martes, 26 de septiembre de 2017

LA TENDENCIA CURVI EMPIEZA A SER DE DOMINIO PUBLICO SIN TABUS

Hace tiempo que hablamos de esa nueva
corriente llamada “curvi” donde modelos, personajes populares, personas en general tienen un cuerpo fuera de los cánones de delgadez.
Ellas son guapas, con unas medidas más grandes de lo que se considera delgado, en este momento. Con ropa que favorece pero lo más importante es que se dejan ver y se sienten orgullosas de ello y eso ayuda a los demás. A desdemonizar las medidas y acostumbrarnos a ver medidas más normales que nos afectan a muchas de nosotras.

Pero es cierto tener claro, a nivel salud, donde está la línea de las curvas y donde empieza la de la obesidad que sería perjudicial para la salud.
La modelo XXL Tess Holliday, nos dice que estar gorda no es ser fea, ser vaga, ser una mujer desesperada, no ser sexy. Ella es la creadora del movimiento effyour beautystandards. Tras etiquetas como ésta, se muestran, según explica Natalia Mehlman, profesora asociada de Historia e investigadora de la Cultura del Fitness en New School (NY), “tipos de belleza alejados de los cánones establecidos en la actualidad que apenas tienen cabida en las páginas de las revistas femeninas”.

Hermosas, sanas y felices, las curvies proclaman a los cuatro vientos lo orgullosas que se sienten de sus redondeces y lo hartas que están de tener que pasarse la ida dando explicaciones sobre sus kilos de más.
El concepto curvy significa: “mujers con curvas, que presentan un sobrepeso que, normalmente, es
inferior a un exceso de unos 15 kilos. Comen gien y hacen deporte, pero tienen tendencia a engordar por lo que deben cuidarse mucho simplemente para lograr mantenerse en ese ligero sobrepeso”, asegura Rubén Bravo, experto en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad. Poseedoras de una masa muscular superior a la media, Bravo explica que para delimitar si sus kilos de más están dentro de lo saludable habría que fijarse en el porcentaje de grasa corporal que atesoran. “Depende dela edad, pero podría decirse que estaríamos ante un caso de sobrepeso cuando hay entre un 32 y un 38% de grasa. A partir de ahí, estaríamos hablando de obesidad”. Su sobrepeso suele ser “de origen genético” y reaccionan de una forma emocional ante algunos alimentos, como el dulce: “Al probarlos, se les disparan ciertos neurotransmisores que les complican mucho la tarea de parar de comerlos. Cuando están tristes o muy contentas, buscan esos vínculos con la comida para calmarse o celebrarlo”.

Otra de las razones que explican su eterna lucha contra la báscula es “la dificultad que presentan para quemar las grasa”, ya que tienden a utilizar “el hidrato de carbono o el glucógeno como fuente de energía”. Para bajar de peso, no les queda otra que limitar la ingesta de pasta, arroz, azucares y pan para que el organismo tire de la grasa como fuente de energía. La privación de estos alimentos que tanto enganchan por la liberación de serotonina que se produce al consumirlos les produce “una especie de síndrome de abstinencia que se prolonga incluso durante semanas”. “lo aconsejable es llevar un estilo de vida saludable, comer equilibrado, evitar alimentos ricos en azúcar y grasas saturadas y realizar una actividad física con regularidad. Todo eso y aceptarse a uno mismo porque “nos aporta salud al reducir los niveles de estrés y de autoexigencia”
Podríamos hablar de cuál sería, entonces, el peso ideal pero no existe. El peso ideal es personal e intransferible. Cada persona, según su peso, ejercicio, costumbres, metabolismo… tendrá uno u otro. Hasta aquí es la opinión de nutricionistas profesionales pero hablemos sobre la opinión de los psicólogos profesionales, tan importantes en estos temas.

“Una curvy es una mujer real. Las mujeres
tienen curys; las niñas, no. Pero los modelos de comparación que nos mostraban los medios de comunicación hasta la fecha eran tallas 36. ES decir, mujeres con cuerpos de niñas”, explica Isabel Serrano, psicóloga de EnpositivoSí.
La apuesta mediática por una figura escuálida y rectilínea marcó el comienzo de una lucha entre lo que se veía en un espejo y lo que se consideraba presumiblemente bello. Jesús María Prada, psicólogo coincide en: “más allá de su cuerpo, lo que define a una curvy es su actitud optimista ante la vida y su dinamismo. Son mujeres que quieren mostrar que se puede ser feliz sin cumplir los cánones de belleza actuales, que se puede ser atractiva sin estar a dieta permanente y que se sienten bien consigo mismas”.

Cuando nos nombramos curvy y no nos decimos gorda o talla grande, nuestra autoestima sale mejor parada, también parece que nos podemos presentar ante los demás de otra manera. En el fondo lo que subyace es el deseo de ser aceptados, afirma Isabel Serrano.
Lo importante es intentar quererse, respetarse y cuidar el cuerpo en el que vivimos así como las personas que somos. A todo esto se le llama autoestima y autovaloración.

Entrenamientos
·       Ni correr, ni saltar.. la recomendación es buscar una actividad cardiovascular que no haga sufrir ni las rodillas ni los tobillos. Lo ideal sería andar media hora cada día y hacer elíptica tres veces por semana ayudando a mantener esbeltas las piernas y no engordar que serían los dos objetivos.
·       Tres veces por semana hacer ejercicios con gomas elásticas para fortalecer sin ganar volumen. Nos centraríamos en trabajar los glúteos para mantenerlos altos y fuertes y las piernas. También habría que cuidar el tren superior para no romper la armonía entre los hombros y las caderas.
·       Para la flexibilidad sería perfecto practicar pilates y yoga. Nos ayudarían a alargar los músculos. Mejoran la postura  y ayudan a lucir una figura más esbelta, independientemente de los quilos que se tengan.
Estos consejos han sido dados por Carola Prato, entrenadora personal. Este artículo ha sido escrito originariamente por Gema García Marcos y publicado en zen (El Mundo)

Montserrat A


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