lunes, 5 de marzo de 2018

LA DESAPARICIÓN DE LA CLASE MEDIA


Después de la famosa crisis que todos tuvimos que soportar, más que superar, ha servido para destruir, en gran parte, todo aquello por lo que los trabajadores y políticos de izquierdas de verdad, lucharon en antaño para que la esperada y deseada clase media apareciera en nuestro país, dando bienestar familiar y opciones para que nuestros hijos pudieran estudiar igual que los hijos de los ricos y bien posicionados socialmente hablando.

Estamos en la época donde la clase media casi ha desaparecido, los sueldos se han desplomado, donde la exigencia ha incrementado y donde ya nadie tiene derechos, solo obligaciones.
Pero todo esto no es solo dinero, también es inestabilidad familiar, miedo al abismo y desasosiego e inseguridad general. En la revista Papel, Cristina Caballero escribió y publico un artículo interesante sobre este tema que yo resumiré e incluiré párrafos para que todos podamos disfrutar de esta información. También incluyo comentarios personales que nada tienen que ver con el artículo original publicado.

La clase media se ha rendido ya que el pilar donde se asentaba era la estabilidad, algo que se ha roto o en algunos casos desaparecido en su totalidad. Aquellos que pensaban que si uno trabajaba duro, si era honrado, disciplinado, ahorrador y decente, el provenir le iría bien y podría ofrecerle a sus hijos una vida mejor, están totalmente perdidos. Esa regla, se ha hecho trizas.
Todo parece indicar que estamos en unos de los grandes cambios sociales de la historia y que marcará a las nuevas generaciones. El modelo de vida que imperaba: casa de tamaño, estudios para los hijos, sanidad, pensión asegurada… se está convirtiendo, de nuevo, en un dominio para ricos.
Nada es para siempre: nuevos modelos de mercado, el concepto low cost, todo de usar y tirar. Hasta el trabajo ha dejado de ser para siempre porque aunque en España el despido libre no exista como tal, se te despide cada vez más barato en cualquier momento y por cualquier motivo siendo legal.

Se sobrevive como se puede. SE adquieren los artículos de primera necesidad pero el sueldo no da para más, ni siquiera para comprar productos frescos a diario, se pongan como se ponga. Alguien ha ido a comprar pescado, pollo y verduras frescas con algo de calidad? Pues hagan cuentas.
Toda esta inestabilidad, el pensar en el hoy como futuro, el no saber si el trabajo lo perderás mañana ha creado una sociedad de consumidores poco exigentes, sin referentes culturales claros, carentes de ideología y poco centrados en los focos tradicionales de socialización, como la familia, el sistema educativo o el lugar de trabajo porque el día a día, el agotamiento psicológico y la desmotivación los inundan. Quizás esta es la sociedad que la clase social alta necesitaba y estaba en extinción?

Los de clase media se distinguen por sus maneras, por su lenguaje, por sus gustos, por sus inclinaciones y hasta por su aspecto. Es la familia, las vacaciones en agosto, el piso a plazos, la boda para la niña y la universidad para el chico, el coche de gama alta financiado, el ahorro, el esfuerzo… el trabajo para toda la vida con la que pueden hacer planes y encajes de bolillo para construir su mundo familiar.

 En los principios de los 80, con la llegada de la democracia, se alcanzó un empate técnico entre los que se consideraban de clase media (40%) y la clase trabajadora (48%). Esa percepción bajó en los años 90  hasta el 20%, y su momento triunfal llegó con el crecimiento económico: en 2007, en pleno boom de la construcción, más del 63% de la población se consideraba a sí misma clase media, según el CIS. Pero a partir de ahí, ese grupo comenzó de nuevo a descender hasta el panorama actual: sólo el 57% de los españoles se engloba en ese segmento, casi el mismo porcentaje que los de clase “trabajadora”.

A lo largo del siglo pasado, este grupo social sólo tuvo un intento serio de organización política: la Liga de las Clases Medias, constituida en 1913, de cuyo comité ejecutivo formaban parte abogados, médicos, catedráticos, un periodista, un funcionario público, un agente de cambio y Bolsa, un militar y un par de hacendados. En el fondo, no había nada que les uniera, así que sólo un año después de su creación, la Liga se dio por fracasada. La gente de la calle volvía a estar a la deriva.
“El nuevo costumbrismo de la clase media, con el cine y la televisión como principales transmisores, ya no incidía en su leyenda negra de penurias y falsas apariencias, sino en su prosperidad económica y en sus virtudes domésticas. Era el éxito de un calvinismo a la española, indisoluble, entre unido al desarrollismo”, explica el catedrático Fuentes.

