lunes, 10 de marzo de 2014

LAS NUEVAS COREANAS / NEW KOREAN LIFESTYLE

Park Geun-hye
ESTILO DE VIDA DE LAS NUEVAS COREANAS. LA ÚLTIMA REVOLUCION ASIATICA
Este es un artículo que he leído en Yo dona de la semana pasada y que me pareció si no interesante, curioso.
En una vida llena de progreso, evolución y revoluciones de todo tipo, aún podemos leer un sinfín de cosas que personalmente, me parece increíbles.
Aquí se puede ver que el Mundo va por un lado y la sociedad por otro, al final, la decisión personal, el empeño y el sacrificio de la mujer puede o no imperar pero a precios muy elevados, viéndolo como algo normal y sin ningún tipo de pudor. ¿Fue así y seguirá siendo así aunque hablemos de un lugar número 1 en educación y desarrollo?.
La otra lectura es porque quieren hacernos ver la dificultad de algo que simplemente es una elección y que elijas lo que elijas, si has sido tu misma, es perfectamente respetable y valido.
Porque siempre ese doble sentido de las “pobrecitas” que deben elegir, que tristes y cuanto sufren. Los hombres elijen, y prefieren su profesión que la familia, en algunos casos y nadie los critica ni los cuestiona ni lo dramatizan, porque en las mujeres sí? Es que siguen manipulándonos incubiertamente para que sigamos sintiendo esa carga llamada cargo de conciencia y culpabilidad por ser nosotros mismas y decirlo? Es solo mi opinión.

Montserrat A.

Hace poco más de un año, la República de Corea sorprendía a la región asiática con el nombramiento de la primera mandataria del país. Puede que Occidente no viera nada de particular en la apurada victoria de Park Geun-hye sobre su rival, el progresista Moon Jae-in, pero en aquella parte del mundo se sentaba un precedente histórico: la promesa de ser "la presidenta de la gente común" quebraba la inercia del pensamiento confuciano, esa doctrina milenaria extendida de Vietnam a Japón que concibe a la mujer como a alguien cuya vida solo adquiere sentido al subordinarse al hombre.
 ¿Era la señal de un cambio en el país del 'milagro económico'? Aunque hacen falta algunos años para dilucidar la cuestión -y, en la práctica, la mujer coreana sigue en situación de inferioridad-, algunos datos hacen pensar que hay cambios en marcha.

Desde mediados de la década de los 90, por ejemplo, el número de hogares liderados por ellas ha aumentado de forma significativa (alrededor del 20% en la actualidad).
El descenso en cuanto a la cantidad de matrimonios y el índice de fertilidad, así como el auge de los divorcios dibujan un panorama donde la independencia femenina se impone a la visión tradicionalista de la familia.
Pese a ello, como destaca en un informe sobre la situación de las mujeres en Asia la Fundación Cidob, la actual política social del Gobierno no reconoce esta cambiante realidad y tiende aún a privilegiar el ideal normativo de la familia nuclear como la más 'saludable'.

En la última encuesta global de la Fundación Thomson Reuters, que estudia cuáles son los mejores países para ser mujer, Corea del Sur se encuentra en el puesto número 10. A favor de esta posición está su elevado perfil tecnológico y científico; en su contra, una tradición fuertemente patriarcal que incluso hoy castiga a la mujer profesional.
Esta situación propicia posiciones extremas respecto a la maternidad, como la que expresa Clare Shin (37 años), guía turística de Seúl: "No tengo hijos ni creo que los tenga, pues mi profesión liberal me lleva a viajar, y a los hombres esto no les gusta demasiado. En Corea la base es el respeto al varón. Además, aún influyen mucho los padres en el matrimonio: una mujer no puede irse a vivir con su pareja si no se casa. Está mal visto que se quede embarazada; supuestamente tienes que llegar virgen al matrimonio". Y concluye: "Formo parte de la clase media que está cambiando, pero también colapsando. Ahora no se lucha por la libertad, todo se reduce a la economía".

