corriente llamada “curvi” donde modelos, personajes populares, personas
en general tienen un cuerpo fuera de los cánones de delgadez.
Ellas son guapas, con unas
medidas más grandes de lo que se considera delgado, en este momento. Con ropa
que favorece pero lo más importante es que se dejan ver y se sienten orgullosas
de ello y eso ayuda a los demás. A desdemonizar las medidas y acostumbrarnos a
ver medidas más normales que nos afectan a muchas de nosotras.
Pero es cierto tener claro, a
nivel salud, donde está la línea de las curvas y donde empieza la de la
obesidad que sería perjudicial para la salud.
La modelo XXL Tess Holliday, nos
dice que estar gorda no es ser fea, ser vaga, ser una mujer desesperada, no ser
sexy. Ella es la creadora del movimiento effyour
beautystandards. Tras etiquetas como ésta, se muestran, según explica
Natalia Mehlman, profesora asociada de Historia e investigadora de la Cultura
del Fitness en New School (NY), “tipos de belleza alejados de los cánones
establecidos en la actualidad que apenas tienen cabida en las páginas de las
revistas femeninas”.
Hermosas, sanas y felices, las
curvies proclaman a los cuatro vientos lo orgullosas que se sienten de sus
redondeces y lo hartas que están de tener que pasarse la ida dando
explicaciones sobre sus kilos de más.
El concepto curvy significa:
“mujers con curvas, que presentan un sobrepeso que, normalmente, es
inferior a
un exceso de unos 15 kilos. Comen gien y hacen deporte, pero tienen tendencia a
engordar por lo que deben cuidarse mucho simplemente para lograr mantenerse en
ese ligero sobrepeso”, asegura Rubén Bravo, experto en nutrición del Instituto
Médico Europeo de la Obesidad. Poseedoras de una masa muscular superior a la
media, Bravo explica que para delimitar si sus kilos de más están dentro de lo
saludable habría que fijarse en el porcentaje de grasa corporal que atesoran.
“Depende dela edad, pero podría decirse que estaríamos ante un caso de
sobrepeso cuando hay entre un 32 y un 38% de grasa. A partir de ahí, estaríamos
hablando de obesidad”. Su sobrepeso suele ser “de origen genético” y reaccionan
de una forma emocional ante algunos alimentos, como el dulce: “Al probarlos, se
les disparan ciertos neurotransmisores que les complican mucho la tarea de
parar de comerlos. Cuando están tristes o muy contentas, buscan esos vínculos
con la comida para calmarse o celebrarlo”.
Otra de las razones que explican
su eterna lucha contra la báscula es “la dificultad que presentan para quemar
las grasa”, ya que tienden a utilizar “el hidrato de carbono o el glucógeno
como fuente de energía”. Para bajar de peso, no les queda otra que limitar la
ingesta de pasta, arroz, azucares y pan para que el organismo tire de la grasa
como fuente de energía. La privación de estos alimentos que tanto enganchan por
la liberación de serotonina que se produce al consumirlos les produce “una
especie de síndrome de abstinencia que se prolonga incluso durante semanas”.
“lo aconsejable es llevar un estilo de vida saludable, comer equilibrado,
evitar alimentos ricos en azúcar y grasas saturadas y realizar una actividad
física con regularidad. Todo eso y aceptarse a uno mismo porque “nos aporta
salud al reducir los niveles de estrés y de autoexigencia”
Podríamos hablar de cuál sería,
entonces, el peso ideal pero no existe. El peso ideal es personal e
intransferible. Cada persona, según su peso, ejercicio, costumbres,
metabolismo… tendrá uno u otro. Hasta aquí es la opinión de nutricionistas
profesionales pero hablemos sobre la opinión de los psicólogos profesionales,
tan importantes en estos temas.
“Una curvy es una mujer real. Las
mujeres
tienen curys; las niñas, no. Pero los modelos de comparación que nos
mostraban los medios de comunicación hasta la fecha eran tallas 36. ES decir,
mujeres con cuerpos de niñas”, explica Isabel Serrano, psicóloga de
EnpositivoSí.
La apuesta mediática por una
figura escuálida y rectilínea marcó el comienzo de una lucha entre lo que se
veía en un espejo y lo que se consideraba presumiblemente bello. Jesús María
Prada, psicólogo coincide en: “más allá de su cuerpo, lo que define a una curvy
es su actitud optimista ante la vida y su dinamismo. Son mujeres que quieren
mostrar que se puede ser feliz sin cumplir los cánones de belleza actuales, que
se puede ser atractiva sin estar a dieta permanente y que se sienten bien
consigo mismas”.
Cuando nos nombramos curvy y no
nos decimos gorda o talla grande, nuestra autoestima sale mejor parada, también
parece que nos podemos presentar ante los demás de otra manera. En el fondo lo
que subyace es el deseo de ser aceptados, afirma Isabel Serrano.
Lo importante es intentar
quererse, respetarse y cuidar el cuerpo en el que vivimos así como las personas
que somos. A todo esto se le llama autoestima y autovaloración.
Entrenamientos
·
Ni correr, ni saltar.. la recomendación es
buscar una actividad cardiovascular que no haga sufrir ni las rodillas ni los
tobillos. Lo ideal sería andar media hora cada día y hacer elíptica tres veces
por semana ayudando a mantener esbeltas las piernas y no engordar que serían
los dos objetivos.
·
Tres veces por semana hacer ejercicios con gomas
elásticas para fortalecer sin ganar volumen. Nos centraríamos en trabajar los glúteos
para mantenerlos altos y fuertes y las piernas. También habría que cuidar el
tren superior para no romper la armonía entre los hombros y las caderas.
·
Para la flexibilidad sería perfecto practicar
pilates y yoga. Nos ayudarían a alargar los músculos. Mejoran la postura y ayudan a lucir una figura más esbelta,
independientemente de los quilos que se tengan.
Estos consejos
han sido dados por Carola Prato, entrenadora personal. Este artículo ha sido
escrito originariamente por Gema García Marcos y publicado en zen (El Mundo)
Montserrat A
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