“Cuando era niño, a finales de los 50, gran parte de la clase media vivía en barrios de aluvión. La aspiración era acceder al frigorífico, a la televisión, a la lavadora, que se pagaba a plazos con mucho esfuerzo. Recuerdo  a mi padre trabajar de sol a sol para comprar esas cosas que se recibían en casa como un acontecimiento”. Él no tuvo nunca la sensación de estar viviendo en el alambre. “No había dinero en abundancia, pero se llegaba a fin de mes, y con varios hijos a la espalda”.
España ha dejado de crear hogares al ritmo en que lo hacía desde hace décadas. En 2007, en pleno boom del ladrillo, se creaban 125.000 unidades familiares trimestrales. Pero en 2015 la cifra ese estancó en sólo 1500 hogares nuevos en el primer trimestre, lo que equivale únicamente a una nueva familia por comunidad autónoma. Según la proyección que ha hecho el INE siguiendo esta tendencia, en 2029 los hogares de tamaño medio habrán disminuido un 7,3%. Los de cinco o más personas, que en los años 60 eran mayoría, se desplomarán un 30%. Las familias de más de cuatro miembros serán algo tan pintoresco como la tele en blanco y negro y el seiscientos. Cosas de los abuelos. “Hay una tensión generacional que pude ser peligrosa: si el joven no está protegido económicamente y no ve futuro, no tiene hijos”, explica el sociólogo Narciso Michavila.

Debido a la crisis, cada vez menos, hay personas con ingresos anuales dentro de la franja de 20.000 y 30000 euros. En los trabajos, considerados de calidad, bajaron 2000 euros anuales, según la oficina de estadística europea Eurostat.
La renta anual media de los hogares españoles ha bajado un 13% desde hace siete años, según el INE. Y eso trae consecuencias en el consumo y en el modo de vida.
Entre 2008 y finales de 2015 se han destruido 2,5 millones de empleos. De ellos, más de medio millón son profesionales, pequeños y medianos empresarios o cooperativistas; el resto, asalariados del sector privado y sólo 54.000 empleos en el sector público, según señala Javier García economista y socio del instituto de análisis económico sintetia.
El empleo, ese tesoro que duraba toda la vida y permitía progresar, salir del pueblo, mandar a estudiar a los hijos, veranear y comprarse el pisito, ya no es algo seguro. “el paro es la primera causa que machaca a la clase media, hace que una persona pierda su rol social y deje de ser alguien”, señala el sociólogo Michavila. “Es la primera generación en la que los hijos no vivirán mejor que sus padres”. Lo dramático es que la mayoría de los empleos que se han perdido no volverán a recuperarse jamás, porque han sido sustituidos por la tecnología. Secretarias, pasantes, administrativos…
De la época de impuestos mínimos del franquismo hemos pasado a un sistema que se ceba con las rentas medias. La prioridad tenía que ser aumentar la renta disponible de los que crean valor, que es la clase media, pero no es así, y cuanto más inclinemos la balanza hacia los que reciben peor irá. Nos estamos cargando conscientemente a los que pagan.
Montserrat A


The disappearance of the middle class
After the famous crisis that we all had to endure, rather than overcome, it has served to destroy, in large part, everything for which the workers and left-wing politicians really fought in the past for the expected and desired middle class to appear in our country, giving family well-being and options so that our children could study just like the children of the rich and well-placed socially speaking.
We are in the era where the middle class has almost disappeared, wages have collapsed, where the demand has increased and where no one has rights, only obligations.
But all this is not only money, it is also family instability, fear of the abyss and restlessness and general insecurity. In the paper magazine, Cristina Caballero wrote and published an interesting article on this subject that I will summarize and include paragraphs so that we can all enjoy this information. I also include personal comments that have nothing to do with the original article published.
The middle class has surrendered since the pillar where it was settled was stability, something that has been broken or in some cases disappeared in its entirety. Those who thought that if you worked hard, if you were honest, disciplined, safer and decent, coming would go well and could offer your children a better life, they are totally lost. That rule has been shattered.
Everything seems to indicate that we are in one of the great social changes of history and that will mark the new generations. The model of life that prevailed: home size, studies for children, health care, pension insurance ... is becoming, once again, a domain for the rich.
Nothing is forever: new market models, the concept of low cost, everything to wear and draw. Even the work has stopped being forever because although in Spain free dismissal does not exist as such, you are fired cheaper and cheaper at any time and for any reason being legal.
You survive as you can. The articles of first necessity are acquired but the salary does not give for more, not even to buy fresh products daily, they are put as it puts. Has anyone gone out to buy fish, chicken and fresh vegetables with some quality? Then do accounts.
All this instability, thinking of today as the future, not knowing if work will lose you tomorrow has created a society of consumers with low demands, without clear cultural references, lacking in ideology and with little focus on traditional focuses of socialization, such as family, educational system or workplace because day to day, psychological exhaustion and demotivation flood them. Perhaps this is the society that high social class needed and was in extinction?
The middle class are distinguished by their manners, their language, their tastes, their inclinations and even their appearance. It's the family, holidays in August, floor installment, wedding for the girl and college for the boy, high-end car financed, savings, effort ... the work for life with which they can do plans and lace bowls to build their family world.
SEE ADDITIONAL INFORMATION ABOVE.
In the early 1980s, with the advent of democracy, a technical tie was reached between those considered middle class (40%) and working class (48%). That perception fell in the 90s to 20%, and its triumph reached with economic growth: in 2007, in the midst of construction boom, more than 63% of the population considered itself middle class, according to the CIS . But from then on, that group began to descend again to the present panorama: only 57% of Spaniards are included in this segment, almost the same percentage as those of "working class".
Throughout the last century, this social group only had a serious attempt at political organization: the League of Middle Classes, constituted in 1913, whose executive committee included lawyers, doctors, professors, a journalist, a public official, a agent of exchange and Stock Exchange, a military man and a pair of hacendados. At bottom, there was nothing to join them, so only a year after its creation, the League was considered unsuccessful. The people on the street were drifting again.
"The new customs of the middle class, with cinema and television as the main transmitters, no longer had an impact on their black legend of hardships and false appearances, but on their economic prosperity and domestic virtues. It was the success of a Calvinism to the Spanish, indissoluble, linked to the development, "explains Professor Fuentes.
"When I was a child, in the late 1950s, much of the middle class lived in alluvial neighborhoods. The aspiration was to access the refrigerator, the television, the washing machine, which was paid in installments with much effort. I remember my father working from sunrise to sunset to buy those things that were received at home as an event. " He never had the feeling of living on the wire. "There was no money in abundance, but it came at the end of the month, and with several children behind."
Spain has stopped creating homes at the rate it has been doing for decades. In 2007, in the middle of the brick boom, 125,000 quarterly family units were created. But in 2015, that number stalled in only 1,500 new homes in the first quarter, which is equivalent to only one new family per autonomous community. According to the INE projection following this trend, in 2029 the average household will have decreased by 7.3%. Those of five or more people, who in the 60s were the majority, will collapse by 30%. Families of more than four members will be something as picturesque as black and white TV and six hundred. Things of the grandparents. "There is a generational tension that could be dangerous: if the young man is not economically protected and sees no future, he does not have children," explains sociologist Narciso Michavila.
Due to the crisis, less and less, there are people with annual income within the range of 20,000 and 30,000 euros. In the works, considered of quality, lowered 2000 euros per year, according to the European statistical office Eurostat.
The average annual income of Spanish households has fallen by 13% for seven years, according to the INE. And that has consequences on consumption and the way of life.
Between 2008 and the end of 2015 2.5 million jobs have been destroyed. Of these, more than half a million are professionals, small and medium entrepreneurs or cooperativists; the rest, private sector wage earners and only 54,000 jobs in the public sector, according to Javier García economist and partner of the institute of economic analysis synthesized.
The job, that treasure that lasted all the life and allowed to progress, to leave the town, to send to study the children, to summer and to buy the pisito, is no longer something safe. "Unemployment is the first cause that crushes the middle class, makes a person lose his social role and stop being someone," says sociologist Michavila. "It is the first generation in which children will not live better than their parents." The dramatic thing is that most of the jobs that have been lost will never recover, because they have been replaced by technology. Secretaries, interns, administrative ...
From the time of the minimum taxes of the Franco regime we have gone to a system that deals with the average incomes. The priority had to be to increase the disposable income of those who create value, which is the middle class, but it is not so, and the more we incline the balance towards those who receive the worse it will go. We are consciously charging those who pay.
Montserrat A

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