viernes, 18 de enero de 2013

LAS CORAZAS: LIBERARSE DE ELLAS


LIBERARSE DE LAS CORAZAS

Desde que nacemos, nos vemos forzados a construir una coraza, una identidad psicosocial que nos aleja de nuestra naturaleza humana, afectiva y solidaria para adaptarnos a un entorno difícil. Pero cambiando actitudes y hábitos podemos neutralizar sus efectos deshacernos de tensiones y disfrutar de una convivencia más justa y humana.
Desde la concepción, el complejo proceso de la vida se pone en marcha y , poco a poco, influido por el código genético, pero sobre todo por las relaciones afectivas y sociales que rodean su maduración, se articula un patrón de organización sistémico específico que define cada estructura de carácter humana. Esta predispondrá la forma de ser, sentir, percibir, pensar, caminar, respirar, la sexualidad… es decir, condicionará la identidad psicosocial de la persona.
Si durante la vida intrauterina, el parto y los primeros meses de vida ese proceso ha sido armónico, estable y amoroso, su patrón de organización, es decir, su estructura de carácter, tendrá  una base fuerte y consistente, por lo que estaremos ante una persona con suficiente capacidad de amar y reivindicar sus necesidades. Pero las condiciones familiares, escolares y sociales actuales generalmente basadas en la represión de los instintos, la violencia y la anulación de las manifestaciones afectivas y sexuales, generan tensiones musculares y actitudes rígidas y estáticas.

En este caso estamos ante una estructura de carácter llamada “neurótica”, que articula una coraza dura con dos funciones:
Proteger nuestra naturaleza humana amorosa de la violencia del exterior.
Adaptarnos a las exigencias del exterior.
Para ello, contenemos nuestros anhelos y sentimos menos, perdemos humanidad y capacidad de expresión de nuestras emociones, afectos y deseos.
Si ese primer periodo vital está rodeado de rechazos, conflictos emocionales, ausencias de las personas que generan vida, se genera una estructura muy vulnerable, influenciable, con un sistema inmunológico débil y, por lo tanto, con tendencia a generar enfermedades psicosomáticas graves.
Llamamos a estas estructuras de carácter “fronterizas”, por hallarse en los límites entre la neurosis y la psicosis. En estos casos, la coraza será también muy débil, lo que la hace mucho más maleable a las condiciones afectivas, sociales y económicas que se vivan en cada momento. Estas son personas muy dependientes de la pareja, del trabajo, de la familia. Cualquier percance fuerte pude ocasionarles crisis depresivas.
Esta alteración se ha podido iniciar en la vida intrauterina debido al estrés excesivo de la madre, y continuar por situaciones frustrantes o conflictivas, si se ha separado al bebé de su madre bruscamente nada más nacer; si se ha impuesto un horario rígido de tetadas basado en el “saber” del pediatra y que causa ansia al bebé.
Si se tienen que esconder para tocarse los genitales… todo ello implica una violencia hacia nuestra propia especie que continúa en forma de violencia institucionalizada en sistemas sociales injustos, poco solidarios. Y para que esa “normalidad” se mantenga, es necesaria la coraza, que facilita la sumisión  de la mayoría y la ostentación del orden y los mecanismos de explotación de una minoría. En ambos casos hay una ausencia de contacto con nuestra naturaleza humana. E lo que Wilhelm Reich describía como una “trampa” del ser humano. 
Para salir de esta trampa, es necesario que tratemos de cambiar actitudes y hábitos. Dedicarnos a:
Mimar nuestros sentidos a través de la música, el arte, el silencio, el contacto con la naturaleza y la sexualidad.
Cuidar nuestro organismo evitando agentes tóxicos.
Cultivar los afectos, la solidaridad y la comunicación.
Asumir la temporalidad de nuestra vida, permitiéndonos construir una escala de valores más cualitativas.
Descargar tensión y eliminar los efectos del distrés y de las presiones externas a través de actividades acordes a la motivación.
Reducir el sufrimiento emocional, afrontar creativamente las crisis
Y finalmente, proteger, cuidar y educar a través de crianzas respetuosas y ecológicas desde el comienzo de la vida para facilitar estructuras humanas saludables que sepan afrontar los retos, sin miedo a la libertad y con capacidad de amar y vivir. Todo ello contribuirá a flexibilizar nuestra coraza, permitiéndonos un mayor contacto con nuestras emociones, pero también nos ayudará a abrirnos a nuestro entorno y actuar para conseguir los cambios políticos, sociales, económicos y ecológicos imprescindibles para una convivencia más justa y humana.

saludos

Freedom from shells

From birth, we are forced to build a shell, a psychosocial identity away from our human nature, affectionate and caring to adapt to a challenging environment. But changing attitudes and habits we can neutralize their effects get rid of stress and enjoy a more just and humane.
From conception, the complex process of life starts and gradually, influenced by the genetic code, but mostly for emotional and social relationships that surround its maturation, articulates an organizational pattern that defines specific systemic each human character structure. This predispose the form of being, feeling, perceiving, thinking, walking, breathing, sexuality ... ie psychosocial condition the person's identity.
If during intrauterine life, birth and the first months of life that process has been harmonious, stable and loving, its pattern of organization, ie their character structure, will have a strong and consistent, so we face a person with sufficient capacity to love and claim their needs. But family conditions, school and generally based on current social repression of instincts, violence and the cancellation of the expression of love and sex, muscle tension and generate static and rigid attitudes.

In this case we have a character structure called "neurotic" which articulates a hard shell with two functions:
Protect our human nature loving violence abroad.
Adapt to the demands of the outside.
To do this, we hold our hopes and feel less, lose humanity and ability to express our emotions, feelings and desires.
If the first period is surrounded rejections vital, emotional conflicts, absences of people that generate life, generate a structure very vulnerable, impressionable, with a weak immune system and, therefore, prone to generate serious psychosomatic illnesses.
We call these structures of a "border", for being on the border between neurosis and psychosis. In these cases, the shell is also very weak, which makes it much more malleable to the affective, social and economic conditions that are live at all times. These are very dependent on the couple, work, family. Any mishap could cause them strong bouts of depression.
This alteration was unable to start in the womb due to excessive stress of the mother, and continue frustrating situations or conflict, if the baby has been separated from his mother at birth abruptly, if imposed a rigid schedule of breast feeds based in the "know" the pediatrician and the baby causing anxiety.
If you have to hide to touch their genitals ... all this involves violence against our own species that continues in the form of institutionalized violence in unjust social systems, very supportive. And for that "normality" is maintained, it is necessary to shield, which facilitates the submission of most of the glitz and order and operating mechanisms of a minority. In both cases there is a lack of contact with our human nature. E what Wilhelm Reich described as a "trap" of human beings.
To escape this trap, we need to try to change attitudes and habits. Ourselves to:
Pamper your senses through music, art, silence, contact with nature and sexuality.
Caring for our body avoiding toxic agents.
Cultivate affection, solidarity and communication.
Assume the temporality of our lives, enabling us to build a more qualitative value scale.
Download tension and eliminate the effects of distress and external pressures through activities according to motivation.
Reducing emotional distress, creatively tackle crises

And finally, protect, care for and educate through respectful and ecological raisings from the beginning of life to facilitate healthy human structures able to face the challenges without fear of freedom and ability to love and live. This will help to loosen our armor, allowing more contact with our emotions, but also help us to open ourselves to our environment and act to achieve the political, social, economic and ecological imperative for a more just and humane.

Regards,

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