De esa transición nos hablan otras mujeres que luchan por sacar adelante sus ideales. Descubrimos a una de ellas en un lujoso y céntrico restaurante, Congdu. La gerente, que no pierde de vista todo lo que ocurre, es Vivian Han, una esbelta seulita que ronda la cuarentena y lleva década y media apostando por una cocina coreana internacional y de mercado. "Somos quienes instauramos la etiqueta neokorean food. Quiero que la comida sea nuestra embajadora, puente entre historia y cultura", afirma. Su concepto de llevar un restaurante incluye no solo una filosofía, sino también una actividad intensa, que carga sobre sus propios hombros: "Madrugo, planifico todo, viajo para encontrar el mejor género... Hace poco localicé una salsa de soja de ¡300 años!". Llegar hasta aquí no ha sido fácil, afirma esta propietaria de cuatro restaurantes, dos cafés y cinco tiendas.
 ¿Es más complicado para una mujer? "Muchas me odiarán por decir esto, pero estoy en contra de esa sensación de autolimitación que tanto asumimos las de nuestro género: ese discurso de 'soy mujer, me influyen mis emociones'. Tengo 70 empleados y una gran presión; estudio dirección de empresas constantemente. También cuento con una familia que me ayuda". La palabra clave no sale de sus labios pero está ahí: competir. Por encima del género, o probablemente lo único que es capaz de romper esa barrera, se encuentra la competencia feroz que marca la vida en Corea.

Aquí es tan brutal que obliga a la destreza, a veces en varios campos. Prueba de una multiplicidad de talentos insólita es una joven que cada día canta, baila, cocina y toca la percusión en su puesto de trabajo. Suena a broma pero es cierto: Lee Eun Ji es actriz en Nanta, compañía cuyo espectáculo homónimo ha recorrido 48 países y 285 ciudades del mundo desde 1997. La función es una comedia en clave de mímica que sucede en un escenario-cocina. "La obra se basa en la tradición y cultura", asegura la artista, "pero no hace falta ser coreano para saber de qué va la historia; el espectáculo está hecho para que lo disfrute cualquiera. Es universal". Eun-ji -que, tras pasar una prueba, fue sometida a todo un año de entrenamiento- actúa unas 40 veces por mes y 500 al año, y asegura que vigila el trabajo de sus compañeras.

"En Nanta hay 10 equipos rotando y compitiendo: todos quieren interpretar mejor que los demás. Ver mi papel hecho por otra actriz me inspira para ser mejor». ¿Es difícil sobrevivir como actriz en Corea? «Sí, sí que lo es", afirma. ¿Y qué le gustaría hacer después? "Cine", responde con decisión. ¿Conoce a Almodóvar?, pregunta el fotógrafo que firma este reportaje. "No, ¿quién es?".

Porque pese a la imagen de apertura a lo extranjero, el peso de lo propio es esencial para comprender este país, nacido en 1945 como consecuencia de la partición de la península coreana al término de la II Guerra Mundial. Se trabajó muy duro para salir adelante (recuérdese la cruenta guerra civil que asoló el territorio en el periodo 1950-53). Aún era tercermundista en los años 70. Su actual auge -de la tecnología a la cultura pop- es el fruto de un sacrificio colectivo que quizá solo pueda compararse al de Japón, tanto por su fuerte compromiso individual como por la apuesta por la tecnología. Por ello, la población tiene inculcada una obsesión laboral sin cuartel, y un amor por su país que se traduce en una enorme impermeabilidad a lo foráneo. No es que el mercado esté cerrado a lo extranjero, pero la propia cultura hace que sea muy proteccionista. Productos de lujo aparte, cualquier bolso, zapato, pantalón o aparato made in Corea es visto como superior por los ciudadanos.

En consecuencia, como era de esperar, también existe un canon de belleza particular. Habla de ello Jenny Shin, directora del departamento internacional de una de las clínicas más punteras de cuantas se especializan en cirugía estética.

Solo en el barrio de Apjujeong, en Seúl, hay más de 300 centros consagrados a intervenciones quirúrgicas estéticas. De hecho, el 15% de las coreanas se ha sometido al bisturí, dicen las estadísticas. Nadie como la directiva de JK Medical Group para explicar tal afición. La respuesta empieza por no sorprender: "La belleza es... competitiva". Shin se explica: "Aquí es importante ser perfecta en todos los campos. Especialmente en este. Existe esa rivalidad entre jóvenes y mayores, entre las de la misma edad, entre todas".

Como en Occidente, la industria del entretenimiento es la que manda: "Traen las fotos de las celebrities del k-drama y k-pop [respectivamente las telenovelas y la música popular nacionales] y me señalan: 'quiero ser así'. Eso es k-beauty".

