasury was purchased by
Apoquindo Portusagasti Antonia, wife of John Cranisbro (Gainsboroungh Irish)
who decorated richly property and built a church in memory of their dead
children in childhood (hence two towers).
A Cranisbro death without heirs, bequeathed
his house and the church to the Dominican order provided that founded a retreat
house for the peasants, dismembering the hacienda.
Later the property was acquired by a novice of
the order José María Urmeneta who resigned from his property in favor of the
Dominicans.
In 1811 the prior of the Order Fray Justo
Santa María del Oro built several cloisters and reached the old chapel.
Urmeneta
was secularized in 1824 and tried to recover his property. The Order and
Urmeneta reached an agreement in 1834, where the payment of 12,000 pesos The
Dominicans were left with land.
It was
declared a National Monument, was the year 1978 when the Dominican order
allowed a number of artisans located just outside the temple. Four years later,
with the participation of Fernando Bórquez in landscape design, installed a
series of premises that motivated the municipality of Las Condes lease this
space to the curia, generating definitively the village of the Dominicans.
It has the
simplicity and purity of lines characteristic of that master of architecture.
Widths has blackened wooden doors, side and interior corridors, exposed beams
and forged railings.
The temple
structure joins two cubes linked by their vertices where the highest containing
the altar and the choir of the monks, the lowest corresponding to the nave of
the faithful. Its plan reflects a monastic church program; much so that the two
communities, monks and worshipers come together around the altar, but are
spatially separated by the narrow forming the assembly of the two hubs. The
altar is the center of the set, converging toward him ceilings and walls,
lights and shadows. Access corresponds to an upward curved body, built a ramp
that since admission to the temple leads to the nave, topped with the image of
the Virgin, she looks to the cross at the other end of the interior space over
the altar . The interior reflects the profound intention of the designers to
create an atmosphere of meditation that encourages prayer, and transmits the
monastic spirit of the building. Hence, the play of light running down the
white walls whitewashed, is of paramount importance, as well as the simplicity
of the cube with his nakedness, grandeur and tightness, which refuses the
surrounding landscape. In the words of its authors: We sought that this
magnificent church was poor and at the same time, like a rock to which nothing
is lacking and nothing left over, and that his silence, God is always speaking
to us. (Source: www.monumentos.cl)
regards
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