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Las grasas siempre han estado en
el punto de mira de los profesionales sanitarios debido sobre todo a su alto
aporte calórico (9 kilocalorías por gramo, frente a las 4 kilocalorías por
gramo que nos aportan los carbohidratos y las proteínas). Sin embargo, son un
nutriente necesario en nuestra alimentación que cumple funciones importantes
como la vehicularización de las vitaminas liposolubles o la regulación de las
hormonas. Como en el caso de los alimentos, es más importante la calidad que la
cantidad.
Si bien hasta hace muy poco
tiempo siempre se han vinculado los problemas de sobrepeso y obesidad con el
consumo de grasas, en los últimos años están surgiendo con fuerza muchos
estudios que sugieren que, si sabemos elegir las fuentes de las que proceden,
las grasas no son solo necesarias, sino beneficiosas para nuestra salud. Antes
de continuar, veamos los tipos de grasas que podemos encontrar:
Grasas saturadas: son de origen
animal y las encontramos en forma sólida, como el tocino o la manteca. Algunas
son de origen vegetal como el aceite de coco o de palma.
Grasas insaturadas
monoinsaturadas: son de origen vegetal y se encuentran en estado líquido, como
el aceite de oliva.
Grasas insaturadas
poliinsaturadas: el Omega-3 y Omega-6 que podemos encontrar en el pescado azul
y en los frutos oleaginosos.
Grasas trans: son grasas
insaturadas modificadas que se convierten en saturadas al hidrogenizarlas, como
la margarina.
Lo primero que debemos tener en
cuenta es que consumir grasa no es lo mismo que almacenar grasa en nuestro
cuerpo: quizás las grasas (a las que podemos llamar lípidos a partir de ahora)
llevan ya una connotación negativa en su nombre, pero hay que ser conscientes
de que en una dieta saludable, entre el 20 y el 30% de las calorías deben
provenir de este nutriente.
La clave está, como siempre, en
saber elegir las fuentes más saludables y en consumirlas con moderación debido
a su alto aporte calórico. El aceite de oliva, una grasa monoinsaturada, es un
alimento que no debe faltar en nuestros platos, y mejor si es en crudo y virgen
extra. El pescado azul es beneficioso si lo consumimos con moderación (una o
dos veces por semana). En cuanto a las grasas saturadas, debemos mantener su
consumo por debajo del 10% del total de calorías diarias y en el caso de las
grasas trans por debajo del 1%, para evitar posibles efectos adversos en
nuestro organismo.
Las grasas a evitar serían las
grasas trans artificiales (por primera vez en 2015 se hizo distinción entre
grasas trans naturales, que pueden estar en alimentos como la leche y la carne,
y artificiales), que se encuentran en productos procesados como la bollería. No
en vano, este mismo año se ha prohibido en Estados Unidos el uso de grasas
trans artificiales en este tipo de productos.
Para incluir las grasas beneficiosas
en el desayuno podemos optar, por ejemplo, por cambiar la mermelada de nuestras
tostadas por unas láminas de aguacate regadas con un poco de limón. También
podemos machacar el aguacate con un poco de sal o pasarlo por la batidora y
untarlo por encima de una rebanada de pan integral.
A la hora de comer, recuerda
aliñar tus ensaladas siempre con aceite de oliva virgen extra: descarta las
salsas procesadas como el ketchup, la salsa César o la salsa barbacoa y opta
por los aliños hechos en casa. Además, no olvides comer pescado azul unas dos
veces por semana para conseguir tu ración de Omega-3.
Para los picoteos entre horas,
sobre todo si somos deportistas, una muy buena opción es consumir un puñado de
nueces que además de Omega-3 nos aportarán la energía necesaria para entrenar.
Las aceitunas también nos ayudan a conseguir un buen aporte de Omega-9.
Si estás preocupado por subir de
peso, recuerda que algunos estudios han probado ya que una reducción en los
carbohidratos de la dieta funciona mucho mejor que una reducción de la ingesta
de grasa. Manteniendo las grasas en un 40% del aporte de calorías diario nos
permitirá adelgazar más fácilmente. Texto revisado por Laura Guerrero Casanova
(Endocrinología y Nutrición).
Montserrat A
INCORPORATING FAT
BENEFICIAL FOR OUR BODIES
Fats have always been in the crosshairs of
health professionals mainly due to their high caloric intake (9 calories per
gram compared to 4 calories per gram that we provide carbohydrates and
proteins). However, they are a necessary nutrient in our diet has significant
responsibility as vehicularización soluble vitamins or regulating hormones. As
in the case of food, quality is more important than quantity.
Although until quite recently have always
linked the problems of overweight and obesity with fat intake in recent years
are emerging with force many studies suggesting that, if we choose the sources
from which they come, fats they are only necessary but beneficial to our
health. Before continuing, let's see the types of fats that can be found:
Saturated fat: they are of animal origin and
are in solid form, such as bacon or lard. Some are of plant origin such as
coconut oil or palm.
Unsaturated fats Monounsaturated: they are of
plant origin and are liquid, like olive oil.
unsaturated polyunsaturated fats: Omega-3 and
Omega-6 that can be found in oily fish and oleaginous fruits.
trans fat: unsaturated fats are modified to
become saturated at hidrogenizarlas such as margarine.
The first thing to consider is that eating fat
is not the same as store fat in our body: perhaps fat (which may be called
lipids from now) and carry a negative connotation in its name, but be aware
that a healthy diet, between 20 and 30% of calories should come from this
nutrient.
The key, as always, on how to choose the
healthiest sources and consumed in moderation because of their high caloric
intake. Olive oil, a monounsaturated fat, is a food that should not miss on our
plates, and better if it is in oil and extra virgin. Oily fish is beneficial if
we consume in moderation (one or twice a week). As for saturated fats, we keep
your intake below 10% of total daily calories and in the case of trans fats
below 1% to avoid possible adverse effects on our body.
Fats would avoid artificial trans fats (for the
first time in 2015 distinction was made between natural trans fats, which can
be in foods like milk and meat, and artificial), found in processed products
such as pastries. Not surprisingly, this year has been banned in the United
States the use of artificial trans fats in these products.
To include beneficial fats at breakfast we can
choose, for example, to change the jam for our toast a few slices of avocado
sprinkled with a little lemon juice. We can also mash the avocado with a little
salt or pass through the blender and spread it over a slice of bread.
At lunchtime, remember always dress your salads
with extra virgin olive oil: Discards processed sauces such as ketchup,
barbecue sauce or Caesar sauce and opt for homemade dressings. And do not
forget to eat oily fish twice a week to get your fill of Omega-3.
For pecking between meals, especially if we are
athletes, a good option is to eat a handful of nuts in addition to Omega-3 we
provide the energy needed to train. Olives also help us get a good supply of
Omega-9.
If you're worried about gaining weight,
remember that some studies have already proven that a reduction in dietary
carbohydrates works much better than a reduction in fat intake. Keeping the fat
by 40% of daily caloric intake will allow us to lose more easily. Text
reviewed by Laura Guerrero Casanova (Endocrinology and Nutrition).
Montserrat A
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