Sólo las organizaciones que estén
dispuestas a apostar, reconocer y recompensar la aportación de sus empleados
conseguirán ganar la guerra por el talento. Si realmente es lo que buscan.
En época de crisis, momentos de
apretar el cinturón, las empresas apenas se preocupan por el compromiso de sus
empleados, solo tienen “ojos “ y tiempo para la cuenta de resultados. Sobran
dedos de una mano para contar el número
de organizaciones que son conscientes de que un profesional que esté
comprometido con los objetivos de negocio es oro. Sin embargo, cuando las cosas
comienzan a ir bien, que los empleados den lo mejor de si mismos, que no tengan
inconveniente en aportar valor añadido para contribuir a un proyecto en el que
cree y , además, estén satisfechos con su trabajo es una prioridad.
A veces, el conseguir
trabajadores involucrados y comprometidos es casi una quimera pero cuando se
tienen en la empresa no siempre son valorados y se escuchan. Eso hace que estos
perfiles busquen otras salidas aunque eso signifique tener que buscar otra
empresa.
Una encuesta de la firma Gallup
refleja que la falta de compromiso de los empleados en Estados Unidos supone un
coste anual que va de los 450 mil los 550 mil millones de dólares en pérdidas
de productividad.
Este dato, extraído del Informe
Tendencias 2016 de Sodexo, hace prever que los riesgos de pérdidas de ese
volumen aumentan a medida que la economía se fortalece, la guerra por el
talento se recrudece y reclutar e interesar a los mejores profesionales y más
brillantes se vuelve aún más crucial. Hoy en día, el compromiso, es una estrategia de negocio. Aquellos que lo
sigan considerando una función de recursos humanos, a poco que se descuiden,
verán cómo sus plantillas pierden músculo y se quedan con aquellos
profesionales que van al trabajo, no a trabajar. Lo peor es que esta actitud
provoca una mella importante en la carrera de os profesionales. Al desempeñar
una actividad que no es interesante para ellos, no evolucionan ni como
profesionales ni como personas. En esta situación nos encontramos ante robots
que hacen lo que les dicen sin aportar un valor añadido a su trabajo, ya que
creen que no sirve de nada dar más a una organización que no les ofrece ni las
herramientas ni el entorno laboral adecuado.
Pero con esta situación todos
ganan y el empleado saldrá reforzado anímicamente y profesionalmente si se cree
en los valores que propugna la empresa. Nuestros empleados serán unos auténticos embajadores de la marca.
Todo esto es perfecto pero llegar
a los profesionales no es siempre fácil, es siempre un desafío. Para ello hay
que conocer quiénes son los empleados y dónde se encuentran, habida cuenta de
que, el 30% de la población activa trabaja en remoto: “esto requiere un
especial énfasis en la aplicación de las herramientas adecuadas y estrategias
de comunicación para tocar todos los segmentos dentro de la organización, desde
los trabajadores de escritorio hasta los empleados de primera líneas”. Sin embargo, todo esto es complicado porque
reconocer y comunicarse con los empleados que están en primera línea de cara al
cliente no es sencillo, “pero ellos son la cara de la empresa, los embajadores
de la marca. Tienen un papel fundamental en el éxito, la visión y la misión de
la empresa y son esenciales para implementar los programas de compromiso de los
empleados”. Es muy revelador un dato que
recoge Sodexo extraído de El impacto de compromiso de los empleados en el
rendimiento, un informe realizado por Harvard Business Review Analytic
Services: “ Las empresas deben alinear sus comunicaciones para que sean
compatibles con sus culturas corporativas”. El troncal de este artículo ha sido
desarrollado por Montse Mateos . El Mundo domingo
Montserrat A.
PROFESSIONAL HAPPY
WITH HIS WORK
Only organizations that are willing to bet,
recognize and reward the contribution of its employees get to win the war for
talent. If it really is what they seek.
In times of crisis, times of belt tightening,
companies just care about the commitment of its employees only have
"eyes" and time to the income statement. Sobran fingers of one hand
to count the number of organizations are aware that a professional who is committed
to business goals is gold. However, when things start to go well, that
employees give the best of themselves, who have no objection to add value to
contribute to a project that believes and also are satisfied with their work is
a priority .
Sometimes, getting involved and committed
workers is almost a pipe dream but when you are in the company are not always
valued and heard. That makes these profiles seek other outlets even if it means
having to look for another company.
A Gallup poll reflects the lack of commitment
of employees in the United States represents an annual cost ranges from 450 000
to 550 billion dollars in lost productivity.
This data, extracted from Trends Report 2016
Sodexo, it seems to indicate that the risk of loss of that volume increase as
the economy strengthens, the war for talent rages and recruit and interest the
best professional and brightest becomes even more crucial. Today, the
commitment is a business strategy. Those who follow considering a human
resources function, just being neglected, will see their workforces lose muscle
and stay with those professionals who go to work, not to work. The worst thing
is that this attitude causes a significant dent in you career professionals. In
performing an activity that is not interesting to them, they do not evolve or
as professionals and as people. In this situation we are faced with robots that
do what they are told without adding value to their work, as they believe it is
useless to give more to an organization that offers them neither the tools nor
the right working environment.
But with this win-win situation and the
employee will be strengthened emotionally and professionally if you believe in
the values advocated by the company. Our employees are a genuine brand
ambassadors.
All this is perfect but getting professional is
not always easy, it is always a challenge. This requires knowing who the
employees and where they are, given that 30% of the workforce works remotely,
"this requires a special emphasis on the application of appropriate tools
and communication strategies to play all segments within the organization, from
desktop to workers employees first lines. " However, this is complicated
because recognize and communicate with employees who are on the front line facing
the customer is not simple, "but they are the face of the company, the
brand ambassadors. They have a key role in the success, vision and mission of
the company and are essential to implement programs employee engagement ".
It is revealing a figure that reflects Sodexo extracted from the impact of
employee engagement in performance, a report by Harvard Business Review
Analytic Services: "Companies must align their communications to be
compatible with their corporate cultures". The backbone of this article
has been developed by Montse Mateos. Sunday World
Montserrat A.
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