sábado, 7 de febrero de 2015

LAS ABEJAS Y SU EXTINCIÓN

A medida que los plaguicidas muestran tanto sus
límites como su verdadera peligrosidad, la agricultura biológica y de proximidad se perfila como la única solución eficaz a medio y largo plazo para la salud de abejas y de los humanos.

La demanda de estos productos ha ido siempre a más y en la actualidad estos saludables alimentos ocupan a miles de apicultores y contribuyen a la economía de muchas zonas rurales. Sin embargo desde hace algunos  años la apicultura está amenazad en todo el mundo por la diminución de la población de abejas.

Alimentos bajo amenaza, un reciente informe de GreenPeace, cuantifica la importancia económica de la actividad de los insectos polinizadores en España en más de 2400 millones de euros anuales. La mayor proporción de los mismos corresponde a Andalucía,  con casi 878 millones de euros, seguida de Cataluña, Murcia, Aragón y Extremadura. La función de estos polinizadores “es imprescindible en la alimentación humana, especialmente en el campo de los frutos secos, el frutícola y el hortícola”. Y esto es especialmente cierto para la economía española porque España, según el informe, es el segundo productor mundial de almendras, el cuarto de melocotones y nectarinas , y el tercero de fresas, cultivos que pertenecen a los sectores más vulnerables a la falta de polinización por insectos.
Sin embargo, lo cierto es, según GreenPeace, que la utilización masiva de plaguicidas en la agricultura convencional provoca repetidamente casos de mortandades  masivas de abejas.
El informe recoge una información reciente que cuantifica en un 56% el número de colmenas desaparecidas en Galicia desde el año 2000.

Dado que el 70% de los principales cultivos de la agricultura española para consumo humano dependen de la polinización por insectos, casi “tres cuartas partes de los cultivos para alimentación humana están amenazados por su desaparición”, aseguran sus autores. “Kiwis, calabazas, melones, sandías, calabacín, manzanas, melocotones o almendras son algunos de los cultivos que podrían desaparecer”, advierte el informe de GreenPeace, que asegura que las comunidades autónomas más amenazadas son Asturias, con una vulnerabilidad del 34%, Cataluña 25%, Murcia 24%, Aragón 17%, y Galicia 16,5%.

La búsqueda de soluciones concretas se complica porque las causas del problema son en sí mismas complejas e interactúan entre sí. Además existen fuertes intereses  contrapuestos.
Entre las causas figuran los efectos dela globalización y del cambio climático, que estimulan la presencia de nuevos parásitos en nuevos territorios.

Otro factor que influye en el declive de las abejas es la progresiva sustitución en las zonas  rurales de campos, prados y bosques por instalaciones industriales, polígonos y urbanizaciones. Y donde no llega la mancha de cemento llega la agricultura intensiva, especialmente con cultivos masivos como el del maíz destinado a biocombustible, cultivos que suprimen completamente las flores silvestres y con ellas el polen del que desde hace millones de años se nutren las abejas.

La utilización de plaguicidas aumentó un 56% entre 1990 y 2010. En la actualidad siguen autorizados todavía 319 insecticidas en cuya ficha de registro se advierte que son peligrosos para las abejas.
Hace años que la mayoría de estudios científicos (73 sobre 83, según Le Monde) establecen una clara relación entre el contacto humano con plaguicidas y el cáncer.  Como recoge este periódico francés, los pesticidas, especialmente los organoclorados, también aumentan hasta casi el doble el riesgo de los agricultores de contraer Parkinson, así como un aumento del 40% de desarrollar Alzheimer y otras demencias de la senilidad.

“Un modelo de agricultura que pone en peligro a los polinizadores y al equilibrio ecológico del planeta no es un modelo a mantener. Es urgente prohibir todos los plaguicidas tóxicos para las abejas y demás polinizadores y apoyar decididamente la agricultura ecológica , la única solución de futuro”, explica el portavoz de GreenPeace.

Los plaguicidas químicos fueron en su momento una enorme esperanza para los agricultores pero ahora, cuando aparecen  con  toda  claridad sus inconvenientes y limitaciones se necesitan alternativas sostenibles e inocuas. Cultivos como la patata, permitieron a las poblaciones  campesinas europeas dejar de pasar hambre, o al menos sobrevivir mejor. Sin embargo, plagas como el mildiu y el  escarabajo de la patata causaron sólo en Irlanda alrededor de un millón de muertos y otro tanto en Europa.
En el caso de la patata el remedio llegó de la mano de los primeros insecticidas químicos, como el verde París y en 1880 el caldo bordelés . El primero acababa con el escarabajo y el segundo con el mildiu .
Lamentablemente el escarabajo, como el mildiu, mutó y se adaptó.  Estas terribles y extendidas plagas se beneficiaron del cambio de modelo de la agricultura, cada vez más masiva, cada vez menos biodiversa.

Ahora tenía a su disposición extensos cultivos con miles de plantas iguales. Con el auge de los trasportes , las plagas podían atravesar fronteras.
A medida que los insectos se extendían por el mundo y se hacían más resistentes hicieron falta nuevos insecticidas, más potentes, y también más tóxicos, que daban a los agricultores un respiro cada vez más breve.
Los insecticidas no sólo terminan con su objetivo, sino que a menudo arrasan a los adversarios naturales del mismo.

Henry David Thoreu, en su Walden o la vida en el bosque, escribía que “no somos nosotros los que subimos al tren. Es el tren el que se sube encima nuestro”. En el caso de los plaguicidas químicos es esto  lo que realmente ha sucedido. Empeñarse en seguir ignorándolo es una irresponsabilidad que se puede pagar muy cara. El declive de las abejas sólo es un aviso.

Motserrat A



BEES AND EXTINCTION
As pesticides show both its limits and its real danger, organic farming and proximity emerges as the only effective solution in the medium and long term health of bees and humans.

Demand for these products has always been more and today these healthy foods occupy thousands of beekeepers and contribute to the economy of rural areas. However in recent years is amenazad beekeeping worldwide by the decrease of the bee population.

Food under threat, a recent Greenpeace report quantifies the economic importance of the activity of pollinating insects in Spain in more than 2.4 billion euros annually. The largest proportion of these corresponds to Andalusia, with nearly 878 million euros, followed by Catalonia, Murcia, Aragon and Extremadura. The function of these pollinators "is essential for human consumption, especially in the field of nuts, fruit and vegetable". And this is especially true for the Spanish economy because Spain, according to the report, is the second largest producer of almonds, the fourth of peaches and nectarines, strawberries and third crops belonging to the most vulnerable to lack of pollination by insects.
But the fact is, according to Greenpeace, the massive use of pesticides in conventional agriculture leads repeatedly cases of mass mortality of bees.
The report contains a recent report that quantifies by 56% the number of hives disappeared in Galicia since 2000.

Since 70% of major crops of Spanish agriculture for human consumption dependent on pollination by insects, almost "three-quarters of crops for human consumption are threatened by his disappearance," say the authors. "Kiwis, pumpkins, melons, watermelons, squash, apples, peaches and almonds are some of the crops that could disappear," says the report by Greenpeace, which ensures that the most threatened regions are Asturias, with a vulnerability 34% Catalonia 25%, 24% Murcia, Aragon 17%, 16.5% and Galicia.

The search for concrete solutions is complicated because the causes of the problem are themselves complex and interact. In addition there are strong competing interests.
Causes include the effects dela globalization and climate change, which stimulate the presence of new parasites into new territories.

Another factor in the decline of bees is the gradual replacement in rural areas of fields, meadows and forests for industrial facilities, parks and neighborhoods. And where there is no concrete stain comes intensive agriculture, especially with massive crops such as maize for biofuel crops completely suppress them wild flowers and pollen which for millions of years bees thrive.

The use of pesticides increased by 56% between 1990 and 2010. Currently 319 still remain allowed insecticides whose registration form are cautioned that are dangerous to bees.
For years most scientific studies (73 of 83, according to Le Monde) establish a clear relationship between human contact with pesticides and cancer. As shown in this French newspaper, pesticides, especially organochlorines, also increased to almost double the risk of developing Parkinson farmers, as well as a 40% chance of developing Alzheimer's and other dementias senility.

"A model of agriculture that threatens to pollinators and the ecological balance of the planet is not a model to maintain. It is urgent to ban all pesticides toxic to bees and other pollinators and strongly support organic farming, the only solution for the future, "says Greenpeace spokesman.

Chemical pesticides were once enormous hope for farmers but now, when they appear clearly disadvantages and limitations sustainable and safe alternatives are needed. Crops such as potatoes, allowed European peasant populations starve stop, or at least survive better. However, mildew and pests such as the Colorado potato beetle caused only in Ireland about a million dead and another in Europe.
In the case of potato remedy came from the hand of the first chemical insecticides, such as green Paris and in 1880 Bordeaux mixture. The first ended with the beetle and the second with mildew.
Unfortunately the beetle, such as mildew, mutated and adapted. These terrible and widespread pest benefited from the change of model of agriculture, increasingly massive, less and less biodiverse.

Now at his disposal extensive cultivation with thousands of identical plants. With the rise of the transports, pests could cross borders.
As insects spread across the world and became stronger insecticides were needed new, more powerful, and more toxic, giving farmers an increasingly brief respite.
Insecticides not only end with its objective, but often devastate the natural opponents of same.

Henry David Thoreu, as Walden or Life in the Woods, wrote that "not us we got on the train. It is the train which rises above us. "In the case of chemical pesticides is what actually happened. Grasp is irresponsible to ignore it you can pay dearly. The decline of bees is only a warning.


Montserrat A

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