Si el fenómeno de la belleza lleva aparejada su presión, esta no es menor en el caso de la educación, orgullo nacional refrendado por estudios internacionales (como el Informe Pisa, que sitúa las universidades coreanas en la cima del mundo). Curiosamente, pese al gran avance de la mujer en los diferentes niveles de enseñanza, hoy todavía prevalece la segregación de género en los niveles educativos superiores (existen universidades femeninas).

Ji Young Lee -una estudiante a punto de cumplir 25 años que vive en la ciudad sureña de Busan- refrenda algunas de las excelencias del sistema: «La mayor parte de la educación es pública y casi todo el mundo va a la universidad [nada menos que un 70% de la población]». Una vez más, la competitividad salta a escena. «La presión es muy fuerte porque necesitas los mejores resultados para trabajar en lo que tú quieres», afirma Ji Young Lee, y finaliza con una queja que ilustra cómo, a pesar de lo anterior, el pasado sigue haciendo de las suyas para impedir a las coreanas sacudirse de encima el estigma de género: «Aquí nuestro papel es muy tradicional y limitado. Una chica de mi edad estudia, está encantada, adora sus clases, sus idiomas, todo, pero le preguntas '¿qué quieres ser de mayor?' y te contesta: 'No, yo quiero ser madre'. O 'quiero ser rica'. La cultura es capitalista, superficial, de aparentar, de ir con el chico en el coche más caro... Hay algunas que estudian una carrera solo para conseguir un novio».

BRUNO GALINDO Actualizado: 22/02/2014

LIFESTYLE OF THE KOREAN NEW. ASIAN LAST REVOLUTION
This is an article I read on I donated last week and I thought if not interesting, curious.
In a life full of progress, evolution and revolutions of all kinds, we can still read countless things that personally, I find it amazing.
Here you can see that the world is on the one hand and society on the other, in the end, personal decision, commitment and sacrifice of women may or may not prevail but at very high prices seeing as normal and without any modesty. So was and will remain so even talk about a place number 1 in education and development?.
The other reading is because they want us to see the difficulty of something that simply is a choice and you choose what you choose, if you've been yourself, is perfectly respectable and valid.
Because whenever the double meaning of the "poor things" they should choose that as sad and suffering. Men choose to, preferring the family profession, and in some cases no one criticizes neither dramatize nor questioned, because women do? Incubiertamente is still manipulating us to keep us feeling that charge called guilty conscience and guilt for being themselves and we say it? It is just my opinion.

Montserrat A.

Just over a year ago, the Republic of Korea surprised the Asian region with the appointment of the first president of the country. Can the West do not see anything special in a hurry victory Park Geun- hye over rival progressive Moon Jae -in , but that part of the world a historical precedent sat : the promise of being " the president of the People common " broke the inertia of Confucian thought , that ancient doctrine extended to Vietnam to Japan that views women as someone whose life only makes sense to be subordinate to men .
 Was the sign of a change in the country 's ' economic miracle '? Although it takes a few years to elucidate the question - and , in practice, the Korean woman is in a situation of inferiority , some data suggest that there are changes afoot .

Since the mid- 90s , for example , the number of households headed by them has increased significantly ( about 20% at present) .
The decline in terms of the number of marriages and the fertility rate and the rise in divorces draw a scenario where female independence to the traditionalist view of the family is essential.
Nevertheless, as highlighted in a report on the status of women in Asia CIDOB Foundation, the current social policy of the government does not recognize this changing reality and still tends to privilege the normative ideal of the nuclear family as the most ' healthy ' .

The last comprehensive survey of the Thomson Reuters Foundation , which studies what are the best countries to be a woman , South Korea is located at No. 10 are . In support of this position is its high technological and scientific profile, against a strong patriarchal tradition that even today punishes professional woman .
This situation causes extreme positions on motherhood, as expressing Clare Shin (37 years) , tour guide from Seoul : " I have no children and I think that has , for my profession takes me to travel, and men does not like too in Korea based is respect the man also still strongly influence parents in marriage : a woman can not go live with your partner if you are not home is frowned upon becoming pregnant ; supposedly have. . . that a virgin at marriage. " He concludes: " I ​​am part of the middle class that is changing, but not collapsing now fight for freedom , it comes down to the economy. " .

