lunes, 14 de diciembre de 2015

MUJERES: ¿ Y DE LOS 50....?

La crisis de los 50 no es solo cosa de hombres, que es más llevadero, muchas mujeres deben afrontar un cambio hormonal drástico que les repercutirá en muchos aspectos físicos, psíquicos y comportamiento. Pero que ocurre cuando esta etapa coincide con hijos adolescentes  hiperhormonados en casa? Es momento de pensar y reorganizarnos evaluando nuestras prioridades.

La vida tiene esa manía de estar en constante cambio, no quedarse quieta, no modificar nada… De la infancia pasamos a la adolescencia y de ahí a la inseguridad de los 20. Luego llegan los 40  momento donde crees que todo está controlado , superado, las decisiones no son tan difíciles, tenemos claro lo que queremos o por lo menos, lo que no queremos… pero no! La vida continua en continuo movimiento y llegamos a los 50 algo en lo que nadie había pensado y todavía menos lo que supondrá.

Mientras los hombres piensan en recuperar el tiempo perdido con una “canita al aire”, o comportarse, a veces como un adolescente, las mujeres empezamos a adentrarnos en una montaña rusa donde no se sabe dónde está el fin y todavía menos como ha comenzado todo. Sin libro de instrucciones y envueltas en una sociedad dirigida por los estereotipos que enmarcan una sociedad de perfección, juventud, belleza e ilusiones no reales que nos marcan a todas negativamente.

Según Jill Shaw Ruddock en su libro, The second Half of your life, “en esa época (los 50)  las hormonas que lo han regulado todo, empiezan a batirse en retirada provocando ansiedad, cambios de humor, insomnio, palpitaciones, desilusión y ganas de llorar”.
Bienvenidas al final de la época fértil y la llegada de la menopausia.

¿Cómo afrontar la transición?  Hace años, la mujer tenía ya los hijos emancipados a esa edad, en la universidad o casados, con lo cual lidiar con la avalancha de cambios era más o menos llevadero. Ahora, con el retraso de la maternidad, las cosas se complican. Según las encuestas, en algunos sitios las mujeres de 35 años tienen ya más hijos que las menores de 25, y así se juntan bajo el mismo techo los hijos adolescentes y las madres en esa edad complicada. Con un único denominador en común: todos con las hormonas revolucionadas y descontroladas. Unos despegando y otros aterrizando a la vez.

Las mujeres que están en esta situación coinciden en enumerar los portazos, los gritos, las rabietas, las peleas a muerte por cosas nimias que se suceden en sus casas durante ciertos días del mes.
El drama emocional además no es lo único que el huracán hormonal deja a su paso. Y es que un buen día te levantas, te miras en el espejo y no te reconoces. Diciéndote: “con lo bien que vivía sintiendo y no observando…” pero con la bajada de estrógenos la piel pierde firmeza y elasticidad y el pelo también sufre, se vuelve más fino y disminuye la cantidad… suerte que contamos con muchos aliados externos como tratamientos, vitaminas, etc… pero eso solo adiciona más estrés  a todo nuestro cambio interior.
Es cierto que los 50 de ahora no son los 50 de antaño y tenemos como ejemplo a Mónica Bellucci, Elle Mcpherson, Sarah Harris…. En otros ámbitos como el de la arquitectura o la escritura también hay mujeres de mediana edad encaramadas en lo más alto. Así que esto no debe hacer pensar en que solo es cuestión de reinventarse y cambiar nuestra perspectiva superficial intentando crear un cocktail de inteligencia, experiencia, físico renovado y esos pequeños signos de la edad que convertiremos en algo sexy e insinuante.

Según Jill Shaw Ruddock, “ a los 50 las voces de la duda dentro de la cabeza se acallan y las mujeres se atreven por fin a ser ellas mismas. A esa edad se vuelven más asertivas, creativas y ambiciosas, afrontando la vida con una pasión y un enfoque más centrado”.
Muchas anteponían al marido y los hijos a su propia escucha, ahora es el momento de ponerse ellas antes. “más que una crisis, las mujeres pasan por una autoevaluación para reinventarse y dejar de ser lo que eran. Cuando las hormonas se reequilibran vuelven a crecer y florecer”, dice la autora.

Los cambios son importantes pero como decía Victor Hugo: “los 40 son la edad madura de la juventud; a los 50 es la juventud de la edad madura”.

No olvidemos nunca la importancia de tomar la decisión de estar activa, cuidar la alimentación y hacer ejercicio. Mantener la conexión con la familia, los amigos y la comunidad. Alimenta la curiosidad y permanece informada, lee la prensa, toma cursos y seminarios… quizás por fin ya se han roto los malos hábitos de toda una vida…  Usa tu nueva determinación y mira hacia adelante porque la fruta madura siempre ha tenido más beneficios que la verde.


Montserrat A

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