La sobre exigencia personal y la
que se ejerce sobre los
demás puede convertir un mundo supuestamente impecable
en uno conflictivo y tormentoso.
La adicción a la perfección es
una gran fuerte de sufrimiento. Y aunque se la llame responsabilidad, lo que se
esconde detrás de esta tendencia es la omnipotencia de creerse capaz de lo infalible; algo que
tal vez le esté reservado a los dioses, pero no a los seres humanos.
Lo engañoso de este tema radica
en que la cultura vigente ensalza desmedidamente valores como la excelencia y
el rendimiento y, en pos de esas metas, uno puede llegar a creer que
obsesionarse por la perfección traerá como
recompensa seguridad económica, el éxito, el respeto de compañeros y
amigos.
Lo que sucede es exactamente lo
contrario: los perfeccionistas caen en la duda constante, el aislamiento, las
heridas emocionales y la baja autoestima.
Ser responsable no equivale a ser perfecto
Se suele confundir
desgraciadamente, el significado de la palabra responsable, quizá pensamos que
consiste en hacer lo que corresponde, en cumplir la palabra empeñada o respetar
lo correcto. Pero si esas normas no surgen de un deseo genuino, lo más probable
es que nos las ingeniemos para caer en un interminable juego de auto tortura
por medio del cual, en lugar de ser responsables, nos planteamos objetivos
imposibles de satisfacer. La consecuencia es una sensación de estar siempre en
falta.
Las dudas paralizan
¿Cómo romper el círculo vicioso?.
Los especialistas sostienen que la tarea de desarmar estos mecanismos obsesivos
no es sencilla, pero tampoco imposible.
El primer paso consiste en tomar
conciencia de que nadie puede ser feliz y eficiente si está tan pendiente de la
mirada ajena y de los compromisos contraídos. Por esta vía, no puede evitar
hipotecar su energía en que todo esté bajo control: la posibilidad de cometer
errores lo sume en la parálisis.
El modo en que los adictos a la
perfección creen mantener el control es con pensamientos reiterativos, mediante
los cuales intentan prever todas las posibilidades y planean cómo manejarlas.
Como ser más flexible
Cualquier técnica de meditación
proporciona el entrenamiento básico para combatir la adicción a la perfección,
ya que acostumbra a la mente a dejar pasar los pensamientos sin aferrarse a
ellos.
El cambio hacia actitudes más
flexibles implica correr riesgos. Pero permanecer en las conductas
perfeccionistas sólo conduce al estancamiento. La meditación y las técnicas de
autopercepción contribuyen a combatir la adicción a la perfección, y el estrés
originado por el control excesivo.
De alguna forma lo que esta
técnica logra es distraer su atención de un espacio virtual proyectado al
futuro, hacia algo más concreto que es un cambio corporal en el presente. Con
el tiempo, comprobará que su tendencia a divagar y fantasear con resultados
perfectos se diluye en acciones concretas y a escala humana.
Puedo lo que puedo
Se puede aprender a ser más
flexible, a fluir con la corriente sin hundirse, a aceptar los propios límites
y flaquezas. Lejos de convertirnos en un tiro al aire, una actitud menos
solemne y rígida facilita la puesta en marcha de proyectos.
Quien se anima a decir soy el que
soy y puedo lo que puedo, pronto descubre una paradoja: sus logros aumentan en
lugar de disminuir. Ese inesperado
caudal de energía es el que lleva a una vida menos pesada y más creativa.
Montserrat A
OVERCOMING
ADDICTION PERFECTIONISM
The demands on staff and exercised over others
can turn a supposedly flawless world conflict and stormy one.
Addiction to Perfection is a strong pain. And
although the call responsibility, what lies behind this trend is the
omnipotence believed capable of the infallible; maybe something will be
reserved for the gods, but not humans.
The tricky issue of this is that the current
culture values as excessively exalts excellence and performance in pursuit of
these goals, one may believe that obsessed with perfection bring reward
economic security, success, respect colleagues and friends.
What happens is exactly the opposite:
perfectionists fall in constant doubt, isolation, emotional wounds and low self
esteem.
Being responsible
is not to be perfect
Unfortunately is often confused, the meaning of
the word responsible, perhaps thought to do what is appropriate, in fulfilling
his word or respect the right thing. But if those rules do not arise from a
genuine desire, chances are we the ingeniemos to fall into an endless game of
self torture by which, instead of being responsible, we plan to meet impossible
goals. The result is a feeling of always being at fault.
Doubts paralyze
How to break the vicious circle?. Experts say
that the task of disarming these obsessive mechanisms is not easy, but not
impossible.
The first step is to realize that no one can be
happy and efficient if it is so focused on the gaze of others and commitments.
In this way, you can not avoid mortgage their energy in that everything is
under control: the possibility of errors it sinks into paralysis.
The way addicts believe perfection is to
maintain control repetitive thoughts, by which they try to anticipate all
possibilities and plan how to handle them.
How to be more
flexible
Any meditation technique provides basic
training for combat addiction to perfection, as usual to mind thoughts pass
without clinging to them.
The change involves more flexible attitudes
towards risk. But staying in perfectionistic behavior only leads to stagnation.
Meditation and self-perception techniques help to combat addiction to
perfection, and stress caused by excessive control.
Somehow what this technique does is divert your
attention from a virtual space projected into the future, towards something
more concrete than a change in the present body. Over time, check that your
tendency to wander and fantasize perfect results is diluted into action and
human scale.
I what I can
You can learn to be more flexible, to go with
the flow without sinking, to accept the limits and weaknesses. Far from
becoming a loose cannon, a less formal and rigid attitude facilitates the
implementation of projects.
Who are encouraged to say I am who I am and
what I can, I soon discovered a paradox: its achievements increase rather than
decrease. That unexpected flow of energy is leading to a lighter and more
creative life.
Montserrat A
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