From this transition we speak other women struggling to bring up their ideals. We found one of them in a luxurious downtown restaurant , Congdu . The manager, who keeps track of everything that happens , Vivian Han is a slender seulita that quarantine and leads round decade and half betting on an international market and Korean cuisine. " We are who we instituted neokorean food label . Want the food to be our ambassador bridge between history and culture ," he says . His concept of running a restaurant includes not only a philosophy, but also an intense activity that burden on their shoulders , " Madrugo , plan everything , I travel to find the best genre ... I recently tracked soy sauce300 years " . Getting here was not easy , says the owner of four restaurants, two cafés and five stores .
 Is it more difficult for a woman? "Many will hate me for saying this, but I am against that sense of restraint that both assume the our genre: the discourse of ' I am woman, I influence my emotions ' I have 70 employees and a large pressure; study business management. constantly . I also have a family to support me . " The keyword does not come out of his mouth but it's there : compete. Above the genre, or probably all that is able to break that barrier , is the fierce competition that marks life in Korea .

This is so brutal that requires skill , sometimes in multiple fields. Testing a multiplicity of unusual talents is a young woman every day singing, dancing , cooking and plays percussion in his job . Sounds like a joke but it's true : Lee Ji Eun is Nanta actress , whose eponymous company show has toured 48 countries and 285 cities worldwide since 1997. The function code is a comedy mime that happens in a kitchen scenario . " The play is based on tradition and culture ," says the artist, " but does it take to be Korean knowing what the story , the show is made to be enjoyed either is universal. " . Eun -ji , which , after passing a test, was subjected to a year of training - acts about 40 times per month and 500 per year , monitors and ensures that the work of their peers.

"In Nanta are 10 teams competing and rotating : everyone wants to play better than others My paper made by another actress inspires me to be better," Is it hard to survive as an actress in Korea "Yes, yes it is. . ? " says. What would you like to do next? " Cinema " responds decisively. Know Almodóvar , asks photographer who signs this report . " No, who is it? " .

Because despite the image of openness to the stranger, the weight of the self is essential to understand this country , born in 1945 as a result of the partition of the Korean peninsula at the end of World War II . We worked very hard to get ahead (remember the bloody civil war that ravaged the country in the period 1950-53) . Third was still in the 70s . Your current boom of technology - pop-culture is the result of a collective sacrifice that can perhaps only be compared to that of Japan , both for his strong personal commitment and the commitment to technology . Therefore, the population has instilled a work relentless obsession and a love for his country resulting in a huge impermeability foreignness . Not that the market is closed to foreign, but the culture itself makes it very protectionist. Other luxury goods , any bag, shoes , pants or device made ​​in Korea is seen as superior by citizens.

Consequently, as expected, there is also a canon of particular beauty . Talk it Jenny Shin , director of the international department of one of the most advanced of few clinics specialize in cosmetic surgery.

Only Apjujeong neighborhood in Seoul , there are over 300 centers devoted to aesthetic surgery . In fact , 15% of Korean has gone under the knife , the statistics say . Nobody like JK Medical Group Policy to explain this hobby . The answer starts with no surprise : "Beauty is ... competitive ." Shin explains : " This is important to be perfect in every field especially in this rivalry that exists between young and old , between those of the same age, between them. . ."

As in the West , the entertainment industry is king : "They bring pictures of celebrities and the k -drama k -pop [ respectively telenovelas and the national popular music ] and I said : . ' Want to be like ,' That's k - beauty " .

If the phenomenon of beauty entails its pressure, this is no less in the case of education , national pride endorsed by international studies (such as the Pisa Report, Korean universities located on top of the world). Interestingly, despite the great progress of women in various levels of education , still prevails today gender segregation in higher education levels (there are women's colleges ) .


Ji - Young Lee a female student about to turn 25 who lives in the southern city of Busan - endorsed some of the excellences of the system: "Most of education is public and almost everyone goes to college [ nothing less that 70 % of the population ] . " Again, the scene jumps to competitiveness . "The pressure is very strong because the best results you need to work on what you want ," says Ji Young Lee, and ends with a complaint that illustrates how , despite this, the past is making the rounds to prevent Korean shake off the stigma of gender , "Here our role is very traditional and limited. A girl my age studied , is delighted , loves her classes , languages ​​, everything but you ask ' what do you want to be? ' and I replied: ' No, I want to be mother. O ' I want to be rich ' . Capitalist culture is shallow to appear , go to the guy in the most expensive car ... There are some who study race just to get a boyfriend . "

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