jueves, 10 de diciembre de 2015

TRIATLÓN: UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD EN LA VIDA

Hace unos meses, fui a una masajista debido a la brutal contractura que sufría debido al stress y los nerviosos causados por el exceso de trabajo y presiones laborales.  La medicina que me dio fue: haz ejercicio cada día para que toda la tensión que llevas encima desaparezca. No lo dejes ni un día , es necesario para ti. Si te esfuerzas, aguantas los primeros 15 días y continuas, el 90% de tus problemas desaparecerán.
Yo pensé que era un tópico y que además no iba a ser capaz de hacerlo pero estaba tan mal que decidí dar un voto de confianza y probar. La primera semana fue infernal pues tenía que luchar con la desgana del hacer deporte, el estar que tenía y mi principio de depresión encubierta pero continué. La segunda semana, ya no me dolía el cuerpo y me costaba menos ir al gimnasio, mejorando mi estado de ánimo. La tercera semana, el cuerpo me pedía movimiento y a los diez minutos de moverme el cuerpo reaccionaba sudando. Hoy llevo tres meses practicando deporte cada día, descansando una vez a la semana, ya no tengo contracturas, tengo una visión positiva de la vida y continúo con mis proyectos laborales; haciendo frente a cada situación de forma inteligente y meditada.
Realmente, la medicina prescrita funcionó y por ello quiero haceros participes de un artículo escrito por Gema García Marcos sobre los efectos del deporte en aquellas personas que por un motivo u otro cayeron en un abismo y supieron remontar. (artículo publicado en Zen el 25 de octubre 2015).
Empecé a hacer deporte para quemar los demonios que me rondaban tras años de adicciones. Si vagaba por las calles, volvería a sentir esa ansiedad. Sabía que podía volver a caer y prefería meterme en el gimnasio para evitar la tentación de entrar en un bar a beber, rememora Oscar.
El barcelonés de 42 años: “comencé a beber a los 14años.Pensaba que era lo que molaba. Cuando iba de camino al instituto, entraba en los bares y, en lugar de pedir un refresco, me tomaba una cerveza. Me daba igual lo que me dijeran mis padres. Dejé los estudios porque prefería la fiesta y experimentar con todo tipo de drogas”, afirma.

A los 30, las huellas de los abusos se dejaban ya sentir en su cuerpo y en su alma, “estaba en la cuerda floja”. Y, como tantos otros, lo perdió todo: “Me fui con una familia de gitanos a recorrer España, trabajando en el campo. Pero, como les salía más a cuenta pagarme en vino que en dinero, seguí consumiendo tóxicos hasta que un trabajador de Cáritas Cuenca me recomendó  que volviera a Barcelona, donde tenía mi arraigo social, para tratar de rehacer mi vida”, cuenta Oscar.
Pero de vuelta a casa, se encontró sin techo. “Cae la noche y no tienes donde ir. No lo buscas; simplemente te pasa”, explica. Y llegó ese momento en el que, como tantos otros, tocó fondo: “Sólo me quedaban dos euros en el bolsillo y ya lo había vendido todo en las tiendas de empeño. Entonces entré en un supermercado para comprar una barra de pan y un poco de chorizo, pero me terminé llevando un cartón de vino. Entonces me di cuenta de que estaba totalmente hundido: me moría de hambre pero yo sólo pensaba en beber”.

Pidió ayuda y, tras unos meses de albergue en albergue, fue admitido en el programa Llars de San Juan de Dios y se desenganchó mediante terapia ambulatoria.  Poco a poco, fue mejorando y dejando atrás el consumo de sustancias tóxicas. Y comenzó “a ir al gimnasio y a nadar”, recuerda.
Desde hace año y medio, Oscar forma parte del grupo de 30 ex drogodependientes que participan en el proyecto de reinserción social a través del triatlón, promovido por la empresa Sport2Live con el apoyo de la Obra Social de La Caixa. “Hace unos meses, me dieron elalta terapéutica, he encontrado trabajo y tengo una mujer a la que quiero. El deporte me ha apartado de cosas que me hacían daño; me ha cambiado la vida”. Pasados los 40, ha descubierto en las carreras de larga distancia la paz mental que anhelaba”. “Cuando corro, a veces, recuerdo lo que he dejado atrás. No estoy orgulloso de mí. Ni creo que sea un ejemplo para nadie y mucho menos bueno”, sentencia con la voz temblorosa.
Eduardo Torras, cofundador deSport2Live,al igual que Oscar, Torras también sabe lo que es tocar fondo por culpa de las adicciones.

El deporte le aportó el orden que necesitaba en su vida y se convirtió en una alternativa de ocio saludable: ”Me levantaba, trabajaba e iba a hacer deporte. Llegaba a casa tan cansado que no tenía fuerzas para más. Pero, sobre todo, me servía los fines de semana, cuando la tentación de salir de copas era más fuerte.”

Todos los usuarios de Sport2Live están “en fase de reinserción y permanecerán con nosotros hasta que reciban el alta. Este proceso tiene tres fases: desintoxicación (2 meses); aprendizaje (manejo de las emociones) y reinserción (búsqueda de trabajo, reconstrucción vital)”, explica Torras.
Los entrenamientos no solo les hacen sentir mejor físicamente y marcarse retos en la vida, sino que “les ayuda a tejer una nueva y sana red de amistades, porque muchos de ellos se habían quedado sin amigos”.

“El 90% ha integrado el deporte en su vida y lo ha interiorizado como alternativa de ocio saludable, como contraposición al salir de marcha, de copas… los primeros tres meses son de puesta a punto y, a partir de ese momento, empiezan a participar en alguna competición de cinco o 10 kilómetros para comprobar las sensaciones.” 
La mejor recompensa a su trabajo, es el agradecimiento de las familias: ”sus seres queridos están felices. Más de un padre se me ha acercado llorando en algún triatlón para darme un abrazo, diciéndome lo mucho que hemos hecho por su hijo.

Cuca “me dicen que estoy estupenda, que soy otra y eso me anima a seguir hacia adelante”. Nacida en 1975 en el seno de una familia acomodada de Barcelona, se enganchó al fentanilo, un derivado de la morfina, por problemas de salud. “Tenía  la presión arterial alta. Todo era de origen psicosomático pero me producía unos terribles dolores de cabeza. No había nada que me calmara. Empezaron a administrarme morfina. Pero, al salir del hospital, no podía tomarla y me prescribieron fentanilo inhalado. Me enganché al segundo”.Ingresada  en varias ocasiones en la Unidad de Desintoxicación de San Pablo, Cuca se unió hace dos meses a Sport2Livepara “encontrar una motivación y vivir el deporte como una vía para la recuperación”.
Cambiar los hábitos es sencillo, pero se necesita una motivación para mantenerlos. “Es como cuando te sometes a un régimen de adelgazamiento. Sport2Live ha sido ese empujón que esperas cuando te quedas encallado.
Espero que os interese este articulo y que pueda ayudar de ayuda a alguien. Siempre hay una segunda oportunidad para todos. Solo hay que buscarla.

Montserrat A



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