Autorretrato |
PICASSO, LA INTIMIDAD DEL CANÍBAL
Hace muy poco en el periódico El
Mundo salió un artículo sobre
la nueva exposición que se hará en la Fundación
Mapfre en Madrid sobre el artista. El artículo es muy fiel a la exposición y
por tanto he pensado que sería interesante incluirla en el blog así como
algunos cuadros que se podrán ver .
Picasso es una vida, en plural
donde sólo había sitio para Picasso. El artista más caníbal del siglo XX. El
tótem de sí mismo. El buen salvaje con flequillo que abrió las compuertas del
arte hasta donde no se sabía que alcanzaba la luz. Andó el camino a solas, con
apetito de muchas cosas.
Y quienes lo vieron pintar decían
que se enfrentaba al Moby Dick de la
tela en blanco con una fiebre de mano rápida
donde no era posible el camino de
vuelta.
Hizo del oficio de pintar el tema
también de su pintura. La modelo ( las modelos) los artistas torcidos de la
bohemia, el taller como espacio sagrado. Aquel recinto de sus demonios, el
poliedro fatal donde entraba en combustión . Y a este territorio que él
convirtió en el rompeolas de todas las obsesiones echa la vista la Fundación
Mapfre en una exposición poderosa.
los bañistas |
La muestra reúne 80 telas, 60
dibujos y grabados, 20 fotografías, cerámicas y una decena de paletas del
artista, entre ellas la última que utilizó pocos días antes de morir Pero hay más. No sólo se
trata del bulto del conjunto, sino de la secuencia de lo que todas las piezas
dispuestas vienen a contar: eses triángulo
mítico desde el que Picasso cifró uno de los frentes de su aventura, integrado
por tres motivos icónicos: el taller, la presencia femenina y él mismo. Cada
uno de los cambios en su vasta y acelerada obra respondía a un nombre de mujer:
Fernande, Eva, Olga, Dora Marie-Thérèse, Françoises, Jacqueline…. Y Picasso
deborándolas. Y Picasso con cualquier otra dama colgada del brazo, trotando por
París, algunas con los labios pintados por fuera del labio. “La relación entre
el artista y la modelo se convirtió para él en un género en sí mismo”, explica
la comisaria de la muestra ,Maite Ocaña.
Entrar adentro de Picasso con el
taller como norte magnético es una expedición extraordinaria. Todo está cifrado
ahí, en ese laboratorio de furias. La exposición arranca con el poderoso
Autorretrato con paleta ( 1906) del
Museo de Arte de Filadelfia, con toda la fuerza del primitivismo, con el cuerpo
casi arquitectónico, los ojos como teas que buscan el incendio a desatar, la
cabeza como una máscara ibérica. Y a partir de ahí, las revoluciones sucesivas:
el cubismo, el clasicismo, el surrealismo, el fauvismo… los bodegones. Los
cuerpos entre la sensualidad ( unas veces) y la naturaleza muerta ( otras).La
síntesis entre lo vivo y lo muerto… el picassismo, en definitiva.
mujer con mandolina |
“Lo que hemos buscado aquí es
subrayar una mirada muy íntima del artista”, comenta Pablo Jiménez-Burillo,
director de la Fundación Mapfre. “Él es de los primeros artistas modernos que
toman el taller como un motivo esencial de la pintura. E insiste en él hasta el
final”. Sin embargo, jamás queda una sensación de fórmula hallada, sino de
conflicto siempre a punto de ser resuelto.
En el estudio se da la soledad,
pero también lo extraordinario. La fantasía. El enigma. El sexo incandescente.
La embestida brutal de los amantes. La meditación. El desengaño… todo
es
posible ahí adentro. Y no se da sólo un aislamiento del mundo, sino un mundo
que ensancha el mundo.
“Las etapas de Picasso están muy
bien demarcadas en el recorrido por la obra que aquí presentamos”, sostiene
Jiménez-Burillo. “Desde el ímpetu del joven creador hasta la reflexión sobre la
vejez en las últimas piezas. Cuando el artista se presenta ya anciano, cansado,
o suplantado por otros ante la modelo”. Y siempre con la utillería del artista cerca.
O con lo exterior como algo a ventana. Y es a la vez tan parte de nosotros.
Picasso fue un artista de taller.
Y allí estableció la fuerza de su alquimia. Primero en aquellas covachuelas con
aroma a tocino hervido de Madrid, de Barcelona, de París. Más tarde en los
pisos burgueses. Y después en las casas de la Costa Azul, en los castillos, en
la Californie.
Tenemos 30 prestadores. Y muchos
de ellos no van a volver a prestar sus obras en mucho tiempo, por lo que esta
es una oportunidad casi única para contemplar algunos trabajos esenciales de
Picasso.
La desmesura es otro de los
motores de esta cita. Un exceso constructivo que tiene su remate en la última
sala de la muestra, donde el tema del pintor y la modelo ( ahora Jacqueline)
vuelve a tomar impulso. El voyeur es ahora un pintor viejo y la modelo se ha
convertido en un monstruo. El tiempo ha hecho su trabajo y la mirada se ha
convertido en testimonio de ese tiempo. Como el propio artista, que se
convierte en testigo de sí mismo desde dentro del autorretrato con el que
cierra la exposición, Hombre en el taburete (1969), presentado sólo una vez en
el Palais des Papes de Avignon en 1970. Allí aparece joven como no es. Vital
como ya no puede serlo. Como un chico solitario
que pinta. Aunque, en verdad, el hombre se extingue.
Montserrat A.
PICASSO, CANNIBAL
PRIVACY
Mujer en sillon rojo |
Makes very little in the newspaper El Mundo was
an article about the new exhibition will be at the Mapfre Foundation in Madrid
on the artist. The article is very true to the show and therefore I thought it
would be interesting to include it in the blog as well as some pictures that
can be seen .
Picasso is a life, in the plural where there
was only room for Picasso. The artist of the twentieth century cannibal . The
totem itself. The noble savage with bangs that opened the floodgates of art to
not know where the light reaching . Ando the road alone , with an appetite for
many things.
And those who said they viewed painting Moby
Dick faced the fabric in white with a fever fast hand where it was not possible
the way back .
Made the job of painting the subject of his
painting also . The model ( models ) twisted bohemian artists , the workshop as
sacred space. That his demons enclosure , where it entered the fatal burning
polyhedron . And this territory he became the breakwater all obsessions view
shows the Mapfre Foundation in a powerful exhibition.
The exhibition includes 80 fabrics, 60 drawings
and prints , 20 photographs, ceramics and a dozen pallets of artist , including
the last one used a few days before he died But there is more . Not only is the
whole package , but the sequence of which all parts are arranged to run: eses
mythical triangle from which Picasso encrypted one front of his adventure ,
comprising three iconic motifs : the workshop, the female presence and himself.
Each of the changes in its vast and accelerated work responded to a woman's
name : Fernande , Eva , Olga , Dora Marie -Thérèse , Françoises , Jacqueline
.... And Picasso deborándolas . And Picasso with any other lady on his arm ,
trotting around Paris , some with painted lips lip out . "The relationship
between artist and model for him became a genre in itself ," says the
curator of the exhibition , Maite Ocaña.
Naturaleza muerta |
Log in Picasso's workshop as magnetic north is
an extraordinary expedition . Everything is encrypted there in that lab furies
. The exhibition begins with the powerful Self Portrait with Palette (1906 ) of
the Philadelphia Museum of Art , with all the force of primitivism , with
almost architectural body , eyes like fire brands that seek to unleash the
Iberian head like a mask. And from there , the successive revolutions : cubism
, classicism , surrealism , fauvism ... still lifes . The bodies between
sensuality ( sometimes ) and still life ( other ) . Synthesis between the
living and the dead ... the picassismo ultimately .
"What we have sought to emphasize here is
an intimate look artist ," says Pablo Jiménez Burillo - director of the
Mapfre Foundation. " He is the first modern artists who take the workshop
as a key reason for the paint. And he insists on it until the end. "
However, it is never a sense of formula found , but always about conflict being
resolved.
The study gives loneliness , but also the
extraordinary. Fantasy. The enigma. The incandescent sex. The brutal onslaught
of lovers. Meditation . The disappointment ... everything is possible in there.
And not only gives isolation from the world , but a world that expands the
world .
" The Stages of Picasso are well marked in
the overview of the work presented here ," said Jimenez Burillo .
"Since the momentum of the young artist to reflection on aging in the
final pieces . When the artist is presented as an old man , tired, or
supplanted by others before the model. " And always with the artist
utillería nearby. Or something to the outside window. It is both as part of us.
Picasso was an artist workshop . And there he
established the force of his alchemy. First covachuelas those scented boiled
bacon Madrid , Barcelona , Paris. Later in the bourgeois homes . And then in
the houses of the Riviera, in castles , in Californie .
We have 30 lenders. And many of them are not
coming back to lend their works in a while , so this is a rare opportunity to
watch some seminal works by Picasso.
Hubris is one of the engines of this
appointment. A constructive excess having his shot in the last room of the
exhibition, where the subject of the painter and the model (now Jacqueline )
regains momentum. The voyeur is now an old painter and his model has become a
monster. Time has done its job and the look has become witness to that time. As
the artist himself , who becomes witness to himself from within the self portrait
with the exhibition closes , Man in the stool (1969 ) presented only once in
the Palais des Papes in Avignon in 1970. There appears young and is not. Vital
as it can no longer be. As a lonely boy painting . Although , in truth , the
man dies .
A. Montserrat
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