LOS NIÑOS TAMBIEN
TIENEN SUS NECESIDADES
Como padres, es preciso que identifiquemos los propios
deseos para no proyectarlos sobre los hijos e impedir, sin quererlo, que
realicen los suyos.
Los hijos aman y necesitan a sus padres, y si no se les
enseña a reconocer sus propias necesidades, si no se respetan sus límites y su
individualidad, corre el riesgo de desconectarse de sus deseos para recibir la
atención que necesitan. El problema es que, los adultos tienen necesidades no
resueltas y frustraciones no asumidas. Inconscientemente, buscan que los hijos
satisfagan esas carencias. Los cargan con objetivos y deseos y nublan su
capacidad de identificar sus anhelos genuinos.
Los hijos pueden desconectarse de sus verdaderas
preferencias y someterse a los deseos de los padres buscando la atención que
merecen y no reciben. El conflicto reside en que, el mandato de hacer felices a
los padres lleva, a una desconexión con los anhelos profundos del cuerpo y del
alma.
Para entender cómo nos relacionamos con nuestras necesidades,
nos gustaría compartir un modelo para
atravesar un ciclo vital positivo de satisfacción, basado en cuatro
etapas de movimiento: descansar, empujar, alcanzar y recibir.
El descanso activo consiste
en conectarse con uno mismo para dejar que la necesidad genuina emerja.
Disminuimos las voces de la mente y nos relajamos. Enseñar y dar espacio a los
hijos para que puedan atravesar este primer momento es clave. En una sociedad
que privilegia la acción y parece no dar valor al descanso, la pausa, la paciencia
y el silencio.
El reconocimiento de
los límites : la segunda etapa de empujar: la acción de separarse del
entorno y encontrar los propios límites. Para los niños, tiene que ver con
separarse de sus padres y comenzar a desarrollar su individualidad. El amor
implica contacto y espacio, y las personas necesitan tanto la posibilidad de
estar cerca y recibir calidez como, a veces, tener su propio espacio. La
posibilidad de respetar los límites de los hijos fomenta su confianza y su
sentido de individualidad y autosostenimiento, les enseña a defenderse y a no
dejarse dominar o manipular por los demás.
Salir al mundo Se
manifiesta a través de la curiosidad y los deseos, e implica salir al mundo a
buscar lo que queremos. El rol de los padres en este momento es fomentar,
incentivar y sugerir. Ayudar a los hijos a creer en sí mismos y darles espacio
para explorar.
Aprender a recibir La
conclusión del ciclo de las necesidades es el movimiento de coger, recibir e
integrar. Enseñar a los niños a disfrutar de sus logros y a tomarse unos
instantes para nutrirse de la sensación de satisfacción es clave para que el
ciclo de la necesidad se cierre. Las personas que no pasaron por esta etapa son
las que siempre quieren más, las que sienten que les falta algo, que nada es
suficiente.
Ayudar a nuestros hijos a saber quiénes son, qué es lo que
les proporciona alegría y satisfacción y darles permiso para ser ellos mismos
es el mejor regalo que les podemos hacer.
Fragmento del artículo escrito por Silvia Salinas y Ana Templesman
saludos
Children also have their needs
As parents,
we need to identify one's desires not to project on children and prevent
unwittingly performing theirs.
Children
love and need their parents, and if they are taught to recognize their own
needs, if not respect their boundaries and individuality, risk off of their
desires to receive the care they need. The problem is that adults have unmet
needs and frustrations not assumed. Unconsciously, the children seek to meet
those gaps. The bear and goals and desires cloud their ability to identify
their genuine aspirations.
Children
can disconnect from their true preferences and submit to the wishes of parents
seeking the attention they deserve and receive. The conflict is that the
mandate of the happiness of parents leads to a disconnection with the deepest
yearnings of body and soul.
To
understand how we relate to our needs, we would like to share a model through a
positive life cycle of satisfaction, based on four stages of motion: rest,
pushing, reaching and receiving.
Active rest is to connect with yourself to allow the
emergence of genuine need. Diminish the voices of the mind and relax. Teach and
make room for the children so they can get through this first time is key. In a
society that privileges action and seems to give value to rest, pause, patience
and silence.
The recognition of the limits: the second stage of pushing: the
action to separate the environment and find the limits. For children, has to do
with separation from their parents and begin to develop their individuality.
Love involves contact and space, and people need the ability to be both close
and receive warmth and sometimes have their own space. The ability to respect
the limits of the children promotes their confidence and sense of individuality
and self-reliance, taught to defend themselves and not to be dominated or
manipulated by others.
Exit to the world is manifested through curiosity and desires,
and involves the world to find out what we want. The role of parents at this
time is to promote, encourage and suggest. Helping our children to believe in
themselves and give them room to explore.
Learning to receive The conclusion of the cycle is the movement
needs to hold, receive and integrate. Teaching children to enjoy their
achievements and take a few moments to nurture the feeling of satisfaction is
key to the cycle of the need to close. People who did not go through this stage
are those that always want more, you feel that something is missing, nothing is
enough.
Helping our
children to know who they are, what gives them joy and satisfaction and give
them permission to be themselves is the best gift we can do.
Excerpt
from article by Silvia Salinas and Ana Templesman
Regards
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