jueves, 14 de mayo de 2015

UNA DEFENSA: EL ABURRIMIENTO

No tenemos tiempo de nada, y mientras más cosas hagamos más tareas tendremos pendientes. Esas parecen las normas de la vida moderna. La autora presenta como antídoto el fértil  aburrimiento: no hacer absolutamente nada puede ser la herramienta más valiosa para darle sentido a todo lo que pasa.
Hubo un tiempo en que la medición del tiempo en Occidente se hacía, de manera muy imprecisa, gracias a  los relojes de sol, o .. ya en el medievo… a las campanas que sonaban cada tres horas en las abadías o las iglesias, lo cual permitía a los ciudadanos hacer un cálculo aproximado de cómo se fragmentaba el día.
La conciencia del valor del tiempo como factor de productividad económica es pues definitiva en sociedades que se conciben organizadas alrededor del trabajo, y  donde éste se ha convertido en un imperativo para el individuo y en una exigencia social: preguntar tu qué haces? Es equivalente a preguntar tú quién eres.
En la metrópoli y la vida mental Georg Simmel hablaba de cómo la ciudad moderna estaba modificando  al individuo  en razón de los múltiples estímulos a los que se ve sometido, y de los que debe protegerse apelando a una selección inconsciente de lo que ve y oye.

El vértigo se ha convertido en el signo de nuestro tiempo. Y nuestra época ha engendrado al individuo contemporáneo o quizá sea a la inversa, con tendencia a la hiperactividad cuya consecuencia, como sabemos,  es muchas veces la neurosis. En una sociedad así está prohibido aburrirse, ya que el aburrimiento tiene siempre mil posibilidades de ser derrotado: ir a un cine, entrar a un centro comercial, a un casino a un restaurante, prender la televisión, chatear, esculcar en las redes sociales, navegar en internet. Todo espacio de ocio debe ser llenado de actividad. La mirada, pues, va de una cosa a otra sin descanso, propiciando , paradójicamente, el cansancio que produce el manejo “eficaz” del tiempo. No hacer nada, literalmente, es algo que casi nunca se considera, o que se reemplaza por dormir , la forma más sencilla de huida y recuperación de fuerzas.
Los momentos de mera contemplación, pues, han desaparecido casi completamente, o están reservados para periodos muy concretos, como las vacaciones.

Llego ahora a la formulación del planteamiento central de este artículo, que se apoya en principio en un joven filósofo de origen coreano y formación alemana, Byung-Chul Han: “Por falta de sosiego, nuestra civilización desemboca en una nueva barbarie. En ninguna época se han  cotizado más los activos, es decir, los desasosegados. Cuéntase, por tanto, entre las correcciones necesarias que deben hacérsele al carácter de la humanidad, el fortalecimiento en amplia media del elemento contemplativo”.
La tesis de han podría resumirse así: ”La histeria del trabajo y la producción” es el resultado de la vida desnuda, de la conciencia contemporánea de que vivimos en el reino delo efímero.
Nietzsche también opino al respecto diciendo: “El aburrimiento profundo corresponde al punto álgido de la relajación  espiritual” pero también habría que agregar que el aburrimiento es territorio fértil para la reflexión, el goce estético, la creatividad, la ensoñación. Es ocio consentid, pausa, respiración que lleva oxígeno al espíritu.

En realidad, hoy en dia, nos subimos al tren de la productividad, de la tecnología sin dejarnos un respiro y provocándonos situaciones de stress y depresiones. No nos damos la oportunidad de aburrirnos, es decir, de pensar, de meditar, de pensar en nuestra vida y lo que hacemos con ella, porque la sociedad, nos dicta que hay que estar activo todo el día porque si no parece que mueras, que no seas de este mundo, cuando en realidad, comportarnos como nos comportamos es lo que nos hace estar fuera de él .

Montserrat A

A DEFENSE: BOREDOM
We do not have time for anything, and the more things we will do more tasks pending. Those seem to be the standards of modern life. The author presents as an antidote fertile boredom: doing nothing may be the most valuable tool to make sense of everything that happens.
There was a time when time measurement is made in the West, very loosely, because sundials, or .. and in the Middle Ages ... the bells sounding every three hours in the abbeys or churches, what which allowed citizens to make an estimate of how fragmented the day.
Awareness of the value of time as a factor of economic productivity is as definitive in societies that are conceived organized around work, and where it has become imperative for the individual and social demand: ask you what are you doing? It is equivalent to ask you who you are.
In the metropolis and mental life Georg Simmel spoke of how modern city was changing the individual because of the multiple stimuli to which it is subjected, and to be protected by appealing to an unconscious selection of what he sees and hears.

Vertigo has become the sign of our times. And our time has spawned the contemporary individual or perhaps the reverse, with a tendency to hyperactivity whose result, as we know, is often neurosis. In such a society it is prohibited bored, since boredom is always a thousand possibilities of defeat: go to a movie, go to a shopping center, a casino, a restaurant, turn on the TV, chat, rummaging in social networks, surf the internet. All leisure space must be filled with activity. Look, then, going from one thing to another without rest, leading paradoxically, the fatigue that produces the "effective" time management. Do nothing, literally, it is something that almost never considered, or is replaced by sleep, the easiest way to escape and recovery forces.
The moments of mere contemplation, then, have almost disappeared completely, or are reserved for very specific periods, such as holidays.

I come now to the formulation of the central approach of this article, which is based in principle on a young Korean-born philosopher and German training, Byung-Chul Han: "For lack of peace, our civilization leads to a new barbarism. At no time they have traded more active, that is, the restless. It is related, therefore, between the necessary corrections to be hacérsele the nature of humanity, strengthening in broad middle of the contemplative element. "
The thesis could have summarized as: "The hysteria of work and production" it is the result of the bare life of contemporary awareness that we live in the ephemeral realm model.
Nietzsche also think about saying, "The profound boredom corresponds to the height of spiritual relaxation" but also should add that boredom is fertile ground for reflection, aesthetic enjoyment, creativity, reverie. It is consentid leisure, pause, breath that carries oxygen to the spirit.

In fact, today, we boarded the train in productivity, technology without being a break and provoking situations of stress and depression. Do not give us a chance to get bored, that is, to think, to meditate, to think about our lives and what we do with it, because society dictates that we must be active all day because if you do not seem to die, do not be of this world, when in fact, behave as we behave is what keeps us out of it.


Montserrat A

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