miércoles, 23 de julio de 2014

VIVIR UN SOLO DÍA A LA VEZ

VIVIR UN SOLO DIA A LA VEZ
Sucede a menudo, ante una buena experiencia o cuando
visitamos un lugar que nos gusta, que inmediatamente deseamos  revivir esa agradable sensación en un futuro.
No nos damos cuenta de que el momento para disfrutarlo es ese mismo instante. La calidad de nuestros recuerdos depende de la entrega con la que vivimos cada día ,y la brillantez del futuro dependerá exclusivamente de lo que sembremos el día de hoy.
Einstein tenía claro este concepto, pues afirmaba que “un hombre feliz está demasiado satisfecho con el presente para pensar demasiado en el futuro”. Y justamente eso es lo que le permite llevar a cabo grandes proyectos.
Deberíamos plantearnos si nuestra insatisfacción es debida a algo tan simple como no saber apreciar el sabor del “ahora”. Si es esa nuestra carencia, estamos de suerte: la solución está aquí mismo.

Vivir cada día como si fuera el último
El desaparecido Steve Jobs, con su conocido pragmatismo, solía hacerse el siguiente razonamiento: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Si la respuesta es “no” durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo.
Sobre esto, el filósofo budista, escritor y poeta japonés Daisaku Ikeda explicaba así la ventaja que supone para nuestro día a día acordarse de este hecho:
“Estar consciente dela muerte nos permite vivir cada día y cada momento con agradecimiento por la incomparable oportunidad que tenemos de crear algo, mientras habitamos este planeta. Para disfrutar de verdadera felicidad debemos vivir cada momento como si fuese el último.”

Olvidar el pasado
Hace más de un siglo que Sigmund Freud, demostró que los seres humanos tenemos un mecanismo voluntario de represión que bloquea los recuerdos no deseados, dejándolos fuera de nuestra conciencia.
·        Abandonar el recuerdo de las malas experiencias del pasado para poder iniciar nuevas.
·        Mimar nuestro espíritu para apreciar los pequeños milagros cotidianos.
·        Observar a alguien a quien admiramos y que ha pasado por dificultades.
·        Centrarnos únicamente en la realidad presente y darnos cuenta de que ser esclavo del pasado no tiene ninguna utilidad.

Dejar de proyectarse al futuro
En tiempos remotos, las personas que vivían en climas tropicales planificaban mucho menos su futuro que los que habitaban lugares fríos, ya que estos últimos tenían que pensar en su  supervivencia durante los meses de invierno. Este hecho les convertía en personas que necesitaban proyectarse hacia el futuro inevitablemente.
Ciertamente existe la creencia de que para lograr algo debemos primero ser capaces de visualizarlo. Un proyecto de vida, un futuro trabajo, son cosas que sin duda debemos preparar a conciencia. Y los seres humanos somos capaces de imaginar todo tipo de situaciones y escenarios. Sin embargo, pensar demasiado en el futuro no siempre es recomendable, sobre todo si tenemos la tendencia a pensar que las cosas pueden salir mal.
La imaginación y la proyección de escenarios posibles es un arma poderosa que nos sirve para defendernos de una futura amenaza, pero si no sabemos usarla apropiadamente puede herir de muerte nuestras ilusiones y hacernos fracasar.

Aquí y ahora
Eckhart Tolle explica que la clave para vivir el presente reside en separar el tiempo y la mente. La identificación con la mente supone, según el autor, estar atrapado en el tiempo, y es por ello que vivimos exclusivamente a través de la memoria y de la anticipación, estableciendo una perenne intranquilidad en relación a dos ilusiones: el pasado, del que proviene nuestra identidad, y el futuro que creemos conlleva nuestra salvación.

Pequeños rituales para el día a día
·        Ubicarse. Se trata de darse cuenta de dónde estamos y de observar cómo es el lugar. Mirar el cielo, ser conscientes.
·        Ser conscientes de nuestra respiración y del funcionamiento de nuestros órganos en general.
·        Saludo al sol. Es un ejercicio de yoga muy sencillo que puede ser practicado en cualquier momento del día, aunque es una buena idea hacerlo al amanecer con los primeros rayos del sol.
·        Lograr lo que los psicólogos llaman “estado de flujo”.Consiste en estar tan absorto en una tarea que se pierde la noción de lo que sucede alrededor.
·        Evitar los momentos en que ponemos el “piloto automático”  y hacemos las cosas sin pensar ni estar. Esta pérdida de atención no tiene que ver con el estado de flujo, pues no somos conscientes ni de lo que estamos haciendo ni de cuál es el pensamiento que nos ha hecho perder la concentración de esa manera.
·        Practicar la meditación en algún momento del día o antes de ir a dormir para un descanso óptimo. La meditación ofrece múltiples ventajas, comprobadas científicamente, además de importantes beneficios psicológicos y cognitivos que persisten en el tiempo si esta se practica con cierta regularidad.
·        Mantener la mente del principiante, impregnándonos de todas aquellas pequeñas cosas que nos producen placer.
·        Aceptar que podemos tener problemas en el transcurso de nuestro día, aunque la tendencia natural de la mente cuando se enfrenta al dolor es evitarla.
·        Hacer un pequeño descanso a primera hora de la tarde, aunque sean unos pocos minutos.
·        Dedicarse a una sola cosa a la vez y sin distracciones.


Montserrat A 

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