La crisis de los 50 no es solo
cosa de hombres, que es más llevadero, muchas mujeres deben afrontar un cambio
hormonal drástico que les repercutirá en muchos aspectos físicos, psíquicos y
comportamiento. Pero que ocurre cuando esta etapa coincide con hijos
adolescentes hiperhormonados en casa? Es
momento de pensar y reorganizarnos evaluando nuestras prioridades.
La vida tiene esa manía de estar
en constante cambio, no quedarse quieta, no modificar nada… De la infancia
pasamos a la adolescencia y de ahí a la inseguridad de los 20. Luego llegan los
40 momento donde crees que todo está
controlado , superado, las decisiones no son tan difíciles, tenemos claro lo
que queremos o por lo menos, lo que no queremos… pero no! La vida continua en
continuo movimiento y llegamos a los 50 algo en lo que nadie había pensado y
todavía menos lo que supondrá.
Mientras los hombres piensan en
recuperar el tiempo perdido con una “canita al aire”, o comportarse, a veces
como un adolescente, las mujeres empezamos a adentrarnos en una montaña rusa
donde no se sabe dónde está el fin y todavía menos como ha comenzado todo. Sin
libro de instrucciones y envueltas en una sociedad dirigida por los
estereotipos que enmarcan una sociedad de perfección, juventud, belleza e
ilusiones no reales que nos marcan a todas negativamente.
Según Jill Shaw Ruddock en su
libro, The second Half of your life, “en esa época (los 50) las hormonas que lo han regulado todo,
empiezan a batirse en retirada provocando ansiedad, cambios de humor, insomnio,
palpitaciones, desilusión y ganas de llorar”.
Bienvenidas al final de la época
fértil y la llegada de la menopausia.
¿Cómo afrontar la
transición? Hace años, la mujer tenía ya
los hijos emancipados a esa edad, en la universidad o casados, con lo cual
lidiar con la avalancha de cambios era más o menos llevadero. Ahora, con el
retraso de la maternidad, las cosas se complican. Según las encuestas, en
algunos sitios las mujeres de 35 años tienen ya más hijos que las menores de
25, y así se juntan bajo el mismo techo los hijos adolescentes y las madres en
esa edad complicada. Con un único denominador en común: todos con las hormonas
revolucionadas y descontroladas. Unos despegando y otros aterrizando a la vez.
Las mujeres que están en esta
situación coinciden en enumerar los portazos, los gritos, las rabietas, las
peleas a muerte por cosas nimias que se suceden en sus casas durante ciertos
días del mes.
El drama emocional además no es
lo único que el huracán hormonal deja a su paso. Y es que un buen día te levantas,
te miras en el espejo y no te reconoces. Diciéndote: “con lo bien que vivía
sintiendo y no observando…” pero con la bajada de estrógenos la piel pierde
firmeza y elasticidad y el pelo también sufre, se vuelve más fino y disminuye
la cantidad… suerte que contamos con muchos aliados externos como tratamientos,
vitaminas, etc… pero eso solo adiciona más estrés a todo nuestro cambio interior.
Es cierto que los 50 de ahora no
son los 50 de antaño y tenemos como ejemplo a Mónica Bellucci, Elle Mcpherson,
Sarah Harris…. En otros ámbitos como el de la arquitectura o la escritura
también hay mujeres de mediana edad encaramadas en lo más alto. Así que esto no
debe hacer pensar en que solo es cuestión de reinventarse y cambiar nuestra
perspectiva superficial intentando crear un cocktail de inteligencia,
experiencia, físico renovado y esos pequeños signos de la edad que
convertiremos en algo sexy e insinuante.
Según Jill Shaw Ruddock, “ a los
50 las voces de la duda dentro de la cabeza se acallan y las mujeres se atreven
por fin a ser ellas mismas. A esa edad se vuelven más asertivas, creativas y
ambiciosas, afrontando la vida con una pasión y un enfoque más centrado”.
Muchas anteponían al marido y los
hijos a su propia escucha, ahora es el momento de ponerse ellas antes. “más que
una crisis, las mujeres pasan por una autoevaluación para reinventarse y dejar
de ser lo que eran. Cuando las hormonas se reequilibran vuelven a crecer y
florecer”, dice la autora.
Los cambios son importantes pero
como decía Victor Hugo: “los 40 son la edad madura de la juventud; a los 50 es
la juventud de la edad madura”.
No olvidemos nunca la importancia
de tomar la decisión de estar activa, cuidar la alimentación y hacer ejercicio.
Mantener la conexión con la familia, los amigos y la comunidad. Alimenta la
curiosidad y permanece informada, lee la prensa, toma cursos y seminarios…
quizás por fin ya se han roto los malos hábitos de toda una vida… Usa tu nueva determinación y mira hacia
adelante porque la fruta madura siempre ha tenido más beneficios que la verde.
Montserrat A
No hay comentarios:
Publicar